Diez de la mañana. Mi marido, mis hijos y yo bajamos a la playa que esta cerca del piso.
El agua, a esas horas tranquila y sosegada recita su nana interminable para mis oídos. Limpia y cristalina la mar me recibe en su seno y un calor tibio me envuelve al nadar. No esta fría, tiene la temperatura ideal.
Seis y media de la tarde. Me escapo del piso un ratito y bajo de nuevo a la playa. El agua sigue tranquila y sosegada, su nana sigue siendo parecida a la de la mañana... pero... ¿que ha pasado?. El agua que estaba por la mañana tan cristalina y limpia a perdido del todo su esplendor. La marea trae todo lo que los bañitas despreocupadamente han ido echando como si se tratase de un cubo de basura.
¿Que pasaría si en tu casa fueras tirando todos los desperdicios?. Imaginaros el tema. Estáis fumando y vais dejando las cenizas por el pasillo, comiendo y escupiendo los restos por el suelo del salón y la cocina, vaciando alguna bolsa y olvidandola por los rincones... ¿como acabaría la casa si pasan los días y no se limpia nada?
Mientras observo la playa todos esos pensamientos se me pasan rápidamente por la mente. No pensamos que el planeta es nuestra casa, que la tenemos que cuidar pues vivimos en ella. No pensamos en todo lo que con nuestras muestras de indiferencia estamos destrozando sin mas. Quizás nosotros ya no nos salvemos, pero a las generaciones que vienen hay que enseñarles desde pequeñitos que la naturaleza es nuestra mejor aliada para sobrevivir. Que la mar hay que cuidarla para que siga dando refresco a nuestros cuerpos, que los bosques son el pulmón que palpita para que podamos respirar.
Desde aquí hago un llamamiento a todos y todas para que cuando vayan a esos lugares se conciencien de que todos podemos aportar (y nunca mejor dicho) nuestro granito de arena para cuidar la gran casa que es la tierra. Con el simple hecho de recoger los desperdicios en una bolsa y echarlos en los contenedores, con el simple hecho de que los cigarrillos al fumarlos en vez de enterrarlos en las arenas (que luego destierran nuestros hijos con sus palas infantiles) los vayamos colocando en un simple vaso de plástico con una chispa de agua y luego lo echemos a la salida de la playa en el susodicho contenedor. Con unos gestos que no cuestan apenas trabajo y que también se pueden poner en practica en los bosques y montañas... cuidaremos mejor nuestros planeta.
Ojala un día vaya a mi mar a las siete de la tarde y me la encuentre tan limpia como a las diez de la mañana....
Ojala suba un día a los montes y vea los ríos y lagos trasparentes y la naturaleza limpia...
El agua, a esas horas tranquila y sosegada recita su nana interminable para mis oídos. Limpia y cristalina la mar me recibe en su seno y un calor tibio me envuelve al nadar. No esta fría, tiene la temperatura ideal.
Seis y media de la tarde. Me escapo del piso un ratito y bajo de nuevo a la playa. El agua sigue tranquila y sosegada, su nana sigue siendo parecida a la de la mañana... pero... ¿que ha pasado?. El agua que estaba por la mañana tan cristalina y limpia a perdido del todo su esplendor. La marea trae todo lo que los bañitas despreocupadamente han ido echando como si se tratase de un cubo de basura.
¿Que pasaría si en tu casa fueras tirando todos los desperdicios?. Imaginaros el tema. Estáis fumando y vais dejando las cenizas por el pasillo, comiendo y escupiendo los restos por el suelo del salón y la cocina, vaciando alguna bolsa y olvidandola por los rincones... ¿como acabaría la casa si pasan los días y no se limpia nada?
Mientras observo la playa todos esos pensamientos se me pasan rápidamente por la mente. No pensamos que el planeta es nuestra casa, que la tenemos que cuidar pues vivimos en ella. No pensamos en todo lo que con nuestras muestras de indiferencia estamos destrozando sin mas. Quizás nosotros ya no nos salvemos, pero a las generaciones que vienen hay que enseñarles desde pequeñitos que la naturaleza es nuestra mejor aliada para sobrevivir. Que la mar hay que cuidarla para que siga dando refresco a nuestros cuerpos, que los bosques son el pulmón que palpita para que podamos respirar.
Desde aquí hago un llamamiento a todos y todas para que cuando vayan a esos lugares se conciencien de que todos podemos aportar (y nunca mejor dicho) nuestro granito de arena para cuidar la gran casa que es la tierra. Con el simple hecho de recoger los desperdicios en una bolsa y echarlos en los contenedores, con el simple hecho de que los cigarrillos al fumarlos en vez de enterrarlos en las arenas (que luego destierran nuestros hijos con sus palas infantiles) los vayamos colocando en un simple vaso de plástico con una chispa de agua y luego lo echemos a la salida de la playa en el susodicho contenedor. Con unos gestos que no cuestan apenas trabajo y que también se pueden poner en practica en los bosques y montañas... cuidaremos mejor nuestros planeta.
Ojala un día vaya a mi mar a las siete de la tarde y me la encuentre tan limpia como a las diez de la mañana....
Ojala suba un día a los montes y vea los ríos y lagos trasparentes y la naturaleza limpia...
7 comentarios:
Es verdad lo que dices,pero hay mucha gente que se piensa que eso no daña,no le dan importancia.
Yo cuando voy a la playa o algun sitio siempre tiro las cosas a un contenedor o me llevo la bolsa para luego tirarla en la basura.
Esque es una cosa de conciencia de cada persona,de educacion.
Ana me alegro de que estes bien,y disfruta de la playita.Un beso guapa!!
Pues sí. Si colaboramos todos todo resultará más fácil y acogedor.
La playa no es de uno solo.
Un beso.
Es cierto, es cuestión de educación. Y en España, y más concretamente en Andalucía, no somos suficientemente conscientes de que es tarea de todos.
Yo vivo en Francia, y aunque "guarros" hay en todos lados se nota mucho la diferencia. A ver si somos europeos también en lo bueno.
Un besote, encantado de visitarte
Hola Ana!
me ha encantado tu entrada porque bueno, soy un enamorado del mar... y comparto totalmente tu opinión. Yo lo observo mucho... en invierno me encanta ir a ver el mar y normalmente está muy limpito y ahora, en verano... no tanto. No entiendo como no cuidamos algo tan básico como nuestras playas o montes.
Espero que estés disfrutano y descansando de tus días junto al mar. Un abrazo!
Buenas Ana... me alegro q esté sdisfrutando... y sí, no hay nada como la mar en calma como para relajarse... es cuándo mejor se está, sin duda....
Un abrazo y pasa buena semani!
Que musica mas chula jeje..tienes razon Ana linda..si todos hicieramos esas pequeñas cosas..se notaria..y el planeta lo agradeceria.:) gracias, muchos besitos
Pues hay que pensar en verde, como si se tratara de la heineken.. jeje.. un beso TEre.
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La playa es de todos, y entre todos debemos de cuidarla.
Un saludo y bienvenido Kocrann.
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Me alegra de que me visites y me dejes tu opinión.. espero poder seguir visitando tu blog que tanto me ha gustado Jesús...
Un besote!
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Los que somos enamorados del mar nos duele verlo así.. ojala nos conciencemos todos para verlo siempre limpio.
Un beso Ricardo.
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La mar en calma es una nana para los oidos del que escucha.
Un beso Luchete.
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Ya ves Noeli que el bienestar del planeta depende de todos... me alegro de que te guste la música, como siempre Rosana!
Un beso.
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