Fiesta.

Despertó, y un cosquilleo especial recorrió todo su ser. Sabía que se aproximaba la hora en la cual se quedaría sin ella. Salio a la calle y algo en el ambiente la hacia sonreír como una colegiala. Fue andando tranquilamente hasta la casa de su amiga, llamo al portero y espero a que la voz de esta contestara. Subió a su piso e hicieron los planes para esos días. Había estado ahorrando casi todo el verano para la ocasión y había llegado por fin.
Se termino de arreglar y como un acto simbólico se quito lentamente el reloj de la muñeca y lo dejo en el mueble bar. Con ese gesto tan singular se supo recién inaugurada su fiesta particular.. "Mama, me voy"...
A partir de ese momento, y en los próximo cinco días el tiempo cadecia de importancia. La entradas y salidas serian cuando la juerga marcara. Todo tenia sentido dentro de aquel recinto lleno de cacharros, música y diversión.
El vinillo dulce a primera hora, los coches locos, bailar sin descanso en alguna de las casetas, paseos entre la gente sin rumbo, la patata rellena para reponer fuerza a mitad de la noche, las charlas sin interrupciones sobre factores de la vida futura.. y como no, algo que no podía faltar, el desayuno de chocolate con churros para irse a la cama. A las doce se despertaba de nuevo soñolienta, una ducha rápida, el traje de rociera y a bailar sevillanas hasta "jartarse". Llegar a casa y darse un bañito en la piscina, dormir la siesta y a eso de las nueve quedar para ir a ver los puestecitos, miles llenos de cosas para comprar... aunque comprar poco y ver mucho.. y así dar paso a otra noche llena de emoción.
Mas, ¡Que pronto acaba lo bueno!, antes de empezar habran pasado los cinco días de feria, aprovechados al máximo y saboreados como nunca. El día de después, el día de resaca, volvería el reloj a su sitio, y el tiempo se haría de nuevo dueño de la vida. Se reunirán los amigos sabiendo que pronto empezara la rutina, olera a otoño, a tristeza, todo parecerá mas parado y vació después de tanta animación... pero, en el fondo de sus corazones esperaran la próxima fiestas en las que el reloj se quede olvidado en un rincón de la casa.