martes, 30 de diciembre de 2008

Esencia a fin de año!


Ya solo falta un día para acabar el año, y hoy, antes de que llegue la fecha tan esperada quiero hacer una referencia a mi amiga la música. Este año lo quiero acabar al son de un tango, un precioso tango que suena en una película que hace tiempo vi y que me gusto un montón, "Esencia de Mujer". En esta película Al Pacino interpreta a un oficial del ejercito retirado que sufre de ceguera, y narra la relación que tiene con un joven estudiante (Chris O'Donnell) que lo contratan para que haga de lazarillo de este.
Por esta película Al Pacino recibió un oscar, y no me extraña, hace una gran interpretación.. solo hay que ver como baila este tango.



Con esta preciosidad de música e imagen os deseo a todos que tengáis una muy feliz entrada al próximo año, que tengáis cuidado de no atragantaros con las uvas y que no os paséis con el alcohol y el champán!!!

Muchos Besos y abrazos para todos!!

viernes, 26 de diciembre de 2008

Por siempre alli - 2ª Parte

CAPITULO XV

Rodrigo entró a el laboratorio de Armel, este preparaba una formula.
- Hola Armel.
- ¡Oh Rodrigo!, ¡que grande eres!.. se ha demostrado tu valía hoy ante todo el reino.
- No era esa mi intención, solo lo hice por qué no soporto las traiciones por la espalda.
- Y por qué eres un valiente, si.- hizo una pequeña pausa.- respecto a lo tuyo hay dos opciones, una la reencarnación, o la otra..
- Si me reencarno..
- Volverás a nacer en su época, tus recuerdos se irán, solo sabrás que es ella cuando la veas.
- Es que no me gustaría perder todo lo que se.
- La otra sería hacerte inmortal, vivir hasta su época, todo se repetiría y cuando te bese llena de amor el hechizo se romperá.
- Antes no se rompió, solo fui un día normal y...
- Cuando ese día te de un beso..
- ¿Y por que te tengo que creer?, La primera vez no fue así, volví a ser de hielo, no me ocurrió nada.
- Soy mago, cambiando unos cuantos componentes puedo cambiar los resultados de la formula.
- Pues si eres tan bueno, ¿por qué no investigas otra manera?.. – su voz sonaba apenada y llena de resentimiento.- No puedo esperar tanto, son varios siglos todavía, tiene que haber otra manera.. por favor, investiga.
- Lo haré.

Ana despertó empapada en sudor, había tenido un sueño, o una pesadilla, no sabía bien.. había soñado con un torneo en la edad medía, con dos caballeros que se disputaban su amor, y ella allí, sentada en el palco junto a personas que desconocía, sufriendo por los competidores, sufriendo por.. ¡otra vez él!.. creía haberlo dejado olvidado desde que se viniera de Castillo de Mar. Su vida había empezado a ser de nuevo la rutina de siempre, ¿por qué tenía que aparecer en su sueño?, ¿por qué el sueño de nuevo había parecido tan real?. Se levanto nerviosa, ando por su habitación, de nuevo le venía su nombre a la mente, Rodrigo.

Aquella noche no podía dormir, paseaba como un alma en pena por los alrededores del castillo, sus pasos sin quererlo lo dirigieron hasta el lago. Se sentó allí, en el borde de la orilla, la luna se reflejaba en el agua llena de esplendor, recordó momentos con la princesa de su corazón, deseaba tanto que llegase... su mirada se perdió en el lago.
- Rodrigo, ¿qué hacéis aquí?
La voz lo sobresalto, en el agua vio reflejado el rostro de la princesa.
- ¿Y vos?, ¿cómo estáis aquí tan tarde?
- ¿Acaso es que ignoras mis escapadas nocturnas?.- se sentó a su lado.- Soy especialista en burlar a la guardia.
- En eso estáis en lo cierto, mi princesa.
- Ya no soy tu princesa, Rodrigo.- guardo un largo silencio.- Decidme, ¿es verdad todo lo que me contasteis de esa chica del futuro?
- Si, nunca os mentiría.
- ¿La echáis de menos?
- Mi corazón y mi mente están con ella.
- Se lo que es eso y no ser correspondida, lo sentí por vos, aunque ahora, algo nuevo ha resurgido dentro de mi, es como si todo se hubiese parado, como si no sintiese nada. Me siento fuerte para afrontar mi destino como reina al lado del príncipe de Lope, puedes estar tranquilo al menos por mi.
- Me alienta oír eso, al menos se que esta vez seréis feliz.
- Rodrigo, mi dulce Rodrigo, si pudiera hacer algo por vos..
- Ya habéis hecho mucho por mi, el ser feliz, eso es suficiente.
- ¿Y Armel?, ¿no os ha dicho nada?
- Me ha dado dos formas, una con mi muerte y la reencarnación en su época, olvidaría todo, la recordaría solo a ella.
- ¿Y la segunda opción?
- La segunda sería volver a la inmortalidad invisible, cambiaría algo en la formula, con el primer beso de amor volvería a ser humano.
- No son muy alentadoras ninguna de las dos.
- No se que voy a hacer.
La princesa guardo silencio, pensaba en todo lo que sabía sobre el particular, su rostro se ilumino.
- Rodrigo, ¿no me contaste que ella al ser mi reencarnación tuvo muchas sensaciones en el castillo?, ¿que vio lo que ocurría?, que con esa compañera suya vino hasta esta edad para que tu fueses lo que eres ahora?
- Si.
- Si te vuelves invisible de la misma forma que viniste podrás ir hasta su época con el pensamiento. Has estado allí, sabrás volver, luego cuando te reconozca se romperá el hechizo.
- Pero tendrá que querer verme.. yo..
- Rodrigo, ¿confiáis en mi? – le preguntó cortante.- Pues si es así, id a ver a Armel ahora mismo que os haga la pócima.
Rodrigo se levantó, ayudo a la princesa a levantarse. Ante la luna llena se quedaron mirando reflejados sus cuerpos en el lago. La princesa se abrazo con fuerza a él, Rodrigo la estrujo a su vez, pasaron unos cuantos minutos, cuando se separaron en los ojos de ella asomaban las lagrimas, él también las notaba en sus pupilas a la vez.
- Te echaré de menos, mi fiel lacayo, mi mejor amigo, mi compañero de juegos infantiles y de juventud.. pero se que serás muy dichoso en aquella parte del mar.. no tengo derecho a retenerte.
- Yo también te echaré de menos...

Ana se despertó de nuevo. Acababa de soñar que con Paula volvían en coche hasta Castillo del Mar, allí se encontraba con Rodrigo que la esperaba en el castillo.
Rodrigo vio como la princesa se introducía en el castillo, se sintió mas tranquilo. Bajo hasta el laboratorio de Armel y este dormía.
- Armel, Armel.
Armel despertó somnoliento, se sentó en su lecho, miro a Rodrigo y sonrió.
- Eh encontrado la solución. Después de investigar he logrado que esta pócima te transporte a su época en un solo sueño. Los siglos habrán pasado en unas horas. Todo se volverá a repetir, llegaras al punto donde lo dejaste la última vez.
- Me la tomaré.
Armel se levanto y cogió uno de los frascos.
- Tomate todo su contenido, cuando despiertes solo debes de esperar.
Rodrigo respiro hondo, le dio un fuerte abrazó al mago y salió de allí. Antes de tomar aquel sorbo deseaba poder observar su hogar por ultima vez..

Ana despertó por tercera vez aquella noche, de nuevo el mismo sueño. Rodrigo lo inundaba todo, se volvería loca, o algo así.. miro la hora y eran las tres y media de la madrugada.

Rodrigo se tomó la formula al lado del lago, noto como todo su cuerpo se helaba, era de nuevo un frío hielo. Entró en un profundo sueño, en él veía a su princesa casarse con el señor de Lope, tuvo dos niños y una niña. Vio a sus hermanos crecer y casarse, a sus padres morir. Soñó que entraba en un oscuro túnel, que se entregaba a la música, a las artes porqué se ahogaba en aquella oscuridad. Al final de aquel túnel vio la luz.. una luz intrigante, era ella.. Ana. Su vida se formó de nuevo, sintió la felicidad.. todo era distinto, paseaban, jugaron a interpretar, le enseño sus mas guardados secretos.. y se marchó, se marcho dejándolo en la puerta de la cabaña. Ya no se atrevió a ir, era un fantasma desgraciado, una angustia repentina lo atrapo de tajo y despertó.
Había amanecido en el lago, miró a su alrededor y fue hasta su cabaña. Entró y busco algo, un joyero, un pequeño joyero que le pertenecía a ella..

Navidad, Nochevieja y Año Nuevo 2009!!!


Os preguntareis que donde me he metido... bueno, pues entre las fiestas y otros menesteres no he tenido tiempo de echarle en toda la semana un vistazo a internet, ni a meter nada, así que ahora que tengo un ratito de lugar voy a aprovechar.
Ha pasado la Nochebuena y el día de Navidad, mas.. ¿todo quedo en eso?... pues siempre pienso que todas las noches deberían de ser buenas y todas las mañanas deberían de ser Navidad.. así, que espero que esta noche sea buena para todos y mañana, sea otro día de Navidad, con lo cual os deseo que tengáis una larga, feliz y gran Navidad!!!!
Después de hacer mi mini-crisma y felicitación viene otra fecha por hay que esta muy bien y es super festiva... La nochevieja y justo detrás el año nuevo. Para tal fin debería de hacer una pequeña memoria de todo lo acontecido en este año y bueno, pues antes de que se me pase otra semana sin nada en el tintero lo haré hoy. Pronto hará un año que un amigo (Kinush) me animo a abrir este blog, en ella he dejado muchas impresiones, humor, canciones y pequeños retales de mi vida. También estoy subiendo semanalmente por capítulos un mini-libro que escribí hace unos años, y bueno, no se el éxito real obtenido, mas la cosa parece que al menos tengo unos cuantos lectores que me sigue... para ellos sera mi próxima entrada con otro capitulo mas.
Con todo esto deciros que os agradezco vuestras visitas, comentarios y ánimos que vais plasmando día a día.. Os mando un cariñoso beso y un abrazo añadido con los mayores deseos de que el año entrante sea mucho mejor que el que se va dentro de unos días .. y en el reloj del año, como de año en año... unos minutos mas para la cuenta atrás...




Como cantaba Mecano hace unos años.. pero hay que reconocer que hay canciones que no pasan de moda.
También nos juntaremos con la familia para comer las uvas y luego lo mismo salimos.. bueno para eso tengo algo por aquí...



Espero que os vaya mejor que a Flo!!!

Feliz Año 2009!!!

viernes, 19 de diciembre de 2008

El Macho Español

Os voy a dejar un monologo de el club de la comedia que a mi me encanta... lo vi hace un montón en la tele y no me canso de verlo.
Con esto os deseo que tengáis un feliz fin de semana!


Por siempre alli - 2ª Parte

Estamos a Viernes, y bueno, pues ayer tuve otra vez al peque un poco tocado del resfri con lo cual no salí de casa, esta mañana de cursillo preparación al parto y esta tarde que tengo un rato pues aprovecho para colgar un capitulo mas, que aunque no me dejáis comentarios ultimamente se que tengo algunos seguidores... así que nada... aquí os dejo la continuación.

CAPITULO XIV

- Bueno, mi buen Rodrigo, esta tarde, después de la siesta, tendremos una lucha.- comentó Enrique mientras desmontaba de su animal tras un largo entrenamiento.
- Si, mi señor.
- Aunque no se cual será la peor batalla, la de esta tarde o la que me espera si gano la gracia de la princesa.
- Si gana esta tarde el torneo la tendrá a ella.
- Rodrigo, yo la tendré a ella, pero en cambió su corazón estará contigo.
- No comprendo..
- Si comprendes, ¿o crees que no me he dado cuenta de cómo te mira de reojo cuando os ve?.- sonrío ante la cara de serenidad aparentada de Rodrigo.- pero decidme, ¿vos sentís lo mismo por ella?
- No mi señor.- dijo rotundo.
- Aunque sentís gran apreció.
- Siempre he estado a su servicio, soy su fiel lacayo.
- Tus respuestas son dignas de un caballero, no de un lacayo, tu nobleza también.- hizo un pequeño intervalo.- Si gano esta tarde, ¿querréis servirme fielmente el resto de vuestra vida?
- Si vos ganáis esta tarde quedare tranquilo de que el destino de mi señora no será incierto y desgraciado. Entonces, partiré en busca de mi propia felicidad lejos de aquí.
- ¿Tan seguro estas de que conmigo no será desgraciada?
- Con vos, mi señor, ella será feliz.
- Lo decís tan seguro que me alientan tus palabras.
- Mi señor, no debéis preocuparos no mas que en ganar el torneo, lo demás solo llegara.
- Pues os espero puntual después de la siesta para ganar un torneo, mi buen escudero.
- Allí estaré mi señor.
Rodrigo se marchó para su casa donde su madre ya tenía puesta la mesa y reunía a todos alrededor de esta. La comida fue alegre y distendida, cuando terminaron cada uno se marcho a descansar o a su tarea. Rodrigo ayudo a su madre a recoger todas las cosas, lo hicieron en silencio, solo con las miradas se podían decir algunas cosas. Cuando acabaron se sentaron un rato en la entrada de la casa. Cuando el sol alcanzo el punto indicado, Rodrigo se despidió sin palabras, solo un abrazo basto para decirlo todo. Se alejo pensando que quizás sería la última vez que vería todo aquello, que se enfrentaba a lo que aún no sabía definir bien.

- Adelita, ten cuidado, me haces daño.
- Perdón mi princesa.
En el aposento de la princesa entro una señora mayor, su cara era afable, tranquila.
- Adela, retírate, yo terminare de arreglar a la princesa.
La sirvienta no contesto, salió con una reverencia y se marcho.
- ¡Yaya!, ¡que alegría me da verte!
- ¿Cómo te encuentras después de tu fallida aventura?
- Muy mal, no se lo que Rodrigo pretendía pero ahora ha hecho que el príncipe de Lope se rete esta tarde en torneo por mi.
- Lo se mi niña, y no creas, todos deseamos en el castillo que gane ese noble muchacho tu gracia.
- Todos menos yo.- dijo en un hilo de voz
- Veo que aún suspira tu corazón por Rodrigo.
- Hay yaya, pero él me dice que ya no siente nada por ti.
- Es muy noble de su parte, al darse cuenta de que no podía darte una vida digna..
- ¡Una vida digna!.. ¿qué es una vida digna sin amor?
- El amor llega solo, ya lo veras. Ahora solo tienes una chiquillada de juventud.
- Una chiquillada, si, ojalá fuera solo eso..
- Y eso es.. olvidaras y con el señor de Lope llegaras a conocer la felicidad.
- No lo creó así Yaya, yo.. – Un nudo le oprimió la garganta y las lagrimas afloraron a sus ojos.
- Tu nada, venga, que voy a terminar de arreglarte, tienes que estar radiante esta tarde.- le reprocho mientras con un pañuelo le secaba estas.- venga, vamos..

Rodrigo entró a la guarida del mago y este tenía la pócima preparada.
- Debes recoger un par de gotas de sangre del príncipe y mezclarlas con esta esencia echa con los pétalos de la rosa del amor, después debes de hacer que la princesa se lo tome sin perder tiempo, así, sus sentimientos solo serán para él.
- ¿Y si no se hace ninguna clase de herida?
- Con un solo rasguño, con una sola gota de sangre, bastara. Pero recuerda, debes de hacer que la beba mientras este caliente, si eso no fuera así su corazón se enfriaría y no amaría nunca más.
- Entonces debe de hacerlo en el mismo torneo.
El mago afirmó con la cabeza.
Rodrigo cogió la pócima y salió de allí. Su mente trabajaba ardientemente para resolver la forma en la cual debía de dar la pócima a su señora sin que esta sospechara nada, de cómo sacarla un momento del lado de sus progenitores, de..
- Rodrigo – la voz del señor de Lope le saco de sus pensamientos.- veo que sois puntual.
- Ha de ser así.
- El torneo aún le queda para comenzar, más como habéis llegado temprano quisiera que me ayudarais a dar un breve repaso a las armas.
Rodrigo afirmo con una pequeña reverencia y se marcho con el señor de Lope.

Adela esperaba paciente a la princesa, ella era quien debía de acompañarla y sentarse a su lado en el torneo. Rodrigo la vio y se le ilumino la cara, quizás ella si le podría ayudar
- Adela, Adelita, tengo que hablar con la princesa como sea.
- Rodrigo, el torneo empezara en breve, ¿no deberías de estar con el Señor de Lope?
- Ya he estado con él, ya le he puesto la armadura y me he escabullido un momento. Debes de hacerme un favor, tienes que decirle a la princesa que deseo hablar con ella.
- Yo se lo diré, aunque no creo que ella quiera hablar con vos.
- Por favor Adelita, tiene que ser ahora, antes del torneo.
- No se si eso será posible, esta con la yaya y..
- La yaya.. eres un encanto, Adela.
Rodrigo se encamino al patio de armas que estaba vació, saco una cuerda con un garfio en su extremo, lo tiro con destreza enganchándolo en la ventana del aposento de la princesa. Escalo el muro, golpeo con los nudillos el cristal.
- Vaya, creo que tienes una visita.- dijo la yaya.
- No quiero verle.- dijo resuelta.
- Si, ya.- fue hasta la ventana y la abrió, Rodrigo esperaba.- mozabelte, ella no desea nada de vos.
- Yaya, debo de hablarle.
- ¿Qué asunto es tan secreto que yo no pueda saber?
- Cuando el príncipe ganador salga victorioso tengo un vino especial que la hará pasar mejor el mal trago.
- ¿Es que acaso pretendéis emborracharla?
- Sabéis yaya que necesita ayuda. Cuando requiera mi llamada debe venir sin demora.
- Como si fuese vuestro perro faldero, ¡no lo pienso hacer! – dijo la princesa malhumorada acercándose a la ventana.
- Princesa, debéis confiar en mí.
- Una vez confié, y me traicionasteis, ¿por qué debo creer que será distinto ahora?
- Nunca os he traicionado.
- Si, en la huida, me mentisteis, me contasteis cosas inverosímiles, y al final..
- Nunca os he mentido, princesa.
- Bien, pues si eso es cierto.. decidme que no es verdad, que no me habéis olvidado, que aún sentís amor por mi en vuestro corazón..
- Bien cierto que es amor de hermano a su hermana lo que siento por vos, por eso os quiero ayudar, por eso quiero embriagados con este dulce vino que os daré al termino del torneo.
- ¿Y por qué no ahora? - las lagrimas asomaban a sus pupilas de nuevo.
- Aún no puedo.- se le desgarro el corazón.- Hasta pronto mi bella princesa, os veré después.
Se escurrió cuerda abajo, la hora estaba llegando. Corrió a las caballerizas y preparo el caballo del príncipe, llevándolo al campo de batalla. Este montó en su corcel, se dirigió al punto de partida, todo estaba lleno de gente, en la tribuna estaban sentados los nobles. Los tambores sonaron, el torneo había comenzado.

La batalla era dura, el príncipe de Acerron conocía más trucos de ataque que su contrincante. Rodrigo veía como su señor perdía poco a poco esta, sabía que era un duelo hasta el final, que no se daría por vencido, que lucharía hasta la muerte. La princesa, sentada en su trono veía como se forjaba su destino, las lágrimas recorrían sin querer por sus mejillas, su angustia crecía por momentos.

Enrique noto el acero traspasar su carne, le habían tocado y no sabía aún si aquella herida era mortal, sudaba dentro de aquella armadura. Dentro de su mente luchaba el instinto de querer ganar, veía a su contrincante cada vez mas confiado, la fuerza le abandonaba por segundos. Cayo al suelo, miro ansioso buscándola, la vio, lagrimas surcaban su rostro sin mesura. No podía permitir aquello, que aquel ser repugnante le arrebatara lo que tanto amaba. Dentro de su corazón sintió un fuego que no supo entender, su padre le había enseñado bien, había aprendido las técnicas de la luchar, podía vencer aún...

Rodrigo vio como su señor se levantaba, como con destreza manejo la espada, como cambiaba el curso de todo.

Después de varios minutos inacabables todo llegaba a su fin. El príncipe de Acerron cayó al suelo, desarmado, asustado, Enrique sostenía la espada sobre él, amenazante. Hubo un intercambio de palabras entre los dos, el príncipe de Lope bajo su espada y tambaleante miro para el palco donde estaban los reyes sentados. El padre de la princesa se levantó y determino quien sería su futuro yerno, después de oír esas palabras el joven príncipe empezó a dirigir sus pasos hacía donde le esperaba su fiel escudero.
En un arrebato de furia, Acerron se levanto espada en mano a atacar por la espalda a su victorioso contrincante, la gente grito aterrorizada. Rodrigo montó el caballo del príncipe, lo soltó a galope hacía este, lo traspaso y atesto un golpe certero a su contrincante que cayo de nuevo de espaldas, mientras que este le dio solo tiempo a dar media vuelta para ver lo que sucedía. Al brusco movimiento la herida producida en el torneo se hizo latente, el dolor hizo que cayese desmayado al suelo.

A Rodrigo no le costo coger algunas gotas de sangre en un pequeño tarrito aparte de la pócima, con los dos cachivaches busco a la princesa. La encontró con Adela refugiada en el jardín, su lugar favorito. Se acerco a ella, esta lloraba.
- Princesa, tengo aquí lo que os prometí.
- ¿El vino de la alegría?.
- Si.
- Damelo a beber, quizás así por un rato mi corazón deje de sufrir.
Rodrigo saco la copa y echo la pócima roja, del otro bote echo unas gotas de sangre del príncipe. La mezcla tomo un tono rosado. La princesa le arrebato el vaso y se lo bebió de un sorbo, su sabor era entre dulce y salado. Noto un leve escozor en los ojos, sus lágrimas se secaron, por primera vez Rodrigo ante ella solo fue uno más de la corte.
- ¿Cómo esta el príncipe?, Rodrigo.
- Tiene una buena herida, pero pronto curara.
- Iré a verlo.- Se levanto decidida.- llévame a él.
Rodrigo sonrió abiertamente. La llevo hasta el aposento donde yacía. Entró precedido de la princesa, su padre estaba con el muchacho que mostraba el hombro vendado.
- ¿Como estáis? – preguntó ella al lado del lecho.
- Mejor cuando os veo.
- Habéis sido muy valiente, os podría haber costado la vida.
- La hubiese dado con gusto por vos.
- Me halagáis con vuestras palabras. Debería de disculparme por mi frialdad con vos, yo siento tan...
- No por favor, no quiero oír ninguna disculpa de vuestros labios, solo deseo que seáis feliz.
El rostro de la princesa se ilumino lleno de candor.
- Espero que os recuperéis pronto.
- Eso ha dicho Armel, que pronto estaré bien.
- Así será entonces, Armel es muy acertado en esas cuestiones. Me retiro, rezaré por vos.
La princesa se marcho para el exterior, Rodrigo salía detrás cuando la voz del padre del príncipe lo retuvo.
- Rodrigo, venid aquí.
Rodrigo se acerco de nuevo a los dos.
- Eres un hombre valiente, hoy lo has demostrado al lanzarte de esa forma contra el Señor de Acerrón. Por eso me gustaría estrenados para que seáis uno de los caballeros que acompañe a mi hijo.
- Os tengo que dar las gracias por vuestra rápida intervención.
- No merezco las gracias de ninguno de vos, solo hice lo que mi corazón me dicto en ese momento.
- Pues me alegro que os dictara bien, muchacho.
- Y a lo de quedarme creó que no podré, quizás tenga que partir pues mi amada se haya lejos de aquí y solo deseo poder verla.
- Entonces, que el amor os guié, mi querido amigo.
- Gracias, mis señores.
De esta manera se marcho de allí.

martes, 16 de diciembre de 2008

Cuando quiero sol..

No se si habré puesto esta canción antes, pero desde luego si lo he hecho pido perdón por repetirla. Me la he encontrado mirando cosillas y no me he podido resistir... esta canción fue el primer baile que bailamos mi marido y yo de recién casados. Estuve mucho tiempo buscando entre mis discos algo distinto al típico vals, pues es un momento mágico e irrepetible, y no encontré algo mejor que expresar en esos momentos. Hoy, después de algunos años lo sigo teniendo a mi lado cuando quiero sol, cuando llueve en mi..



Espero que vosotros siempre tengáis sol en vuestras vidas.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Por siempre alli - 2ª Parte

CAPITULO XIII

- ¿Qué no vas a salir esta noche?, pero tía, tu sabes lo que estas diciendo.
- Si, que no voy a salir.
- Pero, ¿por qué?
- No me apetece.
- Un sábado por la noche, en un sitio que no es Sotram y no sales.. perdona que te lo diga pero tu estas mal de la cabeza.
- Muy bien, estaré como quieras, pero no.
- La verdad es que no te comprendo, eh.
- No quiero que me comprendas, solo quiero que me respetes y me dejes aquí, tranquilamente, solo eso.
- Bueno, si eso es lo que quieres.
- Eso es lo que quiero.
Paula se encogió de hombros y se metió en el cuarto de baño para darse los últimos retoques. Llamaron al timbre, Ana se levantó abatida, sabía que no llegaban a por ella esa noche.. no era como en su sueño.
- Hola.. ¿y Paula?
- Acicalándose todavía.
- No, ya he terminado.
Se acercó hasta Víctor y lo beso, a continuación se arrodeo para su amiga.
- Ana, en serio, ¿estas bien?
- Si, ¡ala!, iros los dos.
- ¿No te vienes? – pregunto Víctor extrañado.
- No me apetece salir.
- Si hace una noche fantástica..
- Ya, pero no.. no me insistáis mas, por favor.
- En fin.- le dio un beso a su amiga.- aquí te quedas tontona, pero que sepas que no me voy conforme.
- Ya, ya.. anda, que os lo paséis bien – comento sonriendo.
Cerro la puerta y la mas absoluta soledad pobló la estancia. Se suponía que a esas horas, según su sueño, debería de estar cenando con el chico que se repetía en su mente una y otra vez, Rodrigo. Lo que había vivido era igual que en su sueño, todo menos él. Se asomo a la ventana y las estrellas apenas se podían ver desde allí con las luces de la ciudad, oyó el rumor del mar a lo lejos. El mar, la mar que siempre la había consolado con su nana interminable. Se marchó a buscarla, necesitaba estar a su lado. Se quito las chanclas y se metió en la arena, se sentó tranquila cerca de la orilla y respiro hondo. Desde allí si se podía ver las estrellas, la luna llena e inmensa. En su mente empezó a sonar por alguna extraña razón la canción “Dentro de mi” de David Summer, una estrella fugaz cruzo el firmamento iluminándolo con su estela, ella deseo que si realmente existía el tal Rodrigo, conocerlo, si no, olvidarlo de una vez. Noto un aliento cerca de ella, un leve golpecito en la espalda, el corazón le dio un vuelco.. ¿sería él?.. miró y era Zahir.
- ¿Que haces tu por aquí?, eh.
Se levantó y se montó con soltura, paseo en aquel hermoso animal por la playa, por la parte antigua del pueblo, hacía el castillo, se introdujo en el bosque, llego hasta el claro donde se suponía que allí debería de estar la cabaña, el animal la invito a que bajase. Ana así lo hizo y deambulo por donde debía de estar, el porche, la entrada, la chimenea.. cada espacio era un recuerdo, un recuerdo de algo que ella mismo había vivido en aquel hermoso sueño. El corazón se le encogía a cada paso que daba, ¿por qué?.. si realmente existía aquel chico, ¿por qué no estaba allí?.. era angustioso todo aquello, deseaba fervientemente que acabase de una vez. Se montó en el caballo y se marcho de allí apresuradamente, subió hasta el castillo y paro de nuevo ante la derrumbada entrada. Debía de cruzar, quizás esa noche notara algo, como en su sueño. Traspaso el umbral, despacio fue recorriendo los interiores de aquel castillo, en su mente se transfiguraban escenas soñadas con él. Se bajo del caballo y entró de nuevo, cada habitación derrumbada era un trozo de aquel largo sueño. Las escaleras, empezó a subirlas, se detuvo, estaban rotas en mitad.. se sentó allí e intento recordar lo que ocurría, intento recordar...
Se despertó y al pronto no sabía donde estaba, miro a su alrededor y era un edificio derrumbado.. si, su mente empezó a atar cabos, era el castillo, estaba sentada en las escaleras, esas escaleras que no podía subir pues estaban rotas por mitad. Miro la hora, eran las cinco de la madrugada, se levanto despacio, salió a la puerta. En ella estaba Zahir esperando tranquilo y sosegado, le acaricio el morro al fiel animal y con el corazón encogido descendió por el sendero hasta el apartamento. Zahir la siguió tranquilo hasta la misma puerta, cuando la vio que iba a entrar relincho suavemente, Ana se volvió, en los ojos del animal pudo casi distinguir una mirada humana, una mirada oscura y profunda que le pedía que no abandonase, que luchara por descubrir la realidad de ese sueño. Echo las rodillas a tierra y las patas de atrás invitándola de nuevo a pasear sobre su lomo, ¿qué más daba?, al fin y al cabo tampoco le apetecía estar sola en aquel apartamento donde el sueño no la visitaría. Monto de nuevo, se agarro fuertemente, el caballo se levantó feliz, empezó con un alegre trote, avanzando por las calles, luego el trote pasó a ser un desenfrenado galope. Ana no sabía donde se dirigía, tampoco le importaba mucho, cerró los ojos, al rato noto como algo le mojaba los pies, en sus oídos, el rumor del mar. Aquella sensación de bienestar la calmo por dentro, noto que su ansiedad se esfumaba. El galope de Zahir fue aminorando hasta pararse del todo, Ana abrió los ojos, ante ella estaba el lago donde con él disfrutaría una agradable tarde de verano. Descendió del caballo, se tumbo sobre la hierva, en el cielo se veían miles de estrellas, sus ojos se fueron cerrando casi sin querer, al rato dormía placidamente.

Paula llego al apartamento, miró la hora, eran las ocho de la mañana. Supuso que Ana estaría aún durmiendo así que no quiso despertarla, como no se acordaba si le había dicho lo del autobús le dejo una nota para que la viera y se acostó a dormir.

Ana se despertó, miro somnolienta a su alrededor. Estaba en el lago, aquel lago donde lo encontrara en su sueño, donde hablara con él, donde le dijera.. él era un fantasma, un ser irreal que solo podía ser visto por los animales y por ella. Recordó que en su sueño ella se tiraba al lago, él la rescato, que estaba frío como el metal, que hay acabo todo, al regresar al apartamento terminaba su sueño. Realmente regresaría ese día a Sotram, según su sueño el autobús salía a las cuatro. Miro el reloj, eran las doce de la mañana, Zahir estaba allí pastando, lo llamo para regresar al hogar, desde el portal vio como el animal se perdía por las calles en busca de nuevo de su manada. Realmente todo era un poco extraño. Subió, se encontró la nota que ya esperaba, se ducho y empezó a hacer el equipaje. Como ya esperaba su amiga la interrumpió haciendo este y la informo de que Víctor las recogería a las tres y medía. Comieron y a la hora prevista llegaron a la estación. Ana tenía una extraña sensación de vació, aunque por otra parte tenía la esperanza de que al siguiente día sería como si nada de aquel extraño viaje hubiese pasado, que todo volvería a la tranquilidad. Solo le faltaba un pequeño detalle, la despedida de Alex que llego cuando ella esperaba, ni antes ni después, tal y como estaba soñado.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Tortazo o paliza

Cuando unos padres están esperando un retoño le piden todos los días a Dios que el pequeño o pequeña nazca sana/o. Da igual que sea uno o una, que sea mas guapo/a o mas feo/a, que a la larga sea mas bueno/a o revoltoso/a. Lo mas importante para unos padres es que nazca bien, que no traiga ninguna historia que haga que su vida sea un difícil arrastrar de sufrimiento, sufrimiento que al final los padres parecen casi mas que el propio hijo. Ayer estuve en el primer día de cursillo de preparación al parto y la preocupación mayor por todas las mamas era esa, que viniera bien.
¿Que clase de animal pega a sus hijos hasta la saciedad?, ¿los maltrata sin compasión?, ¿los lleva al hospital en un irreparable estado de coma?.. y al final... ¿lo deja vegetativo para toda su vida?

Alba, la niña que se esta escuchando tanto ahora en las noticias, era una niña afable, tranquila, buena. No era una niña conflictiva ni pendenciera, si no todo lo contrario, según sus profesores era una niña dulce y algo tímida. Supongo que sus horas en el colegio eran las mejores para ella del día, pues allí, con sus compañeros y sus educadores que la trataban con cariño se sentía a salvo de todo. Supongo que cuando la recogiera su madre o su padrastro y la llevara a casa la pobre iría con un miedo incontenible en el cuerpo, temblaría de pensar que en cualquier cosa (seguramente sin importancia que hacen todos los niños de su edad) su padrastro saltaría en cólera y le pegaría una paliza. Que la ataría de manos y le haría tomar la comida... y Dios mio, se me ha ido el vomito... pues nada.. entraría con la comida también... mas calentito si cabe y ese vomito mezclado de la amargura que se echa del estomago. Que si se portaba mal por algo, la desnudaría y la pondría de cara a la pared. Su cuerpo temblando por el frió aguantaria hasta que le diera la gana a esa bestia que habitaba en casa con su madre... y cosas, que seguramente no se habrán contando en la tele y que también le harían a la pequeña Alba. Hasta que un mal día, esa cosa abobinable se paso tanto en los palos que la ingresaron en coma en el hospital. Hoy, la pobre chiquilla vive en una silla de ruedas medio vegetal y están juzgando que hacer con los que la llevaron a aquel estado.

Aquí, en Andalucia, ha sido juzgada una mujer por darle un bofeton mal afortunado a su hijo, y ha sido condenada a 45 día de cárcel y un año completo sin acercarse al chiquillo. Ayer, el chiquillo, hijo de la condenada, salia en la tele diciendo que no había sido para tanto.. hasta al pobrecillo le parecía una esageración la condena de su pobre madre.

Mas, ¿como juzgar a un ser que lleva a una niña sana a base de palizas y vejaciones a ser practicamente vegetativa?... ¿que condena abría que darle?...

jueves, 11 de diciembre de 2008

Por siempre alli - 2ª Parte

A partir de mañana empiezo el curso de preparación al parto, con lo cual no se si tendré tiempo para poder meter una entrada. Así que las susodichas las voy a adelantar al Jueves.
Un besito y feliz fin de semana a todos!!
CAPITULO XII

- Por hoy creó que vamos a dar por concluido el entrenamiento. Tengo que reconocer que sois gran alumno para no haber estado nunca en contacto con las armas.
- Gracias, mi señor.
- Mañana refinaremos mas tú estilo y para el día del torneo creo que seréis un excelente escudero. Si es así, os tomare bajo mi mando para el resto de la vida.
- Sería un gran honor para mí.
- Ya lo creo, de ser un vulgar lacayo a ser un escudero hay una gran diferencia.- dijo una voz a su espalda.
Los dos se arrodearon, era el mago.
- ¡Armel!, ¿qué os trae por el patio de armas?, ¿no sois contrario a la violencia?
- Si, así es, aunque en algunas ocasiones esta sea necesaria. Como en el torneo de dentro de dos días.
- Será por una noble causa, el amor.
- Por amor se hacen tantas batallas en la vida.. tantas cosas... – su tono era melancólico.- pero yo he venido por otra causa, deseo hablar con su aventajado escudero, si es que ya ha terminado hoy de instruirlo.
- Esta a su entera disposición Armel.- dirigiéndose a Rodrigo.- Acompáñalo, quizás te quiera instruir en otras cosas.
- Si, mi señor.
Rodrigo se marcho con el mago.
- Me quede esperando tu visita por mi aposento. Me molesta que al final allá tenido que venir en tu busca.
- Yo no se donde se hospeda.
- No me mientas, se que lo sabes.
No dijo nada mas, bajaron hasta el laboratorio y una vez allí el mago hizo que su acompañante tomara asiento.
- Ahora explícame que es lo que pasa.
- No se a que se refiere.
- Me refiero a tu condicionamiento, a no saber nada cuando lo sabes todo, a eso me refiero.- empezó a dar vueltas mientras hablaba.- algo en ti ha cambiado, tu no eres el palurdo de hace un mes escaso que se escapo por amor con la princesa. En muy poco tiempo has adquirido el conocimiento de un sabio, se ha desvelado en ti una magia superior que supera hasta la mía propia. En cambio sigues comportándote como un pobre lacayo ignorante ante tus superiores, cuando ellos son los lacayos a tu lado.
- No comprendo lo que me decís.
- Pues si no lo comprendéis lo vais a comprender bien pronto.- se acerco a una de las vitrinas y saco el frasco con el liquido azulado que Rodrigo tan bien conocía el efecto.- bebe de este liquido.- dijo mientras lo echaba en una copa.- y comprenderás todo lo que te digo.
- No lo haré.
- ¿Por qué?, ¿acaso sabes su efectos?
- Los desconozco, por eso no he de beber.
- Si bebes de este líquido, tú que no sabes nada, te harás tan sabio como yo. No tendrás que servir a nadie nunca más.
- ¿Y para que quiero saber tanto?, se todo lo que debo de saber, no necesito mas conocimientos.
- La desconfianza mora en tu interior, has perdido la inocencia de muchacho, pero esa no es la causa por la cual no deseas beber. Tu sabes lo que te estoy dando tan bien como yo, ¿verdad?
Se hizo un largo silencio, Rodrigo sabía que no podía engañar al mago, que él lo sabía aunque no comprendía muy bien, así que decidió hablar.
- Esa pócima me dará años de invisibilidad inmortal, entendimiento con los animales, y conocimiento de alguien que me espera sin saber que lo esta haciendo.
- Eso es lo que quería oírte decir muchacho. Has regresado del viaje a ninguna parte, ¿verdad?..
- ¿Qué sabe de eso?
- Mucho más de lo que crees. Soy un mago, veo mas allá de lo que parece. Ahora hablamos igual. La princesa aún no esta enamorada de tu señor, pero lo estará si tu consigues unas gotas de su sangre y haces que beba de un mágico brebaje que preparare con los pétalos de la rosa del amor.
- ¿La rosa del amor?
- Si, es roja aterciopelada con los bordes ennegrecidos. La encontraras en los jardines del castillo. Haz de decirle al jardinero que te de cuatro de ellas que aún no hayan abierto pero estén a punto de hacerlo.
- Así lo haré.
- Debes de traérmelas ya, el torneo es dentro de dos días como ya sabes, y el brebaje debe de madurar al menos un día completo.
Rodrigo no contesto, se marchó.

La princesa bordaba acompañada de su dama de compañía en el jardín, era su sitio preferido, el mejor que ella recordara. Su madre se sentó junto a ella, la observo durante un rato.
- Adela, retírate, yo me quedare con mi hija.
La mujer se levanto silenciosa y se alejo de las dos.
- ¿Por qué te escapaste con Rodrigo?
- Era en quien mas confiaba de los hombres que conozco en el castillo.
- ¿Seguro que solo te movía eso?
- Si madre.
- Hija mía, ¿en tu corazón.. – detuvo sus palabras cuando vio a Rodrigo acercarse.
- Buenas tardes, mi reina, ¿me permitiría coger unas rosas de ese rosal para regalárselas a mi madre?
- Si.- lo observó mientras cogía el ramo y de reojo observaba a su hija. Cuando se iba le increpo.- Dime Rodrigo, ¿por qué aceptaste acompañar a la princesa en su huida del castillo?
- Ella me lo pidió así, mi señora. Necesitaba a alguien que la protegiese y yo..
- Tu no entiendes de armas, ¿verdad?
- No mucho. aunque manejo un poco la espada, tengo coraje, daría la vida si fuera necesario por el rey o por cualquiera de sus descendientes. En este caso, la princesa.
- Tus palabras no carecen de valor, y se que son nobles. - El asintió con la cabeza.- puedes retirarte.
Mientras Rodrigo se marchaba del jardín, la princesa no pudo aguantar lanzarle furtivas miradas, miradas que no fueron pasadas por alto por la reina.
- Hija mía, el no siente nada por ti. No se porque extraña razón te encaprichaste de un lacayo, pero ese no es tu destino. Debes de pensar en el príncipe de Lope como tu futuro esposo.
La princesa se sintió pillada en falta, pero su recio carácter la hizo actuar con serenidad.
- No se de que me hablas.
- Si lo sabes mi niña, a tu madre no puedes ocultarle nada.- su tono se torno mas serio.- pero recuerda lo que te he dicho, tu destino es otro.
Se levantó y se alejo. La dama de compañía llego al poco rato y observo que su princesa lloraba en silencio.

Rodrigo terminó de comer y mientras sus hermanos se dispersaban ayudo a su madre a recoger la mesa y fregar todos los cacharros. Un confortable ruido de hogar inundaba la pequeña cabaña en la que habitaban. Los ruidos se fueron calmando, Rodrigo observaba como chispeaba el fuego, oyó como se acercaba su madre y se sentaba a su lado, como rompía aquel silencio.
- Dentro de dos días será el día del torneo, tu servirás a tu señor.. y después.. ¿te iras para siempre?
- No se muy bien cuando lo haré.
- Se que voy a echarte de menos, pero estoy tranquila sabiendo que serás feliz.
- Cuando me escape por primera vez con la princesa, fue por amor, pero aquello salió tan mal que me alegro de esta segunda oportunidad. Quizás ella también se enamore del señor de Lope y...
- No se si se podrá enamorar, pero él le dará la vida que merece. Contigo eso nunca lo hubiese conseguido, date cuenta que es princesa.
- Lo se madre, pero algunas veces..
- El amor manda en los corazones de los enamorados, y la razón se queda anulada completamente.
- El amor.. es tan extraño.
- Yo fui concertada en matrimonio con tu padre. El me cortejo y me conquisto, cuando nos casamos y por primera vez fuimos uno, supe que nunca podría ser de otro hombre.
- Espero que eso le ocurra a la princesa con el príncipe.
- Tu sabes como es eso, se te nota en el fondo de tus ojos, fue con aquella chica, con Ana, ¿verdad?
- Fue maravilloso, aunque luego me sentí tan culpable, tan avergonzado..
- Era la única oportunidad que tenías, tu existencia era la de un ser frío e invisible. Tu reacción fue la natural de cualquier hombre en un estado tan precario.
- No obstante no lo debería de haber hecho.- su mirada y su voz se ensombreció.- quizás nunca debería de haber..
- Nunca pienses lo que no deberías de haber hecho. Las cosas son así, ahora estas aquí de nuevo, conmigo, charlando sobre cosas que nadie se las creería, y yo, una pobre campesina temerosa del mal oscuro, creyente en Dios, te escucha, te cree, e intenta comprender todo lo que me cuentes. Por eso nunca debes de abandonarte a la desesperanza, pues hasta lo más imposible puede ocurrir.
Rodrigo no pudo contener una lágrima que emergía de algún secreto rincón de su alma y se vio abrazado por la madre.
Rodrigó salió a la puerta de la casa, no podía dormir. Miró al cielo y estaba estrellado con una luna Llena inmensa... ¿dónde estaría ella ahora?.. ¿Se acordaría de él aún?.. ¿lo habría olvidado todo?.. una estrella fugaz surco luminosa el firmamento, él deseo con todas sus fuerzas que si lo había olvidado algo la hiciera recordar, recordar...

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Memorias del Norte

Hoy de nuevo he escuchado esta canción tan bonita que Luar Na Lubre hizo cuando paso lo del chapapote en Galicia. Siempre que la escucho me estremezco, pues fue desolador que las playas se quedasen tan contaminadas y negras y me acuerdo como el pueblo Español respondió con una solidaridad desbordada acudiendo allí donde se necesitaba limpiar tanta porquería.
Hoy he escuchado de nuevo esta canción y me he estremecido. Ahora que vienen fechas de solidaridad, de que el espíritu parece despertar para mirar a los mas desvalidos, de que todo parece mas unido, os dejo esta canción y un deseo.
Ojala que nuestros corazones siempre sean participes de ayudar a los que lo necesitan, pero no en algunas fechas, si no todos los días del año.






Madrugada, el puerto se durmió, amor, / la luna se mueve de un lado para otro sobre las olas / piso espejos antes de que salga el sol / en la noche guardé tu memoria.

Perderé otra vez la vida / cuando rompa la luz en las rocas, / perderé el día que aprendí a besar / palabras de tus ojos sobre el mar, / perderé el día que aprendí a besar / palabras de tus ojos sobre el mar.

Vino el luto antes de venir el rumor, / lo llevó la marea bajo la sombra. / Barcos negros surcan la mañana sin voz, / las redes vacías, sin gaviotas.

Y dirán, contarán mentiras / para ofrecérselas al patrón: / querrán cerrar con unas monedas, quizás, / tus ojos abiertos sobre el mar, / querrán cerrar con unas monedas, quizás, / tus ojos abiertos sobre el mar.

Madrugada, el puerto despertó, amor, / el reloj del bar quedó varado / en la costa muda de la desolación. / No vamos a olvidar, ni perdonarlo.

Volveré, volveré a la vida / cuando rompa la luz en las rocas / porque nosotros arrancamos todo el orgullo del mar, / no nos hundiremos nunca más / que en tu memoria ya no hay vuelta atrás: / no nos humillaréis nunca más..

Por siempre alli - 2ª Parte

Los dos últimos capítulos que deje juntitos no he tenido comentarios, aun así espero que sigáis leyendo mi mini-libro.
Aquí os dejo un capitulo mas.

CAPITULO XI

Se despertó soñolienta y los rayos del sol caían fuerte sobre ella, cambió de postura y un leve dolor le hizo estremecerse. Despertó y se miró el causante, era unas leves quemaduras sobre los hombros, debía de marcharse de allí, cobijarse. Se reincorporo y se dio cuenta que la playa ya estaba siendo invadida por la gente. Miró la hora y eran las once de la mañana, debía de regresar al piso.
Llego y su amiga aún dormía, se sentó en el sofá. No sabía que es lo que estaba esperando, esa noche se había enrollado con Alex, se sentía vacía. Ya no se acordaba ni por un asomo de su “ex”, pero en cambió no se le podía ir de la cabeza el nombre, el rostro, la voz, la amabilidad, de un fantasma que la perseguía, de alguien que había soñado, de un chico llamado Rodrigo. Según su sueño ese día se convertía en real, era su día, y la acompañaba al mercadillo, a todos los sitios, conocía a Paula y a su amigo. En cambió, allí estaba, sentada en el sofá, sin ganas de nada, quemada un poco por los hombros de un ratito de sol, esperando.. ¿el qué?..
- Buenos días, ¿ya te has levantado?
Ana miró a su compañera que presentaba un aspecto de sueño total.
- Si, lo que me extraña es que tu también lo hayas hecho.
- La verdad es que estoy un poco hecha polvo después de anoche.. ¡fue genial!.. tu lo deberías de probar.. claro no con Alex, pero en cuanto tengas la persona indi.. – sonó el timbre.- ¡voy a abrir!
Ana se quedo sola en la sala, supuso que sería Víctor que venía para ir al mercadillo. Pasaron y Víctor se sentó con Ana mientras que su amiga se vestía. Se marcharon para este y todos los tenderetes coincidían, todos. Aquello lo había vivido antes pero con un Rodrigo alegre e ingenioso, un Rodrigo que le iba explicando cosas de los bártulos mas antiguos, explicaciones que resonaban en su mente cada vez que veía uno de esos chismes. Entonces lo vio, era el tenderete donde se comprara en su sueño aquellos pendientes. Se acercó a la carrera y busco con avidez, el corazón le dio un vuelco.. sobre un trapo aterciopelado oscuro resaltaban los preciosos pendientes de plata vieja.
- ¿Cuánto cuestan?
- Son 9 euros, señorita, ahora, si se lleva todo el conjunto.- explico mientras sacaba el resto de los complementos que Ana conocía perfectamente.- serían 42.
Ana cogió el anillo y se lo probo, le estaba perfecto. Lo estudio con detenimiento y vio todos los rasgos que aparecían en su sueño.. ¿realmente sería un sueño?.. algunas veces lo dudaba..
- Son preciosas esas joyas.- dijo Paula a su amiga.-¿por qué no te las quedas?
- Son caras. – las dejo y miró al hombre intensamente.- ¿qué tal si le oferto 24 euros por todo?
- No, 24 es muy poco, son 42.
- Mire las bien, no cuestan tanto por qué son viejas, y lo mas seguro es que se las haya encontrado en Dios sabe donde. Aunque se ha empeñado en limpiarlas bien tienen tierra, señal de que..
El hombre se quedo algo pálido repentinamente.
- 24 euros esta bien.. – replico sin mas, las metió en la bolsa y se las dio.
Ana soltó el dinero y se marcho satisfecha, lo había sacado por 6 euros menos que Rodrigo.. pero, ¿qué significaba aquel pensam..?
- ¡Tía!, ¿desde cuando sabes regatear de esa forma?
- No se, es algo que me ha salido automáticamente.
- Pues podías regatear por todas mis compras, ¿sabes?
- No, no lo haré mas, no me siento con fuerzas.
Víctor y Paula se miraron entre si. Siguieron paseando por el mercadillo, Ana no había dicho ni medía desde que se había comprado las joyas. Paro y miró a sus compañeros.
- ¿Os gustaría que fuéramos a alguna tienda de los alrededores?
- Pues si, ¿por qué no?
Salieron del tumulto del mercadillo y Ana tomo la trayectoria que había hecho con Rodrigo en su sueño. Llego hasta aquella pequeña tienda, donde estaban las tallas en.. no había tallas, ni había cuadros.. no estaban.. miles de recuerdos pero..
- Ana, esta tienda es estupenda, hay cantidad de cosas.
- Si, y tu compraras un montón.
Como predijo Ana salieron cargados de cosas, como en su sueño lo soltaron en el apartamento, estuvieron en un bar de copas y comiendo en aquel restaurante italiano.. todo era igual.. todo menos él. Algo falto en la conversación, algo faltaba en cada cosa, en cada pieza, algo faltaba y poco a poco, mientras pasaban los minutos aquella ausencia se hacía mas real, mas agobiante.. tanto que parecía rozar la realidad.. que parecía que no fuese tal sueño.
Terminaron de comer, tomaron café y salieron de aquel restaurante.
- ¿Qué hacemos ahora? – pregunto Paula.
- Me gustaría ir a la playa.- dijo Ana sin total convencimiento.
- Vale, pero, ¿tu no te habías dejado el bañador en casa?
- Si, pero no importa, iré con lo puesto.
- ¡Sensacional!, bueno, pero antes tendremos que ir a cambiarnos, al menos este y yo..
- Vale, pues id chicos, dentro de media hora nos vemos en la estatua de la playa.
- Ana, no te vamos a dejar sola. – pronunció Víctor.
- ¿Por qué no?, no me va a ocurrir nada, en serio.. además tengo ganas de estar un ratito sola.. anda.. sed buenos..
- Como quieras, aunque sepas que no es de mi agrado..
- Vamos, mientras mas tardemos mas tarde volveremos.- Apresuro Paula.
- Dentro de media hora.. eh..
- Si, allí estaré.
- Hasta luego.
Vio como se alejaban los dos tonteando cogidos de la mano. Paseo melancólica por todo aquel entorno, recordando cada momento de su sueño.. aquel sueño tan dulce que a cada minuto se hacía real.. aquel sueño.. aquel beso, dulce e irreal. Se marcho y estuvo viendo los bañadores y los bikinis, vio el que él le compro en su sueño, estaba allí, en el mismo puesto, en el mismo lugar.. todo era igual. Después de pensarlo un ratito lo compro ella misma, quizás lo utilizara después.
Los músicos tocaban su canción, aquella que bailarán juntos, era la misma melodía, los mismos chicos.. todo era igual.. la única diferencia fue la aparición de sus amigos a la hora convenida, sin retrasarse, la sacaron de aquel momento en que casi noto unos brazos rodeándola..
- ¡Ya hemos llegado!
- Puntuales.
- Eso será por él, por qué por ti siempre me tengo que quedar esperándote.
- La verdad es que si, pues si no fuese por mi cielito, no veas.
- Bueno, pues vamos.
Ana sin saber por qué se hizo dueña de la excursión, sus amigos la seguían entre bromas. Ella tomo la trayectoria hacía la cala de su sueño, pasaron un corto túnel entre las rocas parecido a una cueva y al otro lado había una pequeña playita de arena fina y agua cristalina. Cuando llegaron Ana se sentó en la arena y sus amigos hicieron lo propio.
- Ana, ¿cómo conoces este lugar? – pregunto Víctor un poco sorprendido.
- No se, ha sido intuición, simplemente.
- Pues hija, menuda intuición.. últimamente es que estas de un extraño, lo predices todo.
Ana no contesto, se encogió de hombros y se sentó en la arena. En su mente se dibujaron imágenes de estar en el agua, de jugar con unos delfines, de ser feliz.. no deseaba pensar en esas cosas.. no deseaba..
- ¿Aquí se han encontrado alguna vez delfines varados? – la pregunta le salió casi sin pensarlo.
- Si, una vez se encontraron dos, intentaron introducirlos en el mar, uno de ellos murió, el otro supongo que estará por ahí gozando todavía.
- ¿También ha sido una adivinación de esas que parecen que últimamente son innatas en ti? – pregunto Paula con sarcasmo.
- No seas así Paula, seguramente lo leería. En el periódico salió esa noticia. Incluso creo que también en la televisión, ¿no?
Ana dudo un poco y contesto presurosa.
- Si, eso, lo vería en la tele y he relacionado el entorno.
Quizás esa fuera la lógica, pero, ¿y lo demás?. Se tumbó de espaldas a todo aquello, un nerviosismo inexplicable levitaba en aquel ambiente. Un sobresalto le hizo quitarse los zapatos, y ayudada por la toalla ponerse el bikini y zambullirse ante los atónitos ojos de sus amigos en el gran azul. Nado y nado hasta casi agotarse, cuando se dio cuenta estaba demasiado lejos de la playa. Quizás era mejor morir allí, aquellos sueños la torturaban sin descanso. Un delfín saltó a su lado, en su sueño eran dos, pero uno le había dicho Víctor que había muert.. ¿qué clase de pensamiento era aquel?.. el delfín salto de nuevo por encima de su cabeza y jugaba a su alrededor, ella se dejo llevar por aquel majestuoso animal marino una y otra vez, cuando estuvo agotada este, al igual que en su sueño, la traslado hasta casi la orilla, iba sonriente y feliz.
- Ana, ¿estas loca?.. por que Víctor me ha retenido que si no..
- Algo en mi interior me decía que podía estar tranquilo, luego te he visto con el delfín y...
- Pero a mi en cambio me comía los nervios por dentro.
- Ya, ya se como son tus nervios – comentó sonriendo mientras se dejaba caer agotada en la arena y se dormía placidamente.


martes, 9 de diciembre de 2008

Saldremos a la lluvia

Creo que hoy que esta lloviendo podemos hacer dos cosas. Una, quedarnos en casa y ver la misma tras el cristal o ponernos el chubasquero y salir... saldremos a la lluvia.




Espero que disfrutéis de la lluvia.. pues no hay nada mas purificador que el agua para sentirse mejor!

viernes, 5 de diciembre de 2008

Pajaritos

Para haceros sonreír un ratito os dejo un corto muy simpático sobre unos paja ros algo traviesos.

Feliz fin de semana!


Por siempre alli - 2ª Parte

Bueno, como este fin de semana es mas largo, y en esta semana por las pequeñas cosas acontecidas no he podido poner ni un capitulo de mi mini-libro, os voy a dejar ahora dos.



CAPITULO IX

En el último día de cursillo, el examen que hizo fue el mismo de su sueño. La verdad es que se había centrado mas en esas preguntas pues se las esperaba, como en días anteriores. En las cañas se centró en la conversación, su comida se repitió, todo era igual.. todo menos una cosa. Algo que le hurgaba dentro, que se destrozaba por comprender y no podía llegar a una conclusión, algo que..
- Ana, ¿qué te pasa?
- Nada.
- ¿Nada?.. pues no se, pero desde que hicimos el exa..
- ¡Es eso!.. - .la interrumpió.- todo lo que me pasa, todo, o la mayoría de las cosas las he vivido antes.- hizo un pequeño paréntesis.- Paula, en el examen, por ejemplo, sabía las preguntas que iban a poner, ya lo había..
- Pues me las podías haber dicho, guapa.
- Esto es serio, todo lo que me pasa aquí.. todo..
- ¿Por eso últimamente parecía averiguarme el pensamiento?
- Si, algo así.
- ¿Y para esta tarde que me predices, Rappel?
- Veo que te lo tomas a cachondeo.
- Mujer, es que como comprenderás, así de pronto te conviertes en adivina, pues.. no se..
Ana enmudeció, su amiga no se había creído nada, ¿para que seguir contándole que su corazón suspiraba por un chico llamado Rodrigo?.. un chico que era como un fantasma pues no lo podía ver. Para que contarle que era la reencarnación de una princesa.. si ella misma no estaba segura. Supuso que su amiga capto la cara de decepción que Ana tenía..
- Venga, me lo tomo en serio.
- No vale la pena.- dijo Ana abatida.- por cierto, esta tarde no voy a tomar café y ya se que tengo que barrer y quitar el polvo.- se levantó y se marcho para su cuarto, en la puerta se arrodeo para su amiga.- por cierto, si no te quieres mojar llévate un paraguas o un chubasquero. Esta tarde va a caer una tormenta de aupa.
Paula se quedo en la sala y se asomo a la ventana, la verdad es que no estaba la cosa muy clara.
Ana se tumbo en la cama y se durmió profundamente. Cuando despertó eran las seis y cuarto. Estaba sola, limpio y barrio y se desplomo sobre el sofá. Sabía con certeza que según su sueño llegaría Paula con Víctor al empezar a llover. Cerró los ojos y se vio con Rodrigo en su cabaña del bosque. Tocaba la flauta, una hermosa melodía, luego ella toco una preciosa guitarra que él le daba.. podía escuchar la música en la sala, en su corazón.. Un trueno la hizo volver a la realidad. Se levantó y se acerco a la ventana, empezó a llover torrencialmente, pronto llegarían Paula y Víctor, lo presentía como tantas cosas.

Víctor se despidió de las dos chicas, habían estado jugando al parchis y la oca durante toda la tarde. Habían quedado en el “ringlo” a las diez.
- Ana, ¿qué me predices para esta noche?
- Esta noche será mágica para ti, y un desastre para mi.
- ¿Por qué?
- Por qué estoy hecha un lió, ¿sabes?.. por qué todo esto es una locura.. por un montón de cosas... – se levantó y se metió para el cuarto de baño.- voy a ducharme.

La discoteca estaba súper agobiante. Ana intentaba olvidarse de todo, de su sueño, pero era igual, las mismas cosas. Se salieron Víctor y ella de la pista y pronto este desapareció con Paula, solo quedaron Ana y Alex. Ana bailo hasta no poder más y su compañero le siguió hasta el final, estaba rendida.
- ¿Nos salimos?
Este afirmo con la cabeza y empezó a abrir paso entre la gente. Se pidieron algo y se marcharon a un sitio donde no había tanta gente.
- ¿Qué te pasa esta noche, Ana?
La misma pregunta, todo se volvía a repetir. Ella no contesto a esa pregunta, se termino la bebida de un sorbo y lo miro.
- Vamonos de aquí Alex, coge el descapotable que tienes en el taller y nos largamos.
Alex se quedo un poco atónito.. ¿cómo sabía ella que... , se termino la bebida y fueron a por el coche. Ana se subió al mismo y fueron al pub “la nota”, en un pueblo cercano. Todo se volvía a repetir, todo..
- ¿Bailas?
Ana esperaba esa pregunta, se levantó gustosa y bailaron. Ana sabía lo que vendría después y no sabía que hacer. Bailaron y bailaron hasta que el pianista paro a descansar durante media hora.
- ¿Nos sentamos?
- Si, vale.
Se hizo un silencio, las bebidas se terminaban.
- Alex.. yo.. - ¿cómo le iba a decir que sabía lo que pasaría después?.- si quieres, nos podemos ir.
- Vale.
Se levantaron y fueron hasta el rompeolas, ¿y ahora que?, ¿respetar un sueño o dejarse llevar por el momento?.. al fin y al cabo no iba a traicionar a nadie.. nada mas que a Alex.. pero si había llegado hasta allí sabiendo lo que ocurriría tendría que seguir, esta vez no lo iba a cortar, no tenia por qué. Noto su mano sobre sus hombros, se miraron, él precipito sus labios sobre los dos ella besándola fugazmente, Ana aparto la cara...
- Alex.- lo miro fijamente.- si esta noche nos enrollamos, que sepas que solo será eso. Un rollo de una noche, y mañana tan amigos. No quiero hacerte daño, estoy pasando una etapa muy difícil.
- Entonces.. – en sus palabras asomaba la duda.- ¿quieres continuar?
Ana no contesto, cerró los ojos, tenía que cambiar de alguna manera sus sueño, romper ese extraño hechizo y se entrego a los brazos de su acompañante.



- ¿Me llevas a casa?
- Claro que si.
Llegaron a la puerta, Ana se disponía a bajar, el la retuvo por el brazo.
- Ana, ¿Nos vemos el domingo en la estación para despedirnos?
- Si, claro, pero recuerda.. esto no ha significado nada. Solo ha sido..
- ya, ya.. una necesidad del alma.. – sonrió abiertamente.- me ha gustado mucho, espero que duermas bien.- le beso en la mejilla.- Que sepas, que siempre lo recordare con cariño.
Ana se bajo del coche y subió al apartamento. Por una parte se sentía liberada, por otra culpable, no sabía cual era la opción mas clara, pensando en eso se durmió.

- Ana, Ana..
Ana despertó, Paula la miraba con cara ilusionada.
- Tía, ha sido genial, lo hemos hecho.
- Ya, te dije que iba a ser una noche mágica para ti.
- Hazme sitio.. venga.
Ana se reincorporo, su amiga se sento a su lado.
- Bueno, cuenta, ¿cómo te ha ido con Alex?
- Estuvimos en la disco, luego en un pub bailando, después me llevo al rompeolas y me intento besar.
- ¿Y?
- Le explique mis circunstancias, eso lo primero, le advertí que sería un rollo de una noche..
- ¿Os enrollasteis?
- Al final si.. pero no se.. me siento culpable, yo.. a mi quien me gusta es..
- Juan, el cretino ese que te ha estado martirizando durante cuatro largos años, lo se, pues lo deberías de ir olvidando.
Todo se volvía a repetir, ahora le contaría su aventura en el bosque, la escucharía con atención, le diría que se alegraba mucho, le preguntaría si ella lo había hecho alguna vez con Juan y le respondería que no.. en fin, una vez mas..
Paula se marchó para la habitación, Ana se asomo al balcón. Estaba amaneciendo sobre la ciudad, seguramente se podría ver el sol salir del mar, aun no era tarde. Se dirigió a la playa, según su sueño allí lo vería por primera vez como persona.. ¿ocurriría?. Se sentó en la arena y contemplo el gran milagro de la naturaleza. El día sería soleado, no le cabía la menor duda, aspiro el mar salado...

CAPITULO X

La princesa paro su caballo y respiro hondo. Ante ella se extendía el camino que tantas veces había recorrido para bajar a bañarse a la playa. Al final del camino, al otro lado del bosque estaba el castillo, el castillo de su padre. Miró a Enrique que estaba a su lado, su sonrisa le dio serenidad.
- Tranquila princesa, tu lacayo y tú estáis bajo la protección de mi padre, el rey.
Miro al rey que estaba al otro lado, le sonreía también.
- Adelante.- dijo con voz segura aunque el corazón casi se le salía del pecho.
Cada paso que daba el caballo era más trabajoso para ella enfrentarse con todo lo que la rodeaba, notaba un peso en el pecho, algo que no podía controlar bien. Por fin llegaron al portón, los nervios eran casi incontrolables, ¿cómo debía de actuar ante su padre después de tanto días y de su escapada?. Entraron todos al gran patio del castillo y se bajaron de los caballos, Rodrigo acompañado de los otros cuatro lacayos que venían cogieron estos y se dirigieron a las caballerizas. La princesa miró con tristeza fugazmente a Rodrigo, este lo noto y la miro para darle fortaleza, sabía que iba a pasar un mal trago. Uno de los sirvientes del castillo se acerco a ellos.
- ¿Qué deseáis caba...- la miró intensamente.- ¿¡princesa!?.. – su pregunta admirativa hizo que hincara la rodilla a tierra y la levantase nervioso.- anunciaré su llegada al rey.
- Esperad, anunciad también la presencia del Rey y el príncipe de Lope, esperaremos en la sala a ser llamados a su presencia.
- Si, mi princesa.
El lacayo entró seguida de la princesa y los dos hombres. Se sentaron en el salón y poco tuvieron que esperar. La reina fue la primera que entró y se detuvo ante las tres visitas.
- Excusadme, pero quisiera hablar con mi hija.- miro a la princesa, su tono cambio.- Acompañadme a la sala de costura.
La princesa se levantó y salió con su madre. Su madre parecía enfadada, era de esperar, pero, ¿qué le pasaría por su desafío?. Tomo asiento y su madre lo hizo frente a ella. Hubo un corto e interminable silencio, este fue roto por una voz llena de emoción.
- Hija mía, has vuelto, pero dime, ¿cómo se te ocurrió que podías escapar de tu destino?.
La princesa se quedo un poco sorprendida por la pregunta de su madre.
- Tu padre esta muy enfadado. La unión con tu prometido tiene que realizarse para solidificar los dos reinos, ¿no lo comprendes?
- Madre, es que yo no quiero a ese...
- Pero dime, ¿por qué te fuiste al norte?, ¿por qué te acompañan el rey y el príncipe de Lope?
- Va a pedir mi mano, va a desafiar a mi prometido en torneo.- el tono de su voz era sombrío, pero la reacción de su madre la desconcertó.
- ¡Dios es bueno y misericordioso!, espero que le de brazo presto para ganar.
- Pero madre..
- Hija mía, yo he rezado cada día para que el señor te guardase de todo mal desde que naciste. Cuando tu padre te prometió con ese príncipe creí que Dios no escuchaba mis oraciones, pero tu valentía y su protección han dado buen fruto. El reino de Lope es mayor que el de ese rufián, podrá combatir por ti, y el rey y el príncipe de Lope son hombres de ley y palabra, nobles y buenos. Yo siempre he querido algo así para ti.
- ¿Entonces no estas enfadada por ..?
- No, y le pedí a Dios que no te encontrarán y te hicieran una desdichada, que te diera otra luz, otro camino.. y así ha sido.
- Lo que no comprendo es que si todos sabéis como es ese hombre, Padre me haya compr..
- No.- le interrumpió su madre.- Tu padre es el único que lo ignora, y tu bien lo conoces para saber que la palabra de él es la de Ventura.
- Ventura, si..
- Todos menos tu padre conocemos el carácter de ese.. de ese..
- Pero Padre estaba dispuesto a ver a ..
- Si, debe de hacerlo, lo mismo que tiene que aceptar el cumplimiento del torneo.
- Madre, no estoy segura de querer casarme con el príncipe de Lope.
- Hija mía, cuando tu abuelo me prometió con tu padre yo no lo conocía. Cuando lo vi por primera vez no sentí nada, quizás una leve simpatía, pero él me hizo conocer el amor, pues es un buen hombre. A ti te pasará lo mismo, tu corazón aún no conoce el amor, el príncipe de Lope lo conquistara sin duda, él es un buen hombre.
Algo minúsculo se ensombreció en el rostro de la princesa, algo que hizo que la reina pusiera cara de preocupación. Adivinaba por qué su hija había escapado de aquella forma solo con un lacayo. Se levantó sin preguntar, no deseaba saber nada más. La princesa vio como su madre se marchaba para la puerta y la miraba antes de salir.
- Tu padre va a ser benévolo contigo, no tientes otra vez a la suerte, ¿me has entendido? – su voz sonaba dura e inflexible.
La princesa no dijo nada, solo afirmó con la cabeza.

- Rodrigo..
La voz le sobresalto, se dio la vuelta y vio al mago que lo observaba.
- Dígame Armel.
- ¿Qué ha cambiado en ti?.. ¿qué es lo que notó distinto?
- ¿En mi?, ¿no comprendo?
- Eso, eres demasiado inteligente quizás. Cuando escapaste con la princesa solo eras un muchacho que no sabía ni escribir, pero al volver has vuelto con sabiduría, no como un vulgar lacayo. Hay un elemento que escapa a todo, algo que no llego a comprender.. ¿cómo ha sido tu transformación tan rápida?
- Sigo sin comprender, yo soy el mismo.
- No.. eso es lo que haría cualquier persona inteligente, ocultarse ante un mago, pero tu, tu, lo puedo presentir, no me puedes engañar. Me gustaría hablar contigo en privado, en mi laboratorio, allí te espero.
- ¿Dónde esta?
- Eso no te lo tengo que decir, lo sabes de sobra.. se que lo sabes.

El rey vio entrar a sus invitados, los saludo y se sentaron los cuatro.
- Lo primero que tengo que agradeceros es vuestra amabilidad de haberme traído a mi hija sana y salva, de haber cuidado de ella. Debéis de perdonar las molestias que os han podido causar, aún es joven e irrespetuosa, pero yo la enseñare.
- Ha sido un placer tener a vuestra hija en mi castillo, es una joven muy agradable.
- Pues entonces creó que todo esta dicho, os quedareis como mis invitados hasta que gustéis y podéis partir cuando os plazca. También me gustaría invitaros a la boda de mi hija, se celebrara en breve ya que esta de regreso.
- De eso quería hablaros, mi hijo, esta en edad de elegir esposa. Él desde que vio por primera vez a su hija hace unos años le gusto para compartir su vida con ella, por eso..
- ¿Por qué no lo ha dicho hasta ahora? – intervino Ventura.
- Ha estado esperando a que tuviese la edad apropiada, eso es todo.. ahora que se ha enterado que ya tiene dicha edad, deseaba retar al príncipe de Castejar en torneo por el amor de la princesa.
- ¿Retarlo?.. no tiene por qué, él ya es el poseedor de la mano de la princesa.- opinó Ventura de nuevo.
- Señor, según las ordenes de caballería, cualquier príncipe puede aspirar por el reto a la mano de una princesa si esta está comprometida. La mitad de mis posesiones serán pronto de mi hijo, se las cederé el día de su boda, como su regalo, y el resto de ellas a mi muerte cogiendo, como corresponde, el rango de Rey. Al estar a la altura de las circunstancias tiene derecho a exigir que haya tal torneo.
El rey guardo silencio durante un rato, luego hablo.
- Creó que es justo lo que decís, el príncipe de Castejar será avisado. Ventura, tu mismo que eres mi hombre de confianza saldrás ahora mismo y lo convocaras al castillo. Mientras, mis nobles señores, os quedaréis y disfrutareis de mi hospitalidad hasta el torneo, que será fechado para dentro de tres días.
- Pero, mi señor..
- Ventura.- su voz sonaba firme.- .. ve y haz lo que te digo, pronto.. el castillo de Castejar esta a un día de camino, al trote llegaras un poco antes, llevaras una autorización para repostar caballo si fuera necesario, díselo a mi escribiente.
- Si, mi señor.
Ventura salió de la sala y se quedo solo el rey con los dos extranjeros.
- Dios ha de decidir quien desea como esposa para mi hija.
Se levantaron y salieron los tres de la sala.




Terminaron de comer, el rey se levantó y miró a los presentes, la princesa adivino que iba a decir algo de importancia. Carraspeo y con voz segura soltó.
- Dentro de tres días habrá un torneo, donde el príncipe de Castejar y el príncipe de Lope batirán por mi hija. La mano de esta será para el vencedor, y esta decisión será irrevocable... – levantó su copa y tomo un gran sorbo de vino, luego, sin mediar palabra se retiro de la mesa.
La princesa miró fugazmente a su madre y esta sonrió, luego se paso a la del príncipe y esté parecía feliz.. ¿era ella la única que notaba un peso en su corazón que la oprimía?.. seguramente sí..

Rodrigo ayudo a su padre en la fragua. Estaba emocionado de verlos de nuevo a todos, para ellos había pasado solo unos días, para Rodrigo una eternidad. Se sentó a respirar el aire fresco y puro, podía oler el guiso de su madre, podía oír a su hermanos pequeños pelear.. todo estaba vivo de nuevo, se sentía feliz. Una figura se traslució a la lejanía, se fue acercando y supo quien era, se levantó y se acerco.
- Rodrigo, quiero que seas mi escudero para el torneo.
- Si, mi señor.
- Se celebrara dentro de tres días, ya han ido a avisar a mi adversario, que espero se presente puntual, pues estoy impaciente de combatir por la princesa.- lo miró atentamente.- ¿tu has sido alguna vez escudero?
- No, mi señor, pero creó que no será difícil tarea.
- Solo debes de tener mis armas a punto y limpias para el día del torneo, y dármelas cuando te las vaya pidiendo. En estos tres días te enseñare a hacerlo. Sabes que estas bajo mi protección, así que no veo mejor escudero.
- Así será.
- Bien, pues mañana a primera hora te espero en el patio de armas para empezar tu aprendizaje, creó que eres inteligente y lo harás rápido.
Rodrigo asintió con la cabeza y después de un leve saludo el caballero se alejo.
- ¿Qué quería ese hombre?
La voz de su madre le sobresaltó.
- Es el príncipe de Lope, me ha nombrado su escudero para el torneo de dentro de dos días, luchara por la princesa.
- Hijo mío, una princesa es de sangre real, esa no se puede mezclar con la de un plebeyo .. ¿me comprendes?
- Si madre, lo sé.
- Estos días que no he sabido de ti he sufrido mucho, pues mis sueños han sido pesadillas de fantasmas. Ahora que te veo mi corazón esta mucho mas tranquilo y sosegado.
- Madre, yo no estaré mucho aquí. Quizás me tenga que ir después del torneo, lejos.
- Rodrigo, contigo sois diez hermanos, y a Dios gracia aún os tengo a los diez. Tu eres el mayor, lo se, y detrás de ti aún hay nueve mas. Ellos me darán ánimos para vivir, para verlos hechos hombres y mujeres casados, para tener mis nietos en un futuro.. pero tu futuro se que no es este. Tu eres especial, no eres como ellos.. yo he soñado mundos extraños en los cuales tu estabas con ella, con la princesa.. pero no era la princesa.. era su rostro, sus manos, su cuerpo.. pero no ella.. – tuvo un largo silenció.- dime si esa mujer existe, solo quiero saber eso.
- Si.
Sus ojos sonrieron.
- Llama a tus hermanos para cenar, después, cuando padre se acueste nos quedaremos en el fuego y me lo contarás todo... desde el principio.
Rodrigo hizo lo que su madre le indico. Cenaron en el bullicio de una mesa de doce alegres comensales. Mas tarde poco a poco el silenció se fue apoderando de la pequeña casa. Sus hermanos se fueron retirando a sus habitaciones. Rodrigo se quedo ante el fuego, disfrutando del dulce calor que desprendía. Su padre se despidió y se marcho a acostar también. Su madre se acercó tiernamente y miró a su hijo, en sus ojos chispeaba la llama de quién desea saber. Rodrigo, por segunda vez, empezó por el momento en que escaparon por primera vez, pues sabía que ella tenía un sexto sentido, que no se tomaría nada a broma, que lo comprendería...

jueves, 4 de diciembre de 2008

Cosas de niño.

Llevo muchos días sin poner ni una sola palabra, ni una sola.. pero tranquilos, no me ha pasado nada.. por si me habéis echado de menos.
Mi pequeño ha estado algo pachucho y el lunes el medico me dijo que tenia placas en la garganta. El pobre paso dos días mas apagadito que nada. El Domingo y casi todo el Lunes pegado a mi en un abrazo interminable que ha hecho que estemos los dos encerrados en casa hasta esta mañana que por fin decidí llevarlo a la guardería un rato.. ¿decidí o decidió?.. ayer, que estaba ya en su salsa me traía desesperado el chaqueton para que se lo pusiera e iba hasta la puerta señalándola para indicarme que quería salir a la calle un rato... y cuando le decía que no, que mañana, se enfufurruñaba medio lloriqueando desesperado. Así que esta mañana cuando ha salido por la puerta hacia fiestas y al llegar a la guardería se me ha tirado casi del carro y se ha metido en busca de sus compañeros y compañeras de juego. Los peques son así, no tienen miedo ni vergüenza de expresar lo que sienten. Si necesitan calor y cariño por que están malitos se pegan a ti como una pegatina, si están alegres y felices te lo comunican con sus gestos y sus ocurrencias.
Observando a mi pequeño, llego a la conclusión de que cuando crecemos perdemos la capacidad de ser espontáneos. Recogemos en una cesta todos los sentimientos y no nos dejamos llevar muchas veces por los acontecimientos y el momento, ya sea por miedo, por timidez, por miedo al ridículo .. en esos momentos, y como decía una canción de los secretos, deberíamos de volver a ser un niño.

viernes, 28 de noviembre de 2008

CAPITULO VIII

Abrió los ojos y vio unos intensos ojos que le miraban y sonreían, una cara tan cercana que podía sentir su aliento en la boca, un cuerpo que casi invadía el suyo. Dio un grito y Rodrigo despertó sobresaltado. El animal se retiro un poco aturdido y ladro, acto seguido se acerco y le dio un lametón en la mejilla.
- ¿Quién eres tu que mi perro tiene tanta confianza contigo?
La voz los sobresaltó, miraron para la procedencia de ella. Un muchacho montado en un hermoso caballo tordo los observaba a los dos. Rodrigo se levantó y rozo con sus dedos la espada, desconfiaba de las intenciones del forastero.
- Decidme, ¿quiénes sois y hacía donde os dirigís?
- Somos dos forasteros, nos dirigimos hacía el castillo de Lope.- respondió Rodrigo firme.
- ¿Con que intenciones?
- Con la de hablar con el rey.
- ¿De que deseáis hablar con él?
- Eso a vos no os incumbe.- increpo ella.
El muchacho pareció algo desconcertado.. miró intensamente a la princesa.
- Sois una mujer, lo puedo deducir por vuestra voz – hizo una pequeña pausa.- pero decidme, por favor, ¿quiénes sois vos?
- Una dama no tiene por que desvelar su identidad ante un desconocido.
- Si sois quien creo que sois, no soy para vos un desconocido.
- Pues decidme entonces...
- Pero lo que no llego a comprender por qué estáis tan lejos de vuestro hogar.
- ¿Lejos de mi hogar?
- Si, mi perro tiene mejor memoria que yo. El no ha dudado ni un segundo. Yo en cambio aun tengo que contemplar esa bella mirada para poder confirmar vuestra identidad, aunque vuestra voz ya me desvela vuestro secreto.
- ¿Y cual es según vos?
- Sois Ana de Acerron, princesa del reino de Castell. Vuestro hogar esta en Castillo del Mar. Yo soy Enrique de Lope, príncipe y heredero del reino de Lope. Hace cinco años estuve en vuestras propiedades con mi padre y os conocí, vuestro rostro quedo grabado en mi mente y me prometí a mi mismo que os pediría a vuestro padre en matrimonio cuando tuviese bastante edad para ello.
- Tenéis razón.- hizo una pequeña pausa.- y ahora que sabéis quien soy, me gustaría pedidos alojamiento en vuestro castillo. Allí, mi lacayo y yo os explicaremos las razones por las cuales estamos lejos de donde vivo.
- Coged vuestras cabalgaduras y acompañadme sin mas.
Los tres se dirigieron hacía el castillo. Cuando llegaron se asearon y comieron algo, mas tarde se reunieron con su anfitrión.
- Bien princesa, explicadme que es lo que deseáis de mi.
- Mi padre, el rey, me ha prometido con el príncipe de Castejar, yo..
- ¿Al príncipe de Castejar?,¿ese rufián de poca monta?.
- Yo no deseó de ninguna manera casarme con él. He huido del castillo y deseo que me des un trabajo en tu castillo, cualquier cosa antes de...
- No princesa, de ninguna manera. Te daré protección en mi reino, hablare con mi padre, iremos a tu castillo y rebatiremos tu mano.
- ¿Qué es eso?
- Eso es que yo tengo derecho a pedirte en matrimonio. Como ya estáis prometida, tendría que batirme con tu futuro esposo, si tu padre accede. Tu te quedarás con quien gane.
- Pero yo no deseo tampoco que vos..
- A mi me parece muy justo.- intervino Rodrigo que había estado escuchando en silencio.
- ¡Rodrigo! .- saltó enfadada la princesa.- ¡como os atrevéis a decir algo semejante!
- Princesa, darás las circunstancias es lo mejor.
- Por favor Enrique, ¿podríais darnos un momento de ausencia para poder hablar con mi lacayo?
- Su lacayo más bien me parece que es un buen consejero.
- Enrique, perdonadnos un momento.
Salieron los dos de la estancia, la princesa estaba realmente enfadada.
- Pero, ¿qué pretendéis?, ¿qué me salga de las fauces del lobo y me meta en las garras del oso?, yo solo deseo a una persona.. a ti..
Rodrigo se sentía mal, su señora no comprendía las circunstancias que habían cambiado su vida.
- Princesa, ya te explique todo lo que había pasado.
- Si, todo esas cosas sobre lo de mi vida y eso.. pero.. yo.. en el fondo...
- Princesa, ¿confías en mi? – la miro intensamente a los ojos.
- No se, no se... últimamente estoy muy confusa..
- El príncipe Enrique es un buen hombre, no es como los demás, dale una oportunidad. Deja que tu corazón lo conozca y no te encierres en una idea.. deja que luche por ti. Digas lo que digas hay dentro, él, va a hacer todo lo que este en su mano para que seas su esposa, esta enamorado de ti.
- Enamorado de mi… ¿Cómo puede estar enamorado de mi alguien que solo me vio una vez en el palacio de mi padre?
- Algunas veces con una sola mirada basta para que palpiten dos corazones.
La princesa guardo silencio y su voz sonó apagada.
- ¿Me pides que renuncie a todos mis sueños contigo?
- Te pido que no te encierres en un solo sueño, que dejes libre tu mente, que te dejes conquistar aunque sea al principio sin convencimiento.
La mirada que devolvía la princesa a Rodrigo era triste, pero sabía que tenía que aceptar, pues aquello era una encerrona. Entraron de nuevo a la sala donde Enrique esperaba.
- Enrique, debes luchar por mí si quieres defender mi honor y hacerme tu esposa. – su voz sonó débil.
- Bien princesa, tu y tu lacayo seréis mis protegidos.
La princesa salió de la habitación y busco los jardines, junto un lugar apartado, sin poder remediarlo lloro amargamente. Rodrigo la observo con el corazón partido, pero sabía que ya no la amaba a ella, si no a Ana, aquella chica que la esperaba, pues lo presentía como tantas otras cosas..
No supo el tiempo que paso allí, sola. Su corazón se sentía herido y dañado por el dolor. Una sombra se acerco hasta ella, cuando se dio cuenta estaba casi encima.
- Princesa, ¿estas triste?, ¿qué te pasa?.- hubo un pequeño silencio en el cual ella no dijo nada.- ¿No deseas que luche por ti en torneo?
La princesa alzo la mirada por primera vez en todo ese intervalo de tiempo.
- No es eso, es que yo..
- Paseemos, las palabras salen mejor andando.
Se levantó, empezaron a andar por lo alrededores del castillo. A esas horas la fragancia de las flores silvestres perfumaban la tierra. El espero a que la princesa se decidiera a hablar, ella, no sabía por qué razón lo hizo, suponía que debía de liberarse de aquel peso que albergaba en su interior.
- Enrique, en mi corazón esta prendida una espina de alguien que me ha querido y ahora ya no. Por ese motivo huí de mi castillo, de mi futura boda, de todo, para ser feliz.- hizo una pausa.- pero ahora, todo ha cambiado, de un día a otro, aunque hayan pasado siglos por sus palabras. – miro hacía el hermoso campo de amapolas que se extendía ante ellos.- yo preferiría que vos no lucharais por mi, que no arriesgarais vuestra vida, pues yo a cambio no os puedo dar nada.
- Entonces, ¿qué queréis que haga?
- Dejarme vivir como una campesina, eh traicionado a mi padre, a mi reino, a todos.. no merezco nada.
- Mi princesa, tu no has traicionado a nadie. – la intentaba mirar pero ella se escabullía.- al cambio, has sido traicionada y el traidor merece la muerte, decidme quien ha sido y saldare vuestro honor.
- La sangre solo llama a la sangre, no es necesario tal cosa. Solo os pido que me dejéis ir, que...
- Princesa sois y como tal debéis de vivir, vuestras manos no se han hecho para el trabajo duro.- su voz sonaba dulce y serena.- Escucharme con atención, cuando hace cinco años estuve de visita en vuestro castillo, os vi por primera vez. Erais una chiquilla que jugaba confiada con mi perro, una hermosa niña que se ha convertido en una valiente mujer. Desde aquel día no ha habido mañana que no me haya despertado con vuestros ojos clavados en mi. Después cantasteis una bella canción con el arpa, aun recuerdo cada nota, cada palabra. Me prometí que esa chiquilla debía de ser mi esposa. Retaría a todo un mundo si fuera necesario, y vos. ¿me pedís que no lo haga? – paro y acercándose a un rosal que curiosamente se afanaba en crecer entre las demás plantas, cogió un capullo blanco.- ¿Veis esta rosa?, - ella asintió con la cabeza.- Esta en su mejor momento. Es blanco, inmaculado, como vuestra intención y vuestra sinceridad. Me pedís que os deje marchar para no hacerme daño pues no sentís lo mismo que yo siento por vos. Escuchadme, princesa, voy a luchar por vos para libraros de un salvaje. Siendo mi esposa recibiréis lo mismo que cualquier bella flor se merece, y yo seré un caballero y os enamorare con el tiempo, os lo aseguro. Os sacare esa espina que tenéis clavada, entonces se abrirá vuestro corazón, se vaciara en mi.
- ¿Estaréis dispuesto a hacer todo eso por mi?
- ¿Acaso dudáis de la palabra de un noble principe?
Ella cogió la rosa y jugueteo un rato con ella.
- No.- afirmo con determinación sabiendo que todo lo que le decía era cierto.
- Pues entrad a palacio, mis costureras os esperan con mi madre, la reina, para haceros un traje digno a vuestra persona. En cuanto estéis debidamente vestida y descansada iniciaremos el regreso para pedir vuestra mano.
Ella no contesto, asintió con la cabeza y entro para el lugar donde la esperaban.

Un poco de humor para el fin de semana!

Pues casi sin darnos cuenta hemos llegado a otro final de mes a la vez que se acaba la semana. El día 30 sera Domingo, y este año empezamos el 1 de Diciembre en lunes. Por hacer algo distinto, esta vez en vez de dejaros un vídeo clip musical os voy a dejar un poco de humor para alegrar el fin de semana.. y bueno, con el monologo de hoy pues concienciar un poco a los papas para que dejemos a nuestros enanos jugar de vez en cuando!!
Espero que os riáis un rato y feliz fin de semana!

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Por siempre alli - 2ª Parte

CAPITULO VII

Acabo el cuarto día de cursillo. Ana notaba que su sueño se transcribía a la realidad en cada segundo, todo era igual. Comieron y se sentó en el sofá.
- Ana, ¿qué te pasa?, te veo muy mal.
-No se, tengo una sensación extraña.
- ¿Extraña?
- Tengo un vació en el interior.. – suspiró.- es que lo que me pasa.. yo..
- Ya, ya se cual es tu sensación.. – miró por la ventana.- Será el tiempo, ha cambiado, ya ves, esta algo loco.
- Creó que me voy a acostar.
- Entonces, ¿hoy tampoco vas a echarte un café con nosotros?
Ahora era cuando decía no lo siento, pero si cambiaba sus palabras también cambiaba los hechos. Según su sueño le traían una blusa hippie, ¿por qué no?, sonrió ante aquel pensamiento.
- ¿Sonríes?.. eso significa que te...
- No, lo siento.
- Bueno, pues como quieras.
Se levantó del sofá y se entró a su cuarto tumbándose en la cama.
Oyó a su amiga irse a las cuatro y media tal y como en su sueño. No saldría, ¿para que?. Pasó un rato y se aburría. Se levantó por fin dispuesta a dar una vuelta. Empezó a caminar y sus pasos la llevaron de nuevo a la esquina de aquel conocido camino. Se encamino para el castillo y recordó que en su sueño cabalgaba un caballo con él encima, se paraba a su lado, se montaba e iban a la playa. Espero un rato, nada, ni un alma.. se dio la vuelta y se marcho para la playa. Cuando llegó allí se vio caminando con él e ir hasta unas rocas y un pasadizo. Fue hasta uno de los puestos y compro una linterna. Era una locura pero tenía que averiguar si lo que había soñado era tan real. Llego hasta la entrada y paso como en su sueño con facilidad, encendió la linterna y ascendió por allí. El mar se oía de vez en cuando chocar como si se fuera a meter dentro. Ana recordó el comentario que le había hecho él sobre aquel acontecimiento. Siguió ascendiendo hasta que llego a lo alto. El cielo seguía nublado, corría un aire mucho mas frío que la hizo tiritar, y echo de menos aquella camisa y su fresca fragancia.. es que parecía todo tan real. Recordó cada palabra de su conversación, cada gesto, y noto que le entraban ganas de llorar, pero no podía. Nunca había podido llorar.. y no comprendía por qué. Al rato de estar allí se levantó y se encamino hacía el lugar donde se suponía había caballos salvajes. El camino se hizo mas largo de lo que esperaba pero esta vez si estaban allí. En una llanura había una manada de unos cuarenta caballos que pastaban tranquilamente. Se sentó a contemplar aquel hermoso espectáculo y se le fue el tiempo sin pensar, cuando se dio cuenta se le había hecho tarde. Se levantó dispuesta a irse cuando uno de los animales, el que reconoció como Zahir levanto la cabeza y se le quedo mirando intensamente. Se acercó a ella, Ana se notaba nerviosa, con cuidado le acaricio el morro, el animal se dejo hacer. El animal se hinco de pies y manos como en su sueño, esta monto y este se elevo. Aquello si era real, le estaba sucediendo, no se lo podía creer. Apretó bien las piernas como sabía que le indicaría Rodrigo y el caballo empezó a andar despacito. Ana no sabía hacía donde se dirigía, tampoco sabía como dirigirlo. El animal empezó a acelerar el ritmo y Ana notó que su corazón se encogía. Cogida a la crin intentaba mantener el equilibrio. Cada vez aceleraba mas, cada vez.. Ana cerro los ojos al principio, luego notó que su cuerpo se adaptaba perfectamente al movimiento del animal. Los abrió y como una buena jinete empezó a dirigirlo. Cuando se dio cuenta el mismo caballo fue aflojando el ritmo y cuando paro estaba en la puerta del piso. Descendió con destreza, le acaricio el hocico, la crin, y vio como se alejaba.
Entró al apartamento y Paula ya había regresado.
- ¿Dónde has estado?
- Fui a la papelería esa que hay a un par de calles a ver si encontraba alguna revista.
- ¿Y encontraste algo?
- Compre el “Mas allá”.
- Hija, tu es que compras unas revistas, no se como te pueden gustar.
- No, me voy a comprar el “hola” para ver con quien se lía la “Rociíto”, vamos.
Paula observo a su compañera.
- Estas mas animada.. me alegro por ti.
- Si, creó que este clima me viene bien.
- Los chicos vendrán a cenar, traerán..
- Comida china y una peli de video, podríamos preparar algo, ¿no te parece?
Paula miro a su amiga un poco confusa.
- ¿te has encontrado con alguno de ellos?
- No, pero últimamente voy “mas allá”.
- Me asustas con tus predicciones, ¿no te estarás haciendo adivina?
- No, no te preocupes.
Paula se entró para la cocina y Ana se marcho para el sofá donde estaba su paquete.
- ¿Y este paquete? – preguntó nerviosa.
- Es para ti.
Ana lo desenvolvió y era la blusa hippie.
- Gracias, pero no os teníais que haber molestado.
- Te vi esta tarde tan abatida que pensamos en comprarte el vestido azul que te probaste ayer, pero no estaba ya, así que opte por esta camisa, que también se que te gustan mucho estas cosas.
A Ana le dio un salto el corazón.. no estaba el vestido.. a lo mejor su sueño. Paula salió de la cocina, Ana estaba tan emocionada que se abrazo a su amiga sin mas.