Pompas de jabón

Pompas de jabón, algo tan sencillo y tan ignotizador. Pompas que salen de un ligero soplo del bastoncillo, del agua jabonosa. Pompas que se elevan en el aire para caer con gracia y desaparecer en un segundo al roce de la mas mínima esencia. Mi niño hoy en el parque hacía esas pompas y otros corrían en busca de ellas para explotarlas. Risas infantiles que embriagan la caída de la tarde, que apaciguaban el calor. Algo tan sencillo, tan tierno, tan mágico... Los miraba y recordaba mis pompas infantiles.

Mi alma descansaba en cada trasparente y redondeada forma que surcaba el pequeño espacio que dominaba. Relajada, mi mente divagaba sobre lo ligero que es todo, de como pasan nuestros días casi sin descanso y como crece todo a nuestro alrededor. Somos como pompas de jabón, que flotamos sobre el universo elevándonos cuanto podemos y poco a poco vamos cayendo hasta desaparecer en un solo segundo para siempre. Mas no nos damos cuenta de eso y desperdiciamos la vida como si la tuvieramos para siempre... y para siempre no hay nada. Aprovechemos bien el momento, el aire que nos eleva y llena nuestros pulmones, el agua que nos moja y sacia nuestra sed, la tierra que nos regala sus frutos para subsistir, el fuego que nos da calor en nuestras noches mas frías... Pompas, ligeras, etéreas, llenas de transparencia... pero que aprovechan cada corriente que se les ofrece...