Las dos se volvieron a encontrar ante un café y se miraron en silencio. La primera dio un sorbo corto y aspiro hondo. La segunda no pudo mas aguantar aquella incertidumbre.
- Y bien... ¿que has pensado?
- Pues que me voy a lanzar a la piscina y me tiro de cuajo.
- ¿Hacía donde te vas a tirar?
- Pues a la piscina, ¿no te lo estoy diciendo?
La amiga sonrió sin comprender muy bien.
- Me hago la casa mas bien, si.
La amiga la miro como si la viera por primera vez.
- ¡Eso no me lo esperaba!.- Exclamo.- Lo ponías todo tan así que pensaba que ibas a cambiar a un piso mejor.
- Han vendido ya el piso que me gusto.- suspiro.- He visto otros... pero... no hay color.- hizo una pequeña pausa.- Además, estuve indagando y la casa que me quiero hacer me sale por los mismo dineros del piso... eso si, con cochera, biblioteca arriba, piscina detrás y un jardinito.
- Ya veo que te vas a lanzar bien lanzada.
- El chico de la inmobiliaria me lo dijo, chica, si tienes lo mas importante, el terreno... y además dos parcelas.- sonrió.- Vendiendo mi piso y una parcela me queda muy poca hipoteca.- hizo una pequeña mueca.- Me saldrá una casa un poco mas pequeña pero...
- Sera tu casa y me invitaras a bañarme.- resumió su amiga.- Me alegro por ti!!!.
- Claro!!!.. sobre todo por la parte del baño.
- No mujer, tendrás un lugar mas amplio para que tus niños jueguen... pero eso si, ¡No cambies de opinión ya!
- No... no lo haré.