sábado, 31 de enero de 2009

Y pasa el tiempo

Hoy esta nublado en mi pueblo. Anoche a las dos de la mañana escuchaba el repiqueo de la lluvia en el tejadillo del vecino. Metida calentita en las sabanas disfrutaba del silencio roto por ese sonido que a mi siempre me da mucha energía positiva, el agua que se convierte en vida y da la vida. Todo en este ciclo tiene su sentido. En aquel desvelo del sueño pensaba como el tiempo había volado y había llegado el final de Enero.
Hoy me miro y me veo mucho mas gordita, algo mas cansada, pero feliz. Si Febrero pasa igual de rápido que este primer mes, casi no tendré aliento para hacer muchas mas entradas.. y cuando este (D.M.) mi segunda criaturilla en el mundo creo que el tiempo no volara, si no que pasara vertiginosamente por mi vida... y llegara el verano, la calor, las tardes mas largas.
Por eso hoy me quiero anticipar y en estos días tan fríos poner un poco de humor playero en mi blog.



Espero que paséis un feliz fin de semana y que os hayáis reído un poquito.. pronto quizás disfrutemos de las playas!

miércoles, 28 de enero de 2009

Contracciones de amor

Hace tiempo que no digo nada de mi estado de gestación. En realidad no es un tema de lo mas interesante y mas cuando vas a la ecografía de las 33 semanas y te toca un ginecólogo que hace su trabajo sin decir casi palabra, te afirma que es una niña (y tu te pones mas contenta que unas pascuas) y cuando finaliza todo te aconseja que hagas ejercicio (andar una hora diaria) y que comas menos pues la pequeñiña no viene tan pequeñina, mas bien esta algo grandecita.
Si pienso esto con tranquilidad y me queda aun unos días de este mes y todo el mes de Febrero por delante, con el incentivo que en el último mes ya esta la criatura totalmente desarrollada y a lo único que se dedica es a ponerse gordita (valga la rebundacia de la palabra mes), podría asustarme del peso que puede llegar a coger, mas, como yo siempre digo, ¿para que?. Intentare hacer caso al medico, lo del ejercicio va a ser mas difícil, pues el tiempo no acompaña para que te des grandes paseos, aunque lo intentare y lo de comer menos pues si, pues ya el estomago lo tengo tan exprimido que los ardores que me provoca hacen que coma mas bien poquito.
Cuando llegue el momento espero poder tener al menos un parto de bueno como el anterior, aunque supongo que cada parto es un mundo igual que cada niño es distinto.
Hoy, explorando por Internet y buscando otra cosa me he encontrado una canción que canta Rosana en un directo y que me ha encantado la letra. Así que os la dejo aqui abajo, va precisamente sobre el momento en que la criaturita decide salir de ti y notas esas contracciones de amor...



Espero que os guste a vosotros también..

martes, 27 de enero de 2009

Lluvia de premios

Bueno, pues no salgo de mi asombro cuando me han llovido casi a la misma vez dos premios. El primero, el premio Dardo, que se le concede a los blog que muestran su empeño en transmitir valores éticos, culturales, literarios, personales.. ect. Mas, no ha sido mi sorpresa que no ha sido un solo blog, si no cuatro, el de mi amigo D'Paula, La Creadora, Kinush y Carlos.





Este premio se lo tengo que transmitir a cinco blog mas. Así que haya voy!

A Berrendita, con su fabrica de Sueños, para que siga en la brecha escribiendo como ella solo sabe hacerlo.

A Kokrann, con una sonrisa mas, para que siga arrancándonos esa sonrisa en sus preciosos escritos.

A Auxi, para que nos siga dando REFUGIO con sus recomendaciones de libros.

A Ricardo, con sus "Vaya peli mas guapa o no", para que siga recomendándonos buen cine y poniendo acertijos para averiguar de que peli habla.

A Luchete, que hemos empezado no hace tanto a tomar café, en su Café de la esquina, pero que siempre son estupendos.

La verdad es que él premio se lo merece cada blog que visito, cada blog que habla de algo.. pero solo podía elegir a cinco, espero que los demás no se sientan ofendidos pues por mi le habría dado uno a cada uno.

También me han concedido otro premio. Este me lo ha otorgado Carlos como ya he comentado al principio. Su blog es "La peor prisión es un corazón cerrado". Este premio es el Blog de Oro, y bueno, pues también tengo que seleccionar a cinco blog mas.




El primero va a ser a la creadora, pues sus mundos fantásticos nos llenan de interés en "El Fin del Olvido"

El Segundo para Kinush, que con sus miradas silenciosas siempre podemos ver a través del arte y sensibilidad, su blog es Marchal_Orpez_Esculturas.

El tercero a D'Paula, que sus escritos nos llevan a sitios intemporales del alma y nos hace reflexionar, su blog es D'Paula.

El Cuarto va a ser para Luisa y sus ideas cotidianas, pues siempre esta planteando temas de interés, en su blog La Ideas Cotidianas de Luisa.

El Quinto y último para Lola, pues siempre nos deja su especial enfoque de las películas impregnada en su blog Pregunta y Flores.

Tendreis que disculparme pues no se poner los enlaces directamente, pero con pinchar en "Otras almas en la red" podreis encontrar los blog que cito y todos los demas que son dignos tambien de mención.

Gracias a todos y todas!

jueves, 22 de enero de 2009

El deseo de vivir...

Puede ser que una canción os invite a tener razones para sentir, para soñar, para que os enamoréis... y para vivir... yo como minimo al menos tengo diez razones.. y muchas mas! .. ¿y vosotros?



y si no lo encuentras... silba...

Por siempre alli - 2ª Parte

Bueno, pues aquí estoy de nuevo con mi mini-libro. Hoy y para que ya os dejéis de comer las uñas voy a dejaros el capitulo final de la historia.... el desenlace. Ahora si os pediría que me dijeseis si os ha gustado, que parte cambiarías, si lo puedo presentar a los premios planeta ... je, je.. lo último es broma... En fin, que me diéseis vuestra opinión... y otra cosita.. ¿que final os hubiera gustado leer?... este u otro... a ver si funciona también vuestra imaginación.
Sin mas preámbulos, aquí lo tenéis!
Espero que os guste!


CAPITULO FINAL. El DESENLACE

Amaneció, el sol entró por la ventana bañando con su luz la estancia. Paula despertó, oyó la respiración de Víctor placidamente a su lado. En la cama donde debía de estar Ana, solo residía el vació y el silencio. Noto un pellizco cerca de su estomago, aún no había regresado. Zarandeo a su acompañante en el lecho con suavidad y este abrió los ojos, la miro y la beso con ternura.
- No esta.. no ha regresado aún. – le susurro al oído.
El no le contesto, se incorporo con pereza, entró al cuarto de baño y se ducho.
- Tendremos que buscarla, a ver por donde anda.
Paula afirmo con la cabeza, se ducho rapidamente y salieron los dos del hotel.

Ana despertó un poco soñolienta, le dolían todo los huesos. Miró a su alrededor y estaba en la cama, en la cabaña de Rodrigo. Quiso recordar que paso después, se miró la mano, la mano donde había notado el frió.. aquel frió como un témpano de hielo.. pero que a la vez hizo que su corazón saltara de alegría. Después fue todo confuso, vio una sombra, una sombra borrosa.. como la que recordaba del primer día.. cuando lo conoció.. cuando se perdió en aquel bosque. Se aferró a esa sombra sin precedentes, el frió se hizo latente, le atravesó, el cuerpo, el corazón, el alma, noto que la respiración le fallaba, que todo le daba vueltas.. seguramente perdería el conocimiento, pues hay había una espesa laguna de oscuridad. Se intento mover pero no podía, ningún músculo le respondía, estaba inmovilizada, y tenía frió.. mucho frió. Se dio cuenta de que tiritaba, ¿sería el fin?..

Se dieron un gran paseo por todo el pueblo, fueron hasta la playa, subieron hasta el castillo.. no había rastro de ella.

Los minutos pasaban lentamente, nadie entraba ni salía de la cabaña. Intento hablar pero tampoco le respondía las cuerdas vocales, en su lugar noto la garganta apretada y dolida.. como cuando tenía anginas. Era desagradable hasta tragar la propia saliva, aunque su paladar se encontraba seco y áspero.

- ¿Estará en la cabaña? – pregunto Paula sin estar segura.
- Puede ser..
Se encaminaron para la misma.

Rodrigo entró a la estancia y se sentó al lado de Ana que dormitaba otra vez. Había sido tan valiente de abrazarlo.. pero a los pocos segundos desfalleció. El, asustado, la había llevado a su cabaña y comprobó que había tenido un serio enfriamiento, ahora temía por su salud.
Ana despertó de nuevo , esta vez si reconoció el sitio, los primeros rayos de luz entraban por las ventanas. A su lado, sentado, estaba aquella sombra, esa sombra que se iba aclarando como el día del bosque, esa sombra que.. su corazón empezó a palpitar a mil por hora, era él.. no le cabía la menor duda. No podía hablar pero no le importaba.. era el... Después de tanto naufragar había encontrado la isla donde anclar. Se sintió mejor, el frío se fue calmando.
Rodrigo vio como abría los ojos, y como aquella maravillosa mirada le sonreía por completo, supo que de nuevo era visible al menos para ella.
- ¿Me oyes, princesa?- le pregunto suavemente.
Ana no le pudo contestar, pero asintió con los ojos.
- Estas muy débil.- continuó.- anoche, cuando te abrazaste a mí te desvaneciste, creó que has pillado una pulmonía, has estado toda la noche con fiebres muy altas.. realmente estoy asustado por lo que te pueda ocurrir. – le acerco un caldo caliente.- tómatelo, es una medicina natural que mi madre nos solía hacer cuando estábamos enfermos y con enfriamientos.
Ana intento moverse pero ningún músculo le respondía aún. Rodrigo pacientemente se lo fue dando a pequeñas cucharadas que a duras penas podía tragar. Cuando por fin termino aquel suplicio la somnolencia acudió a su encuentro y se quedo profundamente dormida.

Paula y Víctor llegaron a la entrada de la cabaña. Paula noto que el nudo se hacía mas fuerte en su estomago.. eran los nervios.

Abrió los ojos, se sentía bien, todos los dolores habían desaparecido. Se levantó ágilmente y salió al exterior. El sol invadía con fuerza todo el paisaje. Empezó a andar sin rumbo fijo, fue a la playa que ya empezaba a llenarse de gente, paseo por las calles de la ciudad. De pronto, como un presentimiento inesperado, subió hacía el castillo. Las puertas se abrieron para ella. Ascendió hasta el aposento que tan bien conocía, se sentó ante el arpa...
- Por fin has venido, te estaba esperando.
La voz la sobresalto, en segundos, se vio reflejada como en un espejo..
- Eres...
- Si, te he estado esperando durante siglos, pues sabía, por lo que me relato Rodrigo, que llegaría este momento.
- No comprendo.
- Anoche, cuando te abrazaste a él le regalaste tu vida.
- Entonces yo estoy..
- Aún no, - se sentó en la cama.- Aquella noche, cuando yo hable con él en la orilla del lago, no sabía que la rata de Ventura había cambiado la formula mientras Armel dormía. Él se la tomo sin fijarse.. Armel tampoco lo sabía, se dio cuenta después.. desde ese día estudiamos un remedió, por eso estoy yo aquí.
- No comprendo bien..
- Tu adivinaste que alguien podía haber utilizado la magia también, ¿no comprendes? .- hizo una pausa.- La verdadera naturaleza de la formula era que cuando te encontrase, tu lo verías. Un beso de amor rompería el hechizo.
- ¿Cómo en los cuentos de hadas?
- Si, aunque no lo creas esas cosas eran posibles para algunos magos, Armel era uno de ellos.
- Entonces, ¿que paso?
- Ventura, ese rastrero y despreciable ser, cambió algunos ingredientes. Así hizo que Rodrigo fuera invisible para ti, a no ser que tu corazón lo descubriese y el amor mas primitivo hiciera que cambiases tu vida por la suya.
- ¿Pero él no lo sabía?.
- No, Armel y yo guardamos el secreto. De haberlo sabido, él jamás te hubiese buscado. Rodrigo es un alma noble, recuérdalo.
- Comprendo.
- Por eso, a través de profundos estudios, por fin dimos con una solución. Antes de fallecer, hice unos juramentos. De esa manera, mi espíritu se quedo en el castillo. Hoy es el día de cumplir con lo pactado.
- ¿En todo este tiempo él no te ha visto a ti?.
- En el otro lado hay varías dimensiones. El esta en una intermedia entre la vida y la muerte.. pero solo puede ver las cosas vivas. Tu en cambió, estas mas próxima a mi, por eso estamos ahora hablando.
Ana asintió en silencio, por una parte sentía miedo, por primera vez era conciente de la estrecha línea entre la vida y la muerte.
- El se arriesgo por mi felicidad.- siguió hablando la princesa.- Se lo debo todo. Rodrigo me contaba lo triste y angosta que hubiese sido mi vida con aquel tirano. Cada vez había en mí un entendimiento mas claro de que yo debía de hacer también algo por su entera felicidad. Te aseguro, Ana, que su felicidad eres tu.
- Pues dime que debo hacer.
Ella no contesto, se quito una pulsera plateada con una pequeña piedra azul que relampagueaba con luz propia. Ana dejó que se la pusiera en su muñeca.
- Te llevas mi alma. La promesa esta cumplida. Es poderosa, no dudes en acudir a ella cuando necesites ayuda. – la beso suavemente en la frente.- vuelve y se feliz.
Con esas palabras la princesa fue palideciendo. Pronto se confundió con la luz que entraba en la estancia. Ana se quedo, de pie, inmóvil. Su muñeca le empezó a quemar como si le hubiesen marcado con un hierro ardiendo. Realmente, creyó que la cadena ardía al compás de la piedra. Le cortaba la piel, el dolor era intenso, demasiado intenso... grito...

Paula se sobresalto al oír un agudo chillido. Un estremecimiento hizo cambiar su dirección.
- ¿Lo has oído?
- No, el que..
- En el castillo.. algo ha pasado..

Ana salió corriendo del aposento, estaba desesperada. Quería librarse de aquel dolor que ya le recorría todo el brazo, pero algo retenía esa reacción. En su mente solo albergaba la idea de volver con Rodrigo. Quería contarle todo lo que le había ocurrido. Ese pensamiento hacía que sus pies tomaran la dirección adecuada, pronto dejo de notar el suelo, volaba, o eso parecía. Se dio cuenta de que el mundo había enmudecido, que el sol no calentaba. Mas su brazo seguía calentándose a la vez que el resto de su cuerpo.. ardía.. Paro de golpe, vio a Rodrigo postrado ante el lecho, aterrorizada se vio a su misma, en la cama, ella flotaba ante la escena. Supo que debía de entrar, que si lo hacía despertaría y todo habría acabado. Se abalanzo sobre su propio cuerpo cuando una fuerza inesperada la retuvo.
- No te dejaré entrar.. e estado esperando este momento muchos siglos.
Ana vio aterrorizada al espectro que la retenía fuertemente.
- ¿Quién eres? – le pregunto casi sin voz.
- Soy el Señor de Acerron . El me mando a la muerte a los pocos días, pero Ventura se las apaño para que pudiese esperar el momento de mi venganza..
Ana notó con pavor como la fuerza se le iba desvaneciendo
- No, no quiero morir.. – intento soltarse pero no podía.

Rodrigo le volvió a tomar la temperatura, ardía. ¿Qué podría hacer?. Intento recordar que haría su madre. Lo mejor era un baño de agua fría para la fiebre muy alta.. quizás él que estaba frió. Cuando le iba a poner la mano encima se quedo paralizado.. su color era humano.

- ¿Estas segura que quieres ir de nuevo al castillo?
- Te juro que he oído un grito.
- Será algún fantasma, dicen que..
- Víctor.. - su voz y su mirada era angustiada.- Creo que es Ana, de verdad.
- Vamos a entrar primero aquí, y si no averiguamos nada, entonces nos marchamos para allá.
Ella asintió sin convencimiento.

El Señor de Acerrón la arrastraba hacía un oscuro umbral. Ana creía que estaba en una horrible pesadilla, se alejaba de su cuerpo, se alejaba de un Rodrigo que miraba con preocupación el lecho donde yacía. Al salir de la cabaña vio a sus amigos, intento gritarle algo.. pero su voz como todo en ella se estaba adormeciendo.

Paula se quedo petrificada en la puerta. Lo estaba viendo, allí, al lado de la cama donde estaba Ana. No le salía la voz.. nada. Víctor entro detrás y a contradicción de su compañera se adelanto valientemente hasta él. Se miraron sin palabras, miraron a Ana.
- Tiene una fiebre muy alta, no se que hacer. – explico Rodrigo.
- Un baño de agua fría me bajaba a mi la fiebre cuando era pequeño.
Rodrigo pensó con velocidad. El lago, si, eso era lo que tenía que hacer. La cogió en brazos y salió a la carrera hasta el lago. Víctor cogió a Paula de la mano y se marcharon detrás.



Ana los vio marcharse y supo como una premonición hacía donde iban. El Señor de Acerron la arrastraba hacía el umbral.. cada vez mas cerca.. mas cerca.. Su fuerza era cada vez menor. Se estaba dejando vencer, lo sabía, pero, ¿qué podía hacer?... Como un sueño veía pasar su vida. Comprendió que estaba en el túnel, ese que todo el mundo hablaba. Aunque al final no se veía luz, solo oscuridad.

Rodrigo dejo la manta sobre la hierba y se introdujo con ella en el agua. La remojo bien y se sentó abrazado a ella. El cuerpo empezó a tiritar, empezó a enfriarse. Rodrigo le cogió la mano fuertemente y la apretó más contra él. Sin darse cuenta las lágrimas le recorrían las mejillas incesablemente.

La arrastró hasta la entrada. Ana no tenía ganas de luchar ya, supo que todo estaba vencido. Las ultimas escenas se sucedían, alguien con un rostro casi transparente le ponía una cadenita en la muñeca. Se fijo bien en esa cadena, tenía una piedrecilla azul que relampagueaba. Escucho algo de un alma, de un alma que podía hacer servicio de ella si la necesitaba. El Señor de Acerron sonreía abiertamente.
- Ha llegado tu fin. El fin de todo, él se quedara en la tierra y sufrirá hasta su muerte por ti.
¿El?.. ¿quién era él?.. a la misma vez que sus pensamientos desfilaban por aquella rápida vía y el tren de su vida llegaba a su fin, todo se quedaba en el lago del olvido. Miró por última vez hacía su pasado. A lo lejos vio a un chico que abrazaba fuertemente otro cuerpo. Noto una extraña y agradable sensación. No sabía su procedencia, pero le gustaba. Una fina lluvia empezó a caer sobre ella, sobre su rostro. Algo la retenía fuertemente por una muñeca.. esa que aún le quedaba libre.. esa que el Señor de Acerron nunca le había cogido.
- Ana, por favor, no me abandones.. lucha, por favor.
Aquella voz.. susurrante, tranquilizadora. Quería saber por qué le decía esas cosas. Le picaba la curiosidad. Miró al interior, vio solo desolación, oscuridad, miedo.. miró al otro lado.. no sabía que le empujaba, pero, sabía que no deseaba entrar. El señor de Acerron se dio cuenta de que algo fallaba. Tiró con fuerza de ella. Ana noto un salvaje tirón y se vio por completo en aquella espiral.
Un apretón del otro lado le retuvo unos segundos.
- Ana... te amo.. Ana..
Aquella voz que la llamaba, que la reclamaba, que la amaba. ¿Amar?.. rebusco la sensación del amor. No la encontraba, pero algo le decía que tenía que ser algo maravilloso. Tenía que volver, comprendió que allí no hacía nada. La luz se fue haciendo en el corazón de ella, una intensa y fiera fuerza nació en su interior. La pulsera emitió una claridad cegadora, el Señor de Acerron dio un aterrador grito de dolor y la soltó. Ana salió violentamente despedida del lugar y se dio un terrible golpe contra algo.. creyó oír de nuevo la voz, esa voz, cada vez mas cercana, como una nana.. fresca y tranquilizadora.
Víctor le cogió la otra muñeca. Ana se había secado por el calor del sol, pero aún así la fiebre le había bajado y su respiración parecía mas tranquila. - Parece que esta mejor.
- ¿Estas seguro? – le preguntó Paula preocupada.
- Si, la fiebre le ha bajado.- miro a Rodrigo que aún lloraba y susurraba palabras de aliento en su oído.- tranquilízate, creó que de esta sale.
Rodrigo miró a Víctor agradecido.
Ana despertó a la vida después de aquel oscuro sueño y lo primero que se encontró fue a sus tres amigos con ella.
- Rodrigo... ¿eres visible por fin?
- Si, gracias a ti.
Se miro a la muñeca y se la examino. No sabía muy bien que es lo que había ocurrido, pero no quería recordar. Intento moverse y apenas podía. Le dolía todo. Rodrigo la beso levemente en la mejilla.
- Hemos temido por tu vida.- le susurro al oído.- Pero ya estas bien.
Paula se acerco temblando y le cogió la mano.
- ¿Cómo estas?
- Un poco cansada, un poco dolorida.. pero bien. – dijo mientras se intentaba reincorporar.- ¿Y tu como estas?
Esta no contesto, Ana se abrazó a su amiga pues sabía que aún estaba asustada y esta le devolvió el abrazo. Rodrigo se levanto al lado de las dos chicas y de Víctor y la observo con ternura. Al rato, se separaron llenas de fuerza y tranquilidad, Paula se levanto y cuando Ana lo intento las piernas le temblaron, no podía aun sostenerse bien. Rodrigo la cogió en brazos fuertemente, Ana le paso los brazos por los hombros y lo beso con pasión.
- Te quiero… he vuelto por ti y por siempre contigo estaré.- le susurro cuando sus labios al fin se separaron.
El sonrió abiertamente y miro a sus dos amigos que los miraban emocionados.
- ¿Y si fuésemos a comer algo? – Propuso Paula.- Y esta vez no me digas que no comes por que te zurro.- añadió dirigiéndose a Ana.
- Pues si, tengo hambre, además Rodrigo hace siglos que no come.
Todos rieron por la ocurrencia. Tuvieron una estupenda y abundante comida en la cual Rodrigo fue un compañero excelente y tenaz. Ana supo que él jamás le fallaría y comprobó feliz que por fin, aquello era real... supo que su sitio estaría a su lado, por siempre allí..







sábado, 17 de enero de 2009

Un memet para pensar!


Me he encontrado este meme en el blog de Tere y lo voy a hacer ahora mismo, me ha parecido de lo mas simpatico.


Tres cosas que no he hecho pero me gustaria hacer.

1ª.- Viajar con tranquilidad.. conocer primero toda la geografía española y luego el resto de Europa. (no se si lo podre hacer algún día pues para eso se necesita dinero y tiempo)

2ª.- Tener una interesante charla con algún famoso de los que me fascinan.. ej. Gabino Diego (un día con Gabino :) )

3ª.- Antes de morir ver esa ansiada paz que tantos necesitamos (ojala ocurra)


Ahora hay que poner tres cosas que nunca harias.

1ª.- Montarme en una montaña rusa o en algún aparato que de vueltas.

2ª.- Hacerme un tatuaje, ponerme un piercen... no me gustan esas cosas.

3ª.- Tomar drogas.. nunca lo he hecho aunque he tenido la oportunidad (porro) y nunca lo hare.

Ahora se supone que debo de nominar a tres personas, pero me sumo a lo que dice Tere y dejo esto abierto para que cada uno haga lo que quiera a su alegre albedrío.

Eso si, el muñequito es obligatorio!

martes, 13 de enero de 2009

Por siempre alli - 2ª Parte

CAPITULO XVIII

Llegaron a su destino el lunes a las diez y medía de la mañana. Víctor las esperaba y fue con ellas para instalarse en un hotel de Castillo del Mar. Se marcharon para la playa que estaba a esas horas empezando a llenarse de gente y se plantaron allí. Ana observo a su amiga con Víctor y cuando los vio bastante endulzados se escurrió sutilmente de la escena. Dentro le bullía la necesidad de buscarlo otra vez, pero esta vez con la certeza de que existía. Marcho hasta el castillo y había una excursión de turistas visitándolo, se adentró en el bosque y fue hasta la cabaña. Entró y estaba todo igual, la recorrió y fue hasta el invernadero de atrás. Allí había varios cuadros y esculturas, incluso algunas cosas antiguas, pero no veía a nadie. Se fijo en los antiguos pergaminos y se acerco hasta las estanterías. Los examino uno a uno, buscando el de la formula que había encadenado a aquel chico, pero no estaba.. quizás había sido destruido. Salió de allí y fue hasta el lago, aquel lugar de encuentro. No había nadie.. Ana cada vez estaba convencida que aquel día lo había condenado a algo más, a que no pudiera ser visto por ella. Si lo pudiera ver.. solo una vez..

Rodrigo estaba sentado en la cama de su cabaña cuando vio que la puerta se abría y entraba la luz. Una sombra intercedió aquel halo, su corazón palpito alocado, era ella otra vez.. estaba allí, en la habitación. Vio como lo observaba todo, como pasaba al invernadero, como buscaba entre sus pergaminos.. como salía.. La siguió hasta el lago, vio como se sentaba en la hierva. Se sentó a su lado, no se atrevía a tocarla, él estaba frío como el hielo.

Paula echo de menos a su amiga, se había escabullido otra vez.. ¿adonde abría ido?..
- Víctor, Ana no esta, se ha marchado.
- ¿Pero donde se habrá ido sola?.
- A buscarlo.
- ¿A quién?
- A Rodrigo, tenemos que ir a ver si la vemos, es que me contó unas cosas muy extrañas, no se, creó que ese chico la ha trastornado seriamente.
- ¿Qué cosas?
- Me dijo que.. que..- Paula dudaba si contárselo a Víctor o no.- es que, bueno, mi amiga no esta loca.. aunque creó que esta algo trastorna con lo del chico este y..
- Dímelo ya, carai..
- ¿Te acuerdas de Rodrigo?
- Si, aquel chico que buscaba y tal..
- Pues dice que es un fantasma o algo así, que lo conoció en el bosque que hay alrededor del castillo, que.. – Paula cayo, Víctor se había quedado blanco.- ..¿qué te pasa?..
- Paula, tu amiga no esta loca. Dice la leyenda que hay un fantasma en el castillo que espera el amor perdido.. quiero saberlo todo.
Ahora fue a Paula a quien se le escapo un escalofrío y empezó a relatarle todo lo que concernía con aquel asunto.. todo lo que le había contado Ana.

Ana cerró los ojos, el sol la calentaba de forma insistente, notó un pesado cansancio y pronto se quedo dormida.

- Paula, todo lo que me cuentas tiene sentido. La cabaña de la que habla Ana existe en el bosque, la conocemos por la cabaña encantada, nadie nunca ha podido entrar en ella, una fuerza desconocida la protege y si Ana lo ha hecho, es por qué la ha invitado el dueño de la cabaña. El bosque esta protegido por él, si entras con buenas intenciones no te pasara nada, si entras a destrozarlo pobre de ti. Siempre ha pasado así, y todo el mundo lo sabe en “Castillo del Mar”.. por eso, quizás, se conserve tan bonito. El castillo nadie lo ha podido ver aún por dentro, solo tú amiga porqué la ha invitado el morador del castillo. Al igual que la cabaña solo se pueden ver los alrededores.. ¿no lo comprendes?.. tu amiga no te ha mentido en lo mas mínimo.
- Pero yo no me quedo tranquila sabiendo que se ha ido en busca de ese fantasma.
- El no le va a hacer nada, es evidente que esta enamorado perdidamente de ella.
- Me da igual, tengo que buscarla, ¿vas a venir conmigo o no?
- Si, lo haré.
- Pues vamos.
Se levantaron y fueron hasta el castillo, allí no estaba. Se marcharon para el bosque y Víctor se detuvo.
- Paula, yo en el bosque he estado poco, podemos perdernos.
- No creó que sea tan difícil, vamos.
Los dos se introdujeron en la espesura.

Rodrigo sintió que alguien entraba en el bosque, miró a Ana que dormía placidamente y en un segundo se traslado hasta donde estaban los intrusos. Al pronto no los reconoció, cuando su corazón dio un segundo vuelco.. eran los amigos de ella.. pero se iban a perder, igual que aquel día lo hiciera Ana. Pensó una rápida solución, eso era, eso haría.

- Paula, esto esta cada vez mas espeso.. deberíamos de volver.
- Tenemos que encontrar a Ana.
- ¿Y si esta en el hotel?, no hemos mirado, quizás deberíamos de ir. Ella sola no creó que se meta otra vez en este berenjenal..
Paula se detuvo, respiró hondo, y es que el agobio la estaba invadiendo con lo que le costaba mas respirar. Víctor se preocupo al ver la palidez de su amiga.
- ¿Estas bien Paula?
- No lo se... la verdad.. pero hay que continuar.
Iba a dar un paso cuando un relincho la paralizo. Dos caballos aparecieron de la espesura rodeándolos. Uno de ellos relincho de nuevo y el otro se arrodillo para que pudieran acceder a su lomo. Paula y Víctor se quedaron mirando a los dos animales sorprendidos sin apenas moverse. El caballo que permanecía de pie, daba vueltas alrededor, acerco el hocico hasta la espalda de Víctor y este dio un paso hacia delante asustado. Paula se aferraba a él temblando como una hoja.
- Víctor.. tenemos que escapar de aquí como sea.- le comento en voz baja.
Víctor observo en silencio. Aquellos corceles realmente no parecían amenazantes, si salían huyendo se perderían mas en el bosque.. quizás solo querían ayudarle a encontrar la salida. Quiso recordar de alguna vieja historia de alguien que también se había perdido y le había pasado algo similar.
- Tenemos que montar en ese que nos ofrece su lomo. Me da la impresión de que nos va a ayudar.
Paula no daba crédito a sus oídos..
- ¿Qué?.. ¡tu estas loco!, son animales salvajes.. – exclamo histérica.
- No nos harán nada, confía en mi.
- Ni loca, yo no me acerco.
Víctor se aproximo al caballo arrodillado y se montó sobre su lomo.
- Venga Paula, no pasa nada.- le extendía la mano y la miraba con intensidad.- confía en mi.
Paula se aproximo temblando, se montó detrás y se aferró fuertemente a Víctor. El bello corcel se levantó despacio y camino detrás de su compañero. Los dos notaron el suave paso con el que iban los animales, como si conociesen de la inexperiencia que sus jinetes tenían. Paula poco a poco empezó a reconocer aquellos árboles, tuvo la sensación que había pasado alguna vez por allí pero a mucha más velocidad. El Claro se hizo inmenso y llegaron al buscado lago. El animal volvió a descender sus francos traseros para que pudieran descender sin dificultad sus ocupantes. Paula fue la primera que vio a su amiga allí tumbada, en la hierva, yerta. Corrió a su lado y se arrodillo asustada.
- ¡Ana!.. ¿estas bien?
Ana despertó somnolienta de su letargo y miró a su amiga. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que seguía en el lago. Bostezó sonoramente y se reincorporó sentándose.
- Me he quedado dormida.. al menos eso creó... ¿hace mucho que habéis llegado?
- Ahora mismo..
- ¿No os habéis perdido?
- Si, un poco.. – titubeó.- pero dos caballos han llegado y no han traído hasta aquí.
- Dos cabal.. – se cortó, miro alrededor hasta que se cruzó con los dos corceles.- Son ellos.
Se levantó presurosa y fue hacía los animales, estos se acercaban solícitos a la vez. Paula y Víctor se quedaron asombrados ante la escena. Los acarició con confianza.
- Decidme, ¿dónde esta Rodrigo?.. ¿dónde?
Los animales se miraron entre si, Rodrigo estaba al lomo de Zahir y observaba apenado la escena.
- Llévame tu, vamos al castillo.- le dijo a Zahir.- Tu llevaras a mis amigos, Azahara.
La yegua se acerco a los dos sorprendidos amigos y se hinco de nuevo para que pudieran montar. Ana de un ágil salto se montó en el lomo del corcel.
Rodrigo en segundo se vio transportado a los cuartos traseros del animal, así le dejaría espacio a Ana.
- Agarra bien las clines, Víctor, y tu sujetate bien a él. Apretad las piernas y no os pasara nada, ella sabe donde debe ir.
Con esas palabras se encaminaron de nuevo para el castillo, aunque a bastante más velocidad que al principio. Cuando llegaron a la puerta los animales pararon de golpe.
- Tenemos que entrar al castillo. – comentó Ana decidida.
- ¿Y como lo vamos a hacer?, este castillo esta encantado, nadie a entrado aquí nunca.
Ana miró a Víctor con una indecisión impropia.
- Yo he entrado y he salido del castillo sin mas, y se que lo puedo hacer otra vez. Vosotros entrareis conmigo.
Víctor miraba a Ana atónito, creía que una irremediable locura crecía en ella. Ana dio unos pasos atrás con su montura y decidida se enfilo para la puerta. Rodrigo emitió un pensamiento de apertura desde la grupa del animal, la puerta se abrió al paso de Ana y traspaso el umbral, Azahara paso tras su compañero y la puerta se cerró tras ellos. Ana respiro hondo, bajo del caballo en un ágil salto y miro al otro corcel. Este como si la comprendiera se arrodillo para que sus ocupantes pudiesen tomar también tierra. Paula y Víctor descendieron al suelo y no soltaban ni una palabra. Ana empezó a andar por aquellos parajes, estaban como los recordaba de aquella noche, pero no sentía nada, un hermoso sol lo iluminaba todo apartando sombras de fantasmas. Al llegar al patio de Armas miro hacía la ventana, recorrió el lugar lentamente, intento abrir la puerta y no pudo. Sus dos amigos la seguían en silencio. Los animales se habían quedado en el lugar donde fueron desmontados. Rodrigo los seguía a los tres con el corazón lleno de tristeza. Todo había salido mal, ella no lo veía, pero, ¿por qué?.. si parecía que deseaba verlo. La angustia se apoderaba de él, al igual que de ella.
Ana se detuvo y empujo la puerta de entrada al castillo, fue accediendo a cada una de las habitaciones, subió las escaleras y entro a su aposento. La cama estaba desecha, nadie se había entretenido a ponerla bien. El arpa estaba allí, donde la dejara aquel día. Se sentó y la empezó a tocar, no sabía sacarle dos notas seguidas. Lo intento una y otra vez, todo era inútil. No lo podía soportar, empezó a llorar de nuevo, silenciosamente, se supo sola y abandonada. Al principió sus lagrimas eran tranquilas silenciosas, pero poco a poco, se convirtió en un apasionado y acongojado llanto sin tregua.

Paula vio a su amiga entrar al castillo, de la mano de Víctor la siguió por las distintas habitaciones, poco a poco su miedo se marcho, empezó a disfrutar de la gran maravilla que era aquel lugar. Subió las escaleras y observo a su amiga sentarse en el arpa, creyó oír una hermosa melodía, pero en realidad eran notas sueltas, empezó a entrar en un confortable bienestar que no entendía.
Víctor notaba la mano de Paula fuertemente agarrada a la suya, él, en realidad, mas que miedo estaba alucinando de lo que le estaba ocurriendo. Aunque era cociente de que si aparecía un fantasma amenazante (como contaban las viejas leyendas), le daría un infarto. Si realmente era Rodrigo, desde luego no parecía nada agresivo, y, tenía la ventaja de conocerlo. Se relajo viendo las maravillas de aquel enigmático castillo, y más al entrar al interior. Poco a poco noto que su compañera se relajaba a su vez. Al entrar a uno de los aposentos observo como Ana se sentaba ante el arpa, empezaba a tocar, era increíble de lo bien que lo hacía. Le entraron ganas de bailar, y es que Paula le invitaba a ello.. ¿por qué no?..

Rodrigo los seguía a los tres, cada vez sentía mas congoja, cada habitación era el descubrimiento de un nuevo recuerdo en su interior. Cuando llegaron al real aposento de la infanta creyó desvanecer, cuando Ana se sentó al arpa e intento tocarla noto como el corazón le latía a mil por hora, no sabía si aquello era parecido a la muerte o a un ataque de aquellos que tanto había oído. Eran notas sueltas, sin sentido, no lo podía aguantar, noto sus mejillas húmedas, y pronto un torrente desconsolado brotaba sin tregua por sus ojos.

La música había cambiado de ritmo, Paula fue la primera en darse cuenta, aquello parecía mas bien.. se detuvo bruscamente, Víctor salió de aquel encantamiento como si hubiese recibido un golpe. Era llanto.. pero, ¿de quién?..
- Ana, ¿estas llorando?.. Ana..
Ana no reaccionaba, no oía a su amiga, no notaba nada. Paula le cogió las manos, fue a tirar un poco de ellas pero las soltó asustada. Al hacer aquello había oído otro llanto, claro y trasparente, detrás de ella. Miró para la dirección y no vio a nadie.
Rodrigo noto la mirada directa de Paula como una espada que se hincaba en él. Levanto la vista del suelo y la vio aterrorizada.
- Paula, ¿qué te ha pasado?
Paula no podía hablar, no podía asimilar si aquello había sido una alucinación o no. Temblando como una hoja le cogió una sola mano a Ana y tiro débilmente de ella.
- Ana, por favor.
Ana seguía sin reaccionar. Paula la intento abrazar, y poco a poco lo pudo hacer.. Víctor, por encima de ellas las abrazo a las dos. Rodrigo observo la escena y echo de menos a su familia, sobre todo a su madre. Ella era la única que lo había comprendido siempre, que con un sexto sentido no se había extrañado de ninguna parte de su historia. Con ese pensamiento se reconforto, sus lágrimas cesaron de caer.
Ana volvió en si en el mismo instante en que lo hizo Rodrigo y se abrazó a sus amigos. Supo que no estaba sola, que siempre estarían ellos. Pasaron largos minutos antes de que por fin se separasen y Ana recuperase el aliento para hablar.
- Gracias.. – dijo llena de tristeza.- creó que todo esta perdido.. vamos, he sido una loca con todo esto y..
- Ana, ¿hace mucho que lloras?
La pregunta de su amiga la dejo confusa.
- Sabes.. es que no has llorado nunca, siempre me lo has contado, y ahora, de pronto.. te pones a llorar como un niño.. con el alma encogida totalmente.. tanto, que cuando te di las manos creí que lo oí detrás de mi el llanto. Realmente me he asustado.- Paula tomo un tono mas de broma.- creí que llorabas en estéreo.. vamos.
Ana se quedo pensando un momento, había sido aquella noche en el lago. Hacía poco también, pero a ella, jamás se le había ocurrido aquello.. y lo del estéreo, eso había sido divertido.
- Fue hace poco, en el lago.. y la verdad, tengo que admitir que es muy reconfortante. – le ofreció las manos a su amiga y esta se las cogió. Las noto fuertes y poderosa, pero a la misma vez que se las tenía cogidas un escalofrío recorrió todo su cuerpo, allí había alguien con ellos, no había sido casualidad, no era un altavoz en otra parte de la habitación.
- ¿Qué te pasa?.- le pregunto Ana sin soltarle las manos.- ¿Estas temblando?
- ¿Vosotros no lo notáis? – Preguntó con un hilo de voz – aquí hay algo.. o alguien más..
Rodrigo se quedó sorprendido, a él era a quien había oído Paula llorar, no le cabía duda alguna, se empezó a acercar a las chicas y a cada paso a Paula le aumentaban los temblores y mas fuertemente se agarraba a su amiga.
- Se esta acercando – casi no podía hablar.- a nosotras.
Rodrigo se paró en seco, lo presentía, si.. quizás también...
- No os asustéis, soy Rodrigo, no os voy a hacer daño, Paula dime si me oyes..
Paula oyó aquella voz, era su voz, sin duda. Una ráfaga de alivio la invadió por completo. Ana notó en realidad como un viento helado y gratificante a su vez, cerro los ojos, a sus fosas nasales llego aquel aroma tan característico que hizo que toda su piel se estremeciera de placer.
- Esta aquí, lo notó yo también. –Su amiga afirmó con la cabeza. – pero, ¿porqué no te puedo ver?.. dime.
- No lo se, el mago me afirmó que sería todo como antes y..
- No te oye, no le expliques nada
- Pero tu se lo puedes decir, tu si me oyes..
- Si, eso si.
- Tengo muchas cosas que contaros desde que os marchasteis de allí, quizás en mi relato se deduzca el porqué de algo.
- Quizás, pero bueno, Ana ya me ha contado algo.
- ¿Algo de qué?
- De eso.. bueno, yo ya venia preparada para saber que tu eras, eso, una especie de fantasma y tal... si no creo que me hubiese meado encima, sinceramente.
- Bueno, si, ya se que te lo había contado, de todas formas yo me refería a desde que me ayudasteis a ir al otro lado, cuando me ayudasteis a escapar con la prin...
- ¡Alto, alto!.- hizo una pausa.- ¿de que me estas hablando?
Rodrigo se quedo sorprendido.
- Cuando volvisteis al castillo y descubrimos que cogidos de la mano.. – las miro.- suéltale una mano a Ana y dime si me oyes.
Paula hizo lo que le decía y un silencio enloquecedor atronó la estancia, la presencia de Rodrigo desapareció, acto seguido le volvió a coger la mano y todo volvió.
- Tienes razón, es por esto.. un circulo.. eso es lo que debemos de formar siempre ella y yo.
- ¿De que estáis hablando? - Ana se estaba poniendo nerviosa.
- Ahora te lo explico.- dijo Paula conciliadora.- esto es bastante complicado pues parece que hay cosas que supuestamente hemos hecho pero no nos acordamos de ellas, ¿no es cierto?
- Si, así es, creó que os tengo que explicar muchas cosas.
- Perdonad las dos, pero parece que os habéis olvidado de mi, tengo hambre, son las dos y pico, y no se.. pero me gustaría comer algo.
- ¿Cómo puedes pensar en comida ahora? – le replicó Ana furiosa.
- Perdona chica, no he dicho nada.
- Víctor tiene razón, es la hora de comer y su familia estará preocupada por su tardanza. Además con el estomago lleno serás mas confortable nuestra conversación, ¿Vais a ir todos al mismo sitio a este menester?
- No sé – se dirigió al resto.- ¿Dónde sugerís que nos tomemos un aperitivo?.. Víctor, tu tienes que ir a tu casa.
- No, yo dije que no volvería en todo el día.
- Podríamos ir al restaurante italiano donde estuvimos la última vez. Yo os esperaría y luego podríamos ir a la cala, seguramente estará desierta, podremos hablar hasta el anochecer.
- Muy buena idea, vamos, que nos vamos..
- Estáis locos, yo no me pienso mover.. me quedaré aquí.. con él.. – replico Ana con lagrimas en los ojos.
- Que se viene con nosotros, a estado con nosotros todo el tiempo.. luego iremos a la cala y nos contara todo lo que no sabemos de sus andanzas.. venga..
Paula se movió al fin y sintió todo su cuerpo dolorido, gimió sin querer.
- ¿Qué te pasa? – le preguntó Rodrigo que la observaba.
- Me duele todo.
- Eso es de montar a Caballo, habéis tenido una carrera demasiado desenfrenada para no haber montando desde hace tanto tiempo, seguramente Víctor este igual, e incluso Ana..- pensó un segundo.- dile A Víctor que os de la mano a Ana y a ti, sentiréis un segundo de hielo y apareceréis en la puerta prácticamente del restaurante.
- ¿Cómo?
- Tu díselo, estar en este estado tiene sus ventajas. Tenéis que pensar en el lugar, será un segundo.
Víctor noto que también le dolía el cuerpo al moverse pero no se quejo.
- Víctor dame la mano a Ana y a mi, pensaremos los tres en el restaurante.
Ana sonrió, sabía que notaría el contacto frío de Rodrigo y eso la hizo sentirse mas tranquila. Rodrigo no las toco, apoyo sus manos sobre los hombros de las chicas... no se atrevía a hacerlo.
Víctor cogió la mano de Ana y de Paula y sintió vértigo, cerró los ojos un instante y cuando los abrió vio a Rodrigo frente a él, posando sus manos sobre ellas. Noto un súbito traslado y se encontró en la puerta del restaurante italiano. Se soltaron de las manos y todo volvió a ser normal. En el restaurante Ana solo pidió una botellita de agua.
- ¿No piensas comer nada? .- le pregunto Paula preocupada.
- No me apetece nada.
- Ana, no has desayunado nada, y ahora no comes - Ana no contesto a eso, solo miro a su compañera y esta comprendió que no tenia los ánimos para nada.- Si, comprendo que estés mal pero..
- Tu no comprendes nada, él esta así por mi culpa, por mi culpa..
- Ya esta, comamos tranquilos y encontraremos una solución, seguro. – intervino Víctor.
Durante el resto de la comida hubo un silencio sepulcral, cuando terminaron fueron hasta la pequeña cala, estaba desierta. Paula y Ana se miraron, se dieron las manos y Rodrigo reapareció. Tenía muchas cosas que contarle a los tres, poco a poco, y a través de Paula se fueron enterando de todo lo que les aconteció, no desde que él se quedara en el otro lado, si no de cómo había llegado y de cómo ellas le habían ayudado a llegar. Todo lo que relataba era tan sorprendente que el tiempo paso volando.

Llegaron al hotel, Ana sentía que por una parte el corazón se le salía del pecho, pues Rodrigo estaba allí, a su lado, aunque no lo viera. Ardía en deseo de seguir hablando con él aunque fuese a través de su amiga. La otra cara de la moneda era la angustia de que aquello no tuviese ninguna solución factible, de que siempre fuera así.. no podría soportarlo, como no soporto la verdad cuando se entero por vez primera y no comprendió de lo que él la estaba librando. Un nudo inteligible se le hacía en el pecho.
Paula por su parte se sentía totalmente dolorida, la cabalgata en el bello corcel no la había hecho ningún bien. Pensaba reiteradamente en todo lo que aquella tarde le había contado Rodrigo, si era verdad, ¿porqué no lo recordaba?.. aunque la explicación final de que había despertado el día en que volvieron a Sotram era coherente. Ahora mismo estaban cambiando la historia igual que Rodrigo hizo en su época.
Víctor, por su parte, pensaba en cuando lo vio cuando cogió las manos de sus compañeras. No lo había comentado con ellas, aunque algo le decía que la solución era aquel circulo que formaban los tres.. la clave podría estar ahí.
Los tres absortos en sus pensamientos, recostados en las camas, miraban el infinito. Ana rompió aquel silencio.
- Bueno, ¿qué pensáis de todo lo que habéis oído? - Los dos la miraron.- ¿qué..? – se quedo sin palabras, algo las ahogaba.
- Creó que tengo una cosa clara..- miró a Paula.- cojéeme las manos, por favor.- Paula lo hizo, esta vez Víctor no sintió nada.- bien... eres el centro, sin ti ni Paula podría oírlo, ni yo verlo..
- ¿Qué los has visto?.. ¿cuándo? – preguntaron las dos a la vez.
- Cuando nos cogimos para trasladarnos al restaurante... sin ti, no somos nada ni ella, ni yo, pero tu no eres ya su reencarnación.. no.. porqué si lo fueras no podrías llorar.
- ¿Qué tiene que ver el llanto con todo esto?
- Se supone que la princesa era desgraciada por la vida que le había tocado. Ella agoto todas sus lagrimas y por eso tu no tenías ninguna, pero, después, Rodrigo cambio su suerte, le dio la felicidad..
- Por eso yo tengo lagrimas, eso es todo..
- No, su espíritu murió feliz, ella ya no tenía la necesidad de reencarnarse en nadie para encontrarse de nuevo con Rodrigo, ¿no lo entiendes?.. Rodrigo no te quiere porqué seas la princesa, si no por ser tu.. por eso ha vuelto.
- Pero alguien no le dio la formula correcta. – dijo Paula.
- Quizás para que puedas volver a ver a Rodrigo tengas que convencerte de que no es un fantasma.. o algo así..
- O lo tengas que querer por lo que es.
- Es que yo lo quiero por lo que es, a mi me da igual que sea como sea.
- Quizás tengamos que volver, antes de que se haga invisible, allí darle su beso de amor – sugirió Paula.
- ¿Volver?.. sería la segunda vez que fuéramos y la primera que recordáramos.. –
- A lo mejor es la solución.. si fue la primera vez.
Los tres se sumieron de nuevo en un intenso silencio.
- Me voy a ir a dar un paseo – dijo Ana rompiendo la quietud.
- No me fío de que te vayas sola.
- Voy con Rodrigo, estoy segura de que esta cerca, el me acompañara y velara por mi.
- ¿Estas segura?
Ana ofreció las manos a su compañera para que se las cogiera.- Rodrigo esta hay, pues esta tan ansioso como yo de encontrar una solución, si yo estuviera en su lugar haría lo mismo.
- Venga, vale..

Ana se sentó de nuevo frente al mar, en la arena. Pensaba en como podría tomar ella de nuevo contacto con Rodrigo.
- Rodrigo, se que estas aquí, a mi lado, y que me estas escuchando.. ¿has pensado si tenías algún enemigo que quería tu mal?.. quizás alguien.. alguien a quien fastidiadas bien la vida.. ¿murió el señor de Acerrón?.. quizás hiciera algo.. no se..
Rodrigo escuchaba a Ana atentamente. Al señor de Acerron le había atestado un duro golpe, pero no lo había llegado a matar tampoco, cuando entro en el aposento del mago este dormía.. ¿abría alguien manipulado la formula?.. quizás si.. la duda hizo que se volviera mas grande la opresión de su pecho.. pero, ¿quién sabía tanto como el mago de pócimas y magia?, ¿quién hubiese sido el mayor beneficiario a la boda del Señor de Acerron con la princesa?..
- Ventura, ¿sabía algo de magia Ventura?
Rodrigo no sabía si aquel personaje sabía algo de magia, lo que si sabía es que él si hubiese salido agraciado por tal unión, pues hubiese cogido el poder del reino totalmente.
- Sabes que estoy desesperada.. – sin querer lloraba otra vez.- mira, estoy llorando otra vez.. no puedo ser ya su reencarnación.. mis amigos tendrán razón al final.. por eso no puedo verte. – se seco las lagrimas, miro al vació infinito que se extendía ante ella y extendió las manos abiertas.- quiero que me las toques, quiero saber si al menos puedo sentirte, quizás, como en el lago.. por favor cojéeme las manos... por favor...
Rodrigo no podía acceder a esa petición, le daba tanto miedo como a ella de tocarla. Pasaron unos minutos eternos en los cuales se oía el rumor del mar. Ana bajo las manos con el corazón totalmente destrozado. Tenía tantas reservas de lágrimas que echar que retenerlas era casi imposible..
- No siento nada, si me has tocado no he sentido nada.. todo esto es absurdo.. antes al menos podía verte, pero ahora.. ni eso. – se levantó lentamente, le dolía todo el cuerpo.- Rodrigo, tu destino es quedarte aquí para siempre y el mío sufrir lo que la princesa no sufrió al cambiar su destino.
No podía ser, él no la había rozado, quizás si lo hacía.. pero estaba frió como el hielo.. él..
- Haber sentido una vez mas tu manos frías hubiese sido para mi una esperanza.. pero ahora lo comprendo.. yo he visto las cosas con y sin ti.. y te aseguro que me gusta mas cuidado por ti.
Rodrigo no podía claudicar tan fácilmente, tenía que intentarlo.. él y su inmensa tontería de su frialdad. Alcanzo a Ana y le cogió la mano, esta se detuvo, lo miró directamente.... sabía que algo frió la había rozado..

sábado, 10 de enero de 2009

Pajaros de barro

Esta entrada va relacionada con la anterior. Yo no suelo meter nada en Sábado, pero no he podido resistirme a la instrumental que Kokrann me ha sugerido en su comentario. Espero que la disfrutéis tanto como yo, y quien se atreva haga el karaoke :)




Ahora si... Feliz Fin de semana a todos y todas!!

viernes, 9 de enero de 2009

La atunera.

Hoy me he encontrado una canción que desde mi punto de vista es una delicia. Aunque parezca sorprendente es una pista que viene en uno de los compact de Manolo Garcia y se llama La Atunera. Cerrad los ojos y mientras escucháis tan bella melodía imaginaros que paseáis un tranquilo atardecer al borde de la arena y la mar, que la brisa marina acaricia vuestro rostro y juguetea con el pelo, que la calidez del sol que va escondiéndose en el horizonte aun se nota en el ambiente, que la luna se va encendiendo y a su vez miles de estrellas cuajan el cielo...
Esa es la sensación que yo tengo con esta canción, espero que os guste.
Feliz fin de semana a todos y todas!

jueves, 8 de enero de 2009

Por siempre alli - 2ª Parte

Como mañana estaré de nuevo bastante ocupada, hoy, que tengo un ratito de lugar os dejo otro capitulo de mi mini-libro. Un beso para todos mis lectores y perdonarme por mi falta de ideas y palabras, mas estoy entrando en una fase algo mas agotadora en mi vida diaria y parece que eso hace que también estas escaseen algo.

CAPITULO XVII

Dejo el coche aparcado en la cochera, entró sigilosa, toda la familia dormía al ser Domingo. Subió hasta su cuarto y se tumbo en la cama. En la mesita de noche estaba el preciado joyero, dentro debería de haber una nota. Jugueteo con él y lo abrió... sorprendida vio como su interior estaba vació. Lo dejo confusa sobre la mesilla, no quería pensar por qué no había nota, sería otra vez empezar desde un principio.. se acurruco sobre la colcha e intento conciliar el sueño.

Rodrigo la observaba lleno de pena. Era verdad, no le había escrito ninguna nota esta vez pues tenía prisa por que llegase el regalo. Había pensado que el solo hecho de verlo la haría reaccionar, pero lo que jamás se hubiese imaginado es que no lo viese. Ser invisible para sus ojos era superior a lo que podía soportar. Junto las manos y se marcho de su cuarto.

Ana despertó y miro soñolienta a su alrededor, miro la hora y eran las una y media. El joyero estaba allí, en la mesilla de noche. Lo miro de nuevo con mas tranquilidad, estaba vació. Busco las joyas y las metió dentro. Cogió el móvil, jugueteo con él un poco. Dio varías vuelta por la habitación, miro por la ventana y hacía un radiante sol que invitaba a pasear. Era el 11 de Junio, hacía un mes que había hecho aquel fatídico cursillo. Marco por fin y llamo a su amiga. Al cabo de varias llamadas una voz contesto al otro lado.
- Diga.
- Hola Paula, soy Ana, tengo que hablar contigo, ¿dónde estas?
- Estoy en mi casa, ¿dónde quedamos?
- Dentro de cinco minutos en la cervecería de Beni.
- Venga, nos vemos.
Colgó el teléfono, se miro los bolsillos comprobando que tenía pelas, bajo las escaleras y la voz de su padre la detuvo antes de salir.
- Ana, ¿dónde estuviste ayer con el coche?
- Por ahí..
El padre la observo, no supo que vio en el rostro de su hija pero no le dijo nada mas. Tenía la intención de replicarle que había echo muchos kilómetros, pero por primera vez, y no supo por qué razón algo cambió.
- ¿Llegaste muy tarde?
- No mire la hora.
Hubo un intervalo de silencio en que solo se sostuvo con una larga y profunda mirada..
- Bien, veo que vas a salir, no llegues tarde a comer. La próxima vez que quieras el coche para un viaje largo, dímelo.
Ana no contesto, salió de la casa preguntándose por la extraña actitud de su progenitor, en circunstancias normales le hubiese regañado directamente, incluso le hubiese prohibido la salida.. algo estaba cambiando..


Paula llego a la cervecería de Beni y no localizo a su amiga, se pidió un refresco de cola y espero paciente, Ana no tardo en aparecer.
- Hola..- se fijo bien.- que cara de muerta traes, chica.
Ana se sentó al lado de su amiga, se pidió una cerveza bien fría. Le dio un trago.. Paula esperaba paciente.
- Paula, tu.. tu me dijiste ayer que conoces.. que sabes quien es.. – dudaba, estaba nerviosa.- ..Rodrigo..
- Si, bueno.. solo fue un día, el Sábado en aquel del mercadillo.. parecía majo.. es que.. yo no se que os pasaría, pero el Domingo, al siguiente día de estar con él estabas hecha polvo, vamos, es mas, no querías saber nada del tema.
Ana no dijo nada, le daba vueltas a sus recuerdos, en su sueño era verdad ..
- Cuéntame mas detalles, como si tuviese amnesia.
- Ana, ¿estas bien?..
- No me preguntes, cuéntame todo lo que hicimos los cuatro.. porque, Víctor también iba, ¿no?
-Si.. él también, pero Ana es que...
- Por favor, no me preguntes, solo cuéntame..
Paula por un momento no comprendió bien a su amiga pero sin embargo le empezó a contar todo lo que le aconteció juntos. Ana escuchaba con atención y cada cosa que escuchaba la iba relacionando perfectamente con su sueño.. aunque cada vez dudaba mas de que fuese un sueño. Paula acabo el relato casi a la misma vez que el refresco.
- ..Eso es todo, luego te marchaste y al siguiente día no quería saber nada sobre esta historia... y ahora dime.. ¿por qué me has preguntado lo que hicimos?, tu estabas allí también.
Ana no contesto, pago lo que se habían tomado, miró a su amiga intensamente y decreto.
- Ya te contestare cuando tenga una respuesta.. gracias, me has hecho un gran favor.- se levanto del asiento.- me voy a casa, es tarde, y la verdad es que tengo hambre. -Paula se quedo perpleja, nunca había visto así a su amiga, jamás había tenido una reacción por el estilo.- ¿quedamos a tomar café y seguimos hablando?
- ¿Hablando o monologueando yo sola?
- Hablando, quiero contarte algo muy serio.
- Pues venga, a las cinco en la capri.
- Si.
Se acompañaron hasta donde cada una partía para un lado para ir a su casa. Ana iba callada y pensativa, Paula no la interrumpió, ¿qué sería aquello tan importante que le tenía que contar?

Ana comió fugazmente y subió a su cuarto, ese día a ella no le tocaba la cocina. Se tumbo en la cama, si todo lo que le había contado su amiga era cierto, y no dudaba de su palabra, lo que había sido en realidad un sueño era la supuesta segunda vivencia que tuvo en “Castillo del Mar”. Algunas veces los sueños tenían malas pasadas. Rodrigo era en realidad... cerró los ojos y recordó cada paso de aquella noche, su salida con él, su romántica cena, la visita al interior del castillo, sus sensaciones.. todo.. y lo ultimo que recordaba es que lo dejo allí, en la puerta del laboratorio.. no deseaba volver a verlo.. quizás era eso, a lo mejor le había enviado un maleficio y ya no lo podría volver a ver. Tenía que regresar otra vez, por eso no lo había visto la noche de antes. Se levanto y miro el reloj, eran las cuatro. Estaba desesperada, no lo podía aguantar más. Bajo las escaleras y salió de nuevo, el tibio sol lo calentaba todo. Paseo por el parque vacío a esas horas, se sentó en un banco y como una ráfaga acudió un nuevo recuerdo a su mente. En aquel banco lo había visto, había hablado con él sobre la solución.. y acto seguido le había contado esa misma noche toda la verdad a su amiga.. se habían trasladado al castillo y.. hay quedaban sus recuerdos una vez.. en intervalo, indecisos.. aunque sabía que había algo más..

Paula llego a la “capri” y vio a Ana sentada con un descafeinado. Se pidió otro y se sentó al lado de su amiga.
- ¿Cómo estas esta tarde?
Ana respiró hondo, miro a su amiga directamente.
- Paula, ¿te he contado lo que ocurrió aquella noche?
- No, y como te pusiste de aquella manera a mi ni se me ha ocurrido preguntarte.
- Anoche estuve en Castillo del Mar buscando a Rodrigo.. no lo encontré. Creí que lo había condenado pues la última vez que nos vimos le dije que no quería saber nada de él.. pero ahora creo que esta atrapado en otra época.. es que no lo se.. me tienes que..- Ana paro en seco, a Paula se le había puesto una cara como ¿qué me esta contando esta tía?.- Vale, empezaré por el principio. A Rodrigo lo conocí el primer día de cursillo, después de que vosotros os marcharais a dar una vuelta yo...
Ana no escondió ningún detalle. Fue contándolo todo de carrerilla, sin parar. Se pidió un “cuatro rosas” con cola para seguir con su relato en su parte mas escabrosa, cuando descubría que el chico era un.. ¿fantasma?.. Paula cada vez estaba mas atónita de lo que le estaba su amiga contando. Cuando relato a la cruel despedida del Domingo, bebió el ultimo sorbo del “cuatro rosas”, pagaron y salieron del local. Pasearon un rato en silencio hasta que Paula estallo.
- Vamos a ver Ana, me estas diciendo que Rodrigo es un chico de la edad media atrapado en el tiempo por salvar a una princesa. Que tu eres la reencarnación de la princesa y por eso lo podías ver. Que se hizo un día humano y lo vimos los demás, y que ahora tu lo has maldecido más porque no lo quieres ver, ¿es eso correcto?.- su voz sonaba calmada, con pausa, con meditación.
- Si, veo que lo has resumido muy bien.
- Vale.. ¿y pretendes que me crea eso? – esta vez fue un torrente de cabreo. – vamos, me has tomado por imbécil o algo así.
- Paula, es que es verdad lo que te estoy contando, tienes que confiar en mi.- respiro hondo.- Tengo que ir lo antes posible a Castillo del Mar, tengo que buscarlo.
- Vale.. guay.. yo hablo con Víctor a ver si nos puede apañar otra vez el apartamento, es que..
- Tiene que ser ya..
- ¡Hija!.. que urgencia, un mes y pico sin querer saber nada y ahora te dan las prisas.
- Tenemos que ir hoy mismo.. llámalo y que nos reserve algo. Coge tu coche y yo te pagare la gasolina y el hotel si es necesario.. ¡por favor!
Paula vio a su amiga tan angustiada que casi le dio miedo.
- Tendré que hablar con mis padres, ¿no?
- Yo hablare con ellos.. tu sabes que..
- Vamos a casa.
Por el camino se fueron inventando una excusa inverosímil. Cuando llegaron estaban los padres viendo la tele.
- Papa.. sabes que.. ¿te acuerdas del cursillo que hicimos el mes pasado en Castillo del mar?
- Si.
- Pues hoy no hemos encontrado a la bibliotecaria y no ha dicho que tenemos que ir a recoger en esta semana entrante los títulos.
- ¿Pero no os los mandaban a la biblioteca de aquí?
- Si, eso creíamos pero.. ya ves.. hoy..
- En Domingo.. eh.. pues no me lo creó.. ¿no será que tienes ganas de irte unos cuantos días a la playa con tu amiga y me estas metiendo este cuento?
- Pues..
El padre miró a su hija atentamente.
- Venga cariño, no engañes a tu padre que a sido joven antes que tu.
- Vale, me has pillado.. queremos irnos unos días a la playa.
- Eso esta mejor, ¿y para cuando os queréis ir?, supongo que iréis las dos.
- Pues en la semana entrante.. la tiene Ana libre en la tienda y Junio todavía no es temporada alta, alta, así que nos saldría mas barata la estancia.
- ¿Tenéis dinero para quedaros?
- Pues..
- Claro que si, la voy a invitar yo misma.
- Yo pongo el coche y ella el alojamiento.
- Veo que lo tenéis todo muy bien planeado.. en fin.. yo ya no me puedo oponer, eres mayor de edad y creo que eres responsable...
- Gracias papá.
Salieron de la casa de Paula y de camino para la de Ana, Paula llamo a Víctor por el móvil y este quedo en buscarle algo. En casa de Ana su padre arreglaba las plantas del jardín. Ana sabía que la máxima autoridad era él, así que tenía que ir al grano.
- Papa, en esta semana entrante voy a ir con Paula a Castillo del Mar.
El padre la miró perplejo y en silencio.
- ¿Qué vas a ir a donde?
- A Castillo del Mar.
- ¿Para que?
- A pasar unos cuantos días en la playa, los necesito.
- Tienes unas obligaciones, un puesto de trabajo.. el mes pasado ya te dejamos irte una semana y ahora quieres otra.
- El mes pasado fue a causa de un curso, esta vez te pido unos días...
- No.
- Pero Papa.. es que los necesito.. necesito salir de aquí para..
- Te he dicho que no. – dijo su padre mirándola desafiante.
- Bien.. vale.- dijo Ana sin mas. Miro a su amiga.- Ven conmigo.
Paula se quedo sin palabras y siguió a su amiga hasta su cuarto. Ana empezó a hacer la maleta.
- Pero Ana, ¿te vas a ir sin que tu padre te dejé?
- Si, estoy harta de que me trate como a una cría, soy una persona adulta. Solo van a ser unos días.. y es que necesito encontrar la respuesta.. me da igual lo que mi padre diga.. quizás sea mi futuro lo que me estoy jugando.
Alguien llamo a la puerta.
- Si.
- Ana.. ¿estas bien? – era su madre.
- Si mamá.
- Lo pongo en duda cariño.- hizo una pausa.- voy a pasar.
Ana no contesto, siguió eligiendo ropa, la puerta se abrió y entro su madre.
- ¿Qué estas haciendo?
- El equipaje.
- ¿Otra vez?.. ¿Adonde vas ahora?.. ¿A otro cursillo?
- No, a Castillo del Mar con Paula, necesitó unos días alejarme de todo.. no se si me comprendes..
- Yo se que te estas ahogando hija mía en este pueblo.. quizás te venga bien alejarte de aquí.. ¿lo ves mucho?
- ¿A quién?
- A ese mal nacido.. ¿quién si no?
- No, no lo veo apenas..
- Pero necesita irse, vamos a irnos las dos.. si..
La madre de Ana miró a su hija.
- ¿Te vas a ir desobedeciendo a tu padre?
- Si.
- Bueno, creo que nadie te va a echar atrás.. tienes ya edad suficiente para saber lo que mas te conviene. De la tienda me encargare yo.. – hizo una pausa y sonrió.- de tu padre también.
- Gracias mamá.
La madre se le quedo mirando en silencio y Ana la miro a su vez, hubo un momento de pausa, de paréntesis.. la madre se dio la vuelta y salió del cuarto.
- Tu madres es guay.
Ana no contesto y siguió haciendo el equipaje.


viernes, 2 de enero de 2009

Por siempre alli - 2ª Parte

Dicen que año nuevo, vida nueva... pero seria injusto dejaros con la historia de Ana a medias por aquello de que se quedo en el año anterior la cosa. Así, que como cada semana os voy a dejar aquí otro capitulo mas.

CAPITULO XVI

Paula llego como todas las tardes a por su amiga, eran ya las ocho y medía.
- Hola.- saludo jovial.
- Hola.
- ¿Te vienes a dar una vuelta?
- No, estoy cansada, tengo ganas de irme a casa.
- Como siempre..- hizo una pequeña pausa.- desde que volvimos de Castillo del mar no has salido ni un solo día, tienes que animarte, no es normal, hace ya casi un mes.
Ana se dio cuenta de que había soñado, (como tantas cosas) esa conversación. Desde que volvió de Castillo del Mar creía que todo se acabaría, que quedaría ahí.. pero de nuevo resurgía, los sueños de aquella noche, la conversación de la tienda. ¿Realmente había pasado ya un mes?.. ella en su “sueño” diría “el trabajo de la tienda” y ella le haría notar lo de los fines de semana..
- Estas muy callada, pero, ¿qué te pasa?
- Duermo muy mal, ¿sabes?...
- ¿Y eso que tiene que ver para que no salgas?, desde que volvimos estas sumida en un mutismo singular, se ve que te afectaría lo de Rodrigo. A saber lo que os paso.. pues esta vez no me has querido contar nada...
Ana creyó que no oía bien, ¿su amiga había dicho Rodrigo?.. pero, ¿no era un sueño?.. ¿oh era real?.. no sabía bien..
- ¿Cuánto tiempo vas a estar de luto esta vez?
- Paula.. tu.. ¿tu conoces a Rodrigo?
- Claro, me lo presentaste en el mercadillo, un buen chaval.. o al menos eso me pareció, pero al siguiente día, después de aquella noche..
Ana tenía la cabeza para estallar.. entonces, ¿qué era real?.. su amiga le estaba diciendo que él existía, pero, ¿cómo persona o como fantasma?.. tenía que pensar tranquilamente.. tenía que analizar las cosas.
- Ana, siento haberte recordado eso, se te ha puesto muy mala cara.- su mirada era algo triste.- si quieres algo, llámame al móvil, ¿vale?.
- Si, te llamare.
- Hasta otra.
Paula se alejo y Ana quedo allí con el corazón encogido y la mente echa un lió.

Llego a su habitación y sobre la cama había una caja envuelta en papel de regalo. Supo quien había sido sin abrirlo, adivinaba lo que contenía su interior. Se sentó y dudo un rato, según su sueño, que al parecer no era tal, sería un joyero para guardar los... se levantó nerviosa, abrió el armario y allí, colgado de una percha estaba el vestido azul, ese que se puso la noche que estuvo con él, la funda de la guitarra estaba en la esquina donde la dejo el día que volvió.. todo coincidía, todo estaba allí. Tenía que ir a hacer la última comprobación. Abrió el regalo y era el joyero... no lo dudo. Cogió dinero, bajo hasta la cochera, sacó el coche sin consultar con sus padres y se puso en movimiento. Esta vez no tenía tiempo de buscar a su amiga, tenía que comprobar que pasaba, que era real y que era sueño.

A las doce y media de la noche llego a Castillo del Mar. Aparco y se encamino por el camino que tan bien conocía, llego hasta el castillo y bajo una luna creciente, casi llena, se veía este totalmente conservado y hermoso. Se introdujo en el bosque y su corazón la guió hasta la cabaña. Su corazón empezó a latir con fuerza, se pellizco y no, no estaba soñando. Entro a la estancia que tan bien conocía, dio unos pasos, no había nadie. Fue hasta el invernadero, estaban todas las pinturas, las esculturas, pudo percibir el olor a artista que se respiraba por doquier.. pero, ¿dónde estaba él?. Encontró los pergaminos, el antiguo laboratorio.. todo estaba en su sitio. Salió y por ultima referencia sus pasos la llevaron hasta el lago, no lo encontró. Se sentó en su orilla, estaba abatida, destrozada por dentro. Su mente no podía mas, ya no sabía que era real y que no, no lo podría saber nunca. No lo noto, pero pronto, una fina lluvia empezó a caer en un pedacito del lago. Se fijo bien, se acerco más a la cristalina agua y la lluvia arrecio, entonces se dio cuenta, eran lágrimas, sus lágrimas las que caían sin parar en aquel lugar, estaba llorando. No hizo nada para frenar aquel desconsuelo, dejo que estas fluyeran pues quizás tenía tantas acumuladas.. desde su mas tierna infancia su madre le había contado que jamás había derramado una de ellas. Cuando él la dejó tampoco pudo llorar, ella no recordaba que lo hubiese hecho en alguna ocasión, y ahora, sin mas, en un instante, casi sin darse cuenta, no podía, ni quería retenerlas. Por primera vez probo su sabor salado, por primera vez..

Despertó, no sabía cuanto tiempo había pasado. Seguramente se había dormido empapada en aquel desaliento tan profundo. Vio sus ojos enrojecidos por primera vez por el llanto y se sintió mas libre ante aquel descubrimiento. Miro la hora y eran las cuatro de la madrugada. Se levantó tranquila, había refrescado. Salió del bosque y se encamino para la playa, se quito los zapatos y dejo que sus pies se llenaran de arena a cada paso, un escalofrío recorrió su cuerpo. A su espalda oyó alguien que se acercaba, agudizo su oído, era mas de uno, quizás dos o tres. Miró hacía atrás, la seguían tres tíos que no tenían muy buena pinta. Apresuro el paso, ellos también, empezó a correr, el pánico la invadía, ellos eran mas rápidos. Noto que uno la cogía de un brazo, se sintió frenada. Este no dejo de sujetarla mientras que los otros dos la rodearon.
- Mira lo que tenemos aquí.- dijo el que parecía el jefe.
Ana estaba aterrorizada.
- Venga, danos todas las pelas que tengas, rápido.- le dijo otro mientras la apuntaba con una navaja de bastante consideración que saco de uno de sus bolsillos.
Ana rebusco nerviosa en el bolsillo, a lo sumo solo le quedaban 6 euros escasos, se las alargo a los chorizos.
- ¿Eso es lo único que tienes?, ¿no nos estarás engañando?.
Ana negó con la cabeza. Uno de ellos, el que hablaba, se acerco, le arrebato el dinero y la examino para ver si llevaba alguna joya.
- No eres lo que se dice una chica coqueta, ¿eh?, pero estoy seguro de que tienes algo mas, venga, vamos.
- No tengo nada.
El tío le metió la mano violentamente en el bolsillo del pantalón, Ana creía que se lo iba a arrancar y con destreza saco las llaves del coche.
- Veo que si tienes algo, un coche.. nos vas a llevar hasta él si no quieres que te rajemos aquí mismo.
Ana suspiro, se hallaba perdida. Pensó en la represalia de sus padres, en la locura que había cometido al ir hasta allí sola sin esperar nada, en todo.. no tenía nada que perder si la rajaban allí mismo, ¿qué mas daba?. Se sentó tranquilamente en la arena, algo desconocido la inspiraba a morir, su corazón estaba tan destrozado. Cerro los ojos y la imagen de Rodrigo se le hizo latente, tanto que creía que estaba allí a su lado.. quizás la solución era morir para encontrarse con él..
Aquellos tipos vieron como ante la amenaza de rajarla la chica se sentó en la arena tranquilamente.
- Oye tu, que te levantes y nos lleves.- grito uno de ellos.
- Ha cerrado los ojos, dale con la navaja un poquito, a ver si espabila.
El tipo se adelanto para pincharla pero antes de que llegase esta a rozar su piel noto una fuerza que lo tiro para atrás.
- ¿Que te ha pasado? – pregunto uno de los que esperaban.
- Algo me ha empujado, tu.
No llego a levantarse del todo cuando noto otro empujón más fuerte aún que el anterior. Otro noto un puñetazo en la nariz y empezó a sangrar, el tercero vio como las llaves del coche eran arrancadas de su mano y se vio envuelto en un oleada de golpes que tampoco sabían de donde venían. Los tres ante aquella atacada sorpresa huyeron despavoridos creyendo que aquella chica tenía algún poder extraño que la protegía.

Ana abrió los ojos al rato, aún estaba viva, no había notado nada en su carne. Al lado, en la arena, estaban las llaves de su coche y el dinero. Miro a su alrededor y no había nadie. Se levanto suspirante y no comprendió bien porque aquellos atracadores no le habían hecho nada. Recogió las cosas y empezó a caminar para el coche, volvería a casa e intentaría olvidar todo lo sucedido.

Rodrigo esperaba impaciente a que Ana se decidiera al fin a abrir los ojos, ¿qué reacción tendría?, ¿se asustaría al verlo?, ¿lo habría olvidado?, ¿lo reconocería?.. estaba tan nervioso que casi no se podía estar quieto. Se sentía mal al no haber podido acudir antes en su ayuda, pero no había presentido que estaba allí hasta que en su mente noto una leve llamada. Así que sin pensarlo se presento en el lugar y se encontró una desoladora escena, al igual que hiciese en el torneo se lanzo sin pensarlo en ayuda de su amada. Rodrigo vio como Ana abría al fin los ojos, su corazón se desbordo dentro de su pecho, no podía decir palabra, solo de arrepentimiento, eso era lo único que.. cogió las llaves, miro a su alrededor y se alejo de él por la arena.. no podía ser, no lo había visto.. ella no lo veía..

Hoy, hace un año..


Hace un año justo empecé a plantearme este blog, y en ese mismo día unas horas mas tarde llegaba mi primera entrada al mismo. Hoy, después de un año sigo con la misma ilusión y entusiasmo, mas, ¿que sentido tendría este blog sin mis lectores?... por eso hoy voy a dedicarle la entrada a ellos y ellas, que pasan por aquí de vez en cuando a ver que nueva cosa ha entrado. Que se sientan un rato en mi saloncito a tomarse un te, a escuchar una canción, a reírse con un monologo o un corto. Que vive las aventura y desventuras de una sorprendente chica llamada Ana en una historia cada vez mas enrevesada. Que se ha hecho participe de algunas de las cosas que me han ido pasando a mi, la que escribe, unas mejores y otras quizás algo peores. Ha caído algún tema algo mas polémico, aunque a mi no me gusta entrar en polémicas pues cada uno tiene que ser respetado por sus creencias. El ser diferentes nos hace especiales.
He conocido a lo largo de este año a gente muy maja, pues para ser visitada he visitado. Me he emocionado con escritos de otros blog, y lo sigo haciendo.
Ha sido un año lleno de genialidades... por eso hoy, en mi entrada... quiero agradecer a todos y todas los que un día llegasteis aquí para regalarme algo especial.
Espero que esta cadena siga funcionando, que sigáis viniendo para aportarme cosas, y yo, desde mi pequeño saloncito siga estando ilusionada en poner cositas y pensar con que dulce os podre deleitar en vuestra próxima visita...
Muchas gracias a todos y a todas.... por que sin ustedes yo no estaría aquí.
Gracias especiales a Kinush, que fue quien me animo a esta aventura.