Mi patria en mis zapatos.

Ante la quietud de la casa escribo. Mi mente se evade una y otra vez a cosas inciertas, y de pronto, me veo subiendo escaleras. Escaleras arriba, escaleras abajo, sola y deprisa, cargada y lenta. Escaleras que subo con los niños, mientras a la pequeña la llevo en brazos mi mayor va de mi mano poquito a poco. Escaleras que bajo con ellos, mientras mi mayor me espera paciente en el rellano del primero, bajo a la enana en el carrito escalón a escalón. Trajin de bolsas, de compra, de prisas. Lo peor es cuando hacemos la compra grande, entonces, en esos momentos en que agotada subes otra carga para llenar la nevera y la despensa es cuando piensas, ¡MI REINO POR UN ASCENSOR!.
Mas mi reino, pertenece a la prehistoria. Donde se vive sin aire acondicionado, sin calefacción. Donde el salón se calienta con la mesa camilla y el dormitorio de los niños tiene una radiador de aceite. Donde en el cuarto de baño hay una estufa de dos barras por encima de la puerta, y así haces mas calentitos los momentos mas fríos. En verano el aire acondicionado es un ventilador, y por las noches se abren las ventanas para que entre el fresquito y ventile los dormitorios.
Pienso en esas casas tan bien acondicionadas con todo, con crimalix y otras cosas… ¿Casas calientes? .. Yo encuentro el calor en quien me ama, abrazo para ser abrazada, busco cobijo bajos las mantas. Encuentro aliento para subir y bajar en los ojos de mis niños, en sus sonrisas sinceras y confiadas.. y solo con eso, soy capaz de afrontar miles de escaleras por subir… por bajar… y esta noche aquí, en el silencio que solo es roto por el teclear de mi ordenador, encuentro el momento para pensar, expresar y alegrarme de todo ello… como diría el último de la fila, mi patria en mis zapatos…

Al ser directo se oye de aquella manera... pero es genial esta canción.