jueves, 8 de enero de 2009

Por siempre alli - 2ª Parte

Como mañana estaré de nuevo bastante ocupada, hoy, que tengo un ratito de lugar os dejo otro capitulo de mi mini-libro. Un beso para todos mis lectores y perdonarme por mi falta de ideas y palabras, mas estoy entrando en una fase algo mas agotadora en mi vida diaria y parece que eso hace que también estas escaseen algo.

CAPITULO XVII

Dejo el coche aparcado en la cochera, entró sigilosa, toda la familia dormía al ser Domingo. Subió hasta su cuarto y se tumbo en la cama. En la mesita de noche estaba el preciado joyero, dentro debería de haber una nota. Jugueteo con él y lo abrió... sorprendida vio como su interior estaba vació. Lo dejo confusa sobre la mesilla, no quería pensar por qué no había nota, sería otra vez empezar desde un principio.. se acurruco sobre la colcha e intento conciliar el sueño.

Rodrigo la observaba lleno de pena. Era verdad, no le había escrito ninguna nota esta vez pues tenía prisa por que llegase el regalo. Había pensado que el solo hecho de verlo la haría reaccionar, pero lo que jamás se hubiese imaginado es que no lo viese. Ser invisible para sus ojos era superior a lo que podía soportar. Junto las manos y se marcho de su cuarto.

Ana despertó y miro soñolienta a su alrededor, miro la hora y eran las una y media. El joyero estaba allí, en la mesilla de noche. Lo miro de nuevo con mas tranquilidad, estaba vació. Busco las joyas y las metió dentro. Cogió el móvil, jugueteo con él un poco. Dio varías vuelta por la habitación, miro por la ventana y hacía un radiante sol que invitaba a pasear. Era el 11 de Junio, hacía un mes que había hecho aquel fatídico cursillo. Marco por fin y llamo a su amiga. Al cabo de varias llamadas una voz contesto al otro lado.
- Diga.
- Hola Paula, soy Ana, tengo que hablar contigo, ¿dónde estas?
- Estoy en mi casa, ¿dónde quedamos?
- Dentro de cinco minutos en la cervecería de Beni.
- Venga, nos vemos.
Colgó el teléfono, se miro los bolsillos comprobando que tenía pelas, bajo las escaleras y la voz de su padre la detuvo antes de salir.
- Ana, ¿dónde estuviste ayer con el coche?
- Por ahí..
El padre la observo, no supo que vio en el rostro de su hija pero no le dijo nada mas. Tenía la intención de replicarle que había echo muchos kilómetros, pero por primera vez, y no supo por qué razón algo cambió.
- ¿Llegaste muy tarde?
- No mire la hora.
Hubo un intervalo de silencio en que solo se sostuvo con una larga y profunda mirada..
- Bien, veo que vas a salir, no llegues tarde a comer. La próxima vez que quieras el coche para un viaje largo, dímelo.
Ana no contesto, salió de la casa preguntándose por la extraña actitud de su progenitor, en circunstancias normales le hubiese regañado directamente, incluso le hubiese prohibido la salida.. algo estaba cambiando..


Paula llego a la cervecería de Beni y no localizo a su amiga, se pidió un refresco de cola y espero paciente, Ana no tardo en aparecer.
- Hola..- se fijo bien.- que cara de muerta traes, chica.
Ana se sentó al lado de su amiga, se pidió una cerveza bien fría. Le dio un trago.. Paula esperaba paciente.
- Paula, tu.. tu me dijiste ayer que conoces.. que sabes quien es.. – dudaba, estaba nerviosa.- ..Rodrigo..
- Si, bueno.. solo fue un día, el Sábado en aquel del mercadillo.. parecía majo.. es que.. yo no se que os pasaría, pero el Domingo, al siguiente día de estar con él estabas hecha polvo, vamos, es mas, no querías saber nada del tema.
Ana no dijo nada, le daba vueltas a sus recuerdos, en su sueño era verdad ..
- Cuéntame mas detalles, como si tuviese amnesia.
- Ana, ¿estas bien?..
- No me preguntes, cuéntame todo lo que hicimos los cuatro.. porque, Víctor también iba, ¿no?
-Si.. él también, pero Ana es que...
- Por favor, no me preguntes, solo cuéntame..
Paula por un momento no comprendió bien a su amiga pero sin embargo le empezó a contar todo lo que le aconteció juntos. Ana escuchaba con atención y cada cosa que escuchaba la iba relacionando perfectamente con su sueño.. aunque cada vez dudaba mas de que fuese un sueño. Paula acabo el relato casi a la misma vez que el refresco.
- ..Eso es todo, luego te marchaste y al siguiente día no quería saber nada sobre esta historia... y ahora dime.. ¿por qué me has preguntado lo que hicimos?, tu estabas allí también.
Ana no contesto, pago lo que se habían tomado, miró a su amiga intensamente y decreto.
- Ya te contestare cuando tenga una respuesta.. gracias, me has hecho un gran favor.- se levanto del asiento.- me voy a casa, es tarde, y la verdad es que tengo hambre. -Paula se quedo perpleja, nunca había visto así a su amiga, jamás había tenido una reacción por el estilo.- ¿quedamos a tomar café y seguimos hablando?
- ¿Hablando o monologueando yo sola?
- Hablando, quiero contarte algo muy serio.
- Pues venga, a las cinco en la capri.
- Si.
Se acompañaron hasta donde cada una partía para un lado para ir a su casa. Ana iba callada y pensativa, Paula no la interrumpió, ¿qué sería aquello tan importante que le tenía que contar?

Ana comió fugazmente y subió a su cuarto, ese día a ella no le tocaba la cocina. Se tumbo en la cama, si todo lo que le había contado su amiga era cierto, y no dudaba de su palabra, lo que había sido en realidad un sueño era la supuesta segunda vivencia que tuvo en “Castillo del Mar”. Algunas veces los sueños tenían malas pasadas. Rodrigo era en realidad... cerró los ojos y recordó cada paso de aquella noche, su salida con él, su romántica cena, la visita al interior del castillo, sus sensaciones.. todo.. y lo ultimo que recordaba es que lo dejo allí, en la puerta del laboratorio.. no deseaba volver a verlo.. quizás era eso, a lo mejor le había enviado un maleficio y ya no lo podría volver a ver. Tenía que regresar otra vez, por eso no lo había visto la noche de antes. Se levanto y miro el reloj, eran las cuatro. Estaba desesperada, no lo podía aguantar más. Bajo las escaleras y salió de nuevo, el tibio sol lo calentaba todo. Paseo por el parque vacío a esas horas, se sentó en un banco y como una ráfaga acudió un nuevo recuerdo a su mente. En aquel banco lo había visto, había hablado con él sobre la solución.. y acto seguido le había contado esa misma noche toda la verdad a su amiga.. se habían trasladado al castillo y.. hay quedaban sus recuerdos una vez.. en intervalo, indecisos.. aunque sabía que había algo más..

Paula llego a la “capri” y vio a Ana sentada con un descafeinado. Se pidió otro y se sentó al lado de su amiga.
- ¿Cómo estas esta tarde?
Ana respiró hondo, miro a su amiga directamente.
- Paula, ¿te he contado lo que ocurrió aquella noche?
- No, y como te pusiste de aquella manera a mi ni se me ha ocurrido preguntarte.
- Anoche estuve en Castillo del Mar buscando a Rodrigo.. no lo encontré. Creí que lo había condenado pues la última vez que nos vimos le dije que no quería saber nada de él.. pero ahora creo que esta atrapado en otra época.. es que no lo se.. me tienes que..- Ana paro en seco, a Paula se le había puesto una cara como ¿qué me esta contando esta tía?.- Vale, empezaré por el principio. A Rodrigo lo conocí el primer día de cursillo, después de que vosotros os marcharais a dar una vuelta yo...
Ana no escondió ningún detalle. Fue contándolo todo de carrerilla, sin parar. Se pidió un “cuatro rosas” con cola para seguir con su relato en su parte mas escabrosa, cuando descubría que el chico era un.. ¿fantasma?.. Paula cada vez estaba mas atónita de lo que le estaba su amiga contando. Cuando relato a la cruel despedida del Domingo, bebió el ultimo sorbo del “cuatro rosas”, pagaron y salieron del local. Pasearon un rato en silencio hasta que Paula estallo.
- Vamos a ver Ana, me estas diciendo que Rodrigo es un chico de la edad media atrapado en el tiempo por salvar a una princesa. Que tu eres la reencarnación de la princesa y por eso lo podías ver. Que se hizo un día humano y lo vimos los demás, y que ahora tu lo has maldecido más porque no lo quieres ver, ¿es eso correcto?.- su voz sonaba calmada, con pausa, con meditación.
- Si, veo que lo has resumido muy bien.
- Vale.. ¿y pretendes que me crea eso? – esta vez fue un torrente de cabreo. – vamos, me has tomado por imbécil o algo así.
- Paula, es que es verdad lo que te estoy contando, tienes que confiar en mi.- respiro hondo.- Tengo que ir lo antes posible a Castillo del Mar, tengo que buscarlo.
- Vale.. guay.. yo hablo con Víctor a ver si nos puede apañar otra vez el apartamento, es que..
- Tiene que ser ya..
- ¡Hija!.. que urgencia, un mes y pico sin querer saber nada y ahora te dan las prisas.
- Tenemos que ir hoy mismo.. llámalo y que nos reserve algo. Coge tu coche y yo te pagare la gasolina y el hotel si es necesario.. ¡por favor!
Paula vio a su amiga tan angustiada que casi le dio miedo.
- Tendré que hablar con mis padres, ¿no?
- Yo hablare con ellos.. tu sabes que..
- Vamos a casa.
Por el camino se fueron inventando una excusa inverosímil. Cuando llegaron estaban los padres viendo la tele.
- Papa.. sabes que.. ¿te acuerdas del cursillo que hicimos el mes pasado en Castillo del mar?
- Si.
- Pues hoy no hemos encontrado a la bibliotecaria y no ha dicho que tenemos que ir a recoger en esta semana entrante los títulos.
- ¿Pero no os los mandaban a la biblioteca de aquí?
- Si, eso creíamos pero.. ya ves.. hoy..
- En Domingo.. eh.. pues no me lo creó.. ¿no será que tienes ganas de irte unos cuantos días a la playa con tu amiga y me estas metiendo este cuento?
- Pues..
El padre miró a su hija atentamente.
- Venga cariño, no engañes a tu padre que a sido joven antes que tu.
- Vale, me has pillado.. queremos irnos unos días a la playa.
- Eso esta mejor, ¿y para cuando os queréis ir?, supongo que iréis las dos.
- Pues en la semana entrante.. la tiene Ana libre en la tienda y Junio todavía no es temporada alta, alta, así que nos saldría mas barata la estancia.
- ¿Tenéis dinero para quedaros?
- Pues..
- Claro que si, la voy a invitar yo misma.
- Yo pongo el coche y ella el alojamiento.
- Veo que lo tenéis todo muy bien planeado.. en fin.. yo ya no me puedo oponer, eres mayor de edad y creo que eres responsable...
- Gracias papá.
Salieron de la casa de Paula y de camino para la de Ana, Paula llamo a Víctor por el móvil y este quedo en buscarle algo. En casa de Ana su padre arreglaba las plantas del jardín. Ana sabía que la máxima autoridad era él, así que tenía que ir al grano.
- Papa, en esta semana entrante voy a ir con Paula a Castillo del Mar.
El padre la miró perplejo y en silencio.
- ¿Qué vas a ir a donde?
- A Castillo del Mar.
- ¿Para que?
- A pasar unos cuantos días en la playa, los necesito.
- Tienes unas obligaciones, un puesto de trabajo.. el mes pasado ya te dejamos irte una semana y ahora quieres otra.
- El mes pasado fue a causa de un curso, esta vez te pido unos días...
- No.
- Pero Papa.. es que los necesito.. necesito salir de aquí para..
- Te he dicho que no. – dijo su padre mirándola desafiante.
- Bien.. vale.- dijo Ana sin mas. Miro a su amiga.- Ven conmigo.
Paula se quedo sin palabras y siguió a su amiga hasta su cuarto. Ana empezó a hacer la maleta.
- Pero Ana, ¿te vas a ir sin que tu padre te dejé?
- Si, estoy harta de que me trate como a una cría, soy una persona adulta. Solo van a ser unos días.. y es que necesito encontrar la respuesta.. me da igual lo que mi padre diga.. quizás sea mi futuro lo que me estoy jugando.
Alguien llamo a la puerta.
- Si.
- Ana.. ¿estas bien? – era su madre.
- Si mamá.
- Lo pongo en duda cariño.- hizo una pausa.- voy a pasar.
Ana no contesto, siguió eligiendo ropa, la puerta se abrió y entro su madre.
- ¿Qué estas haciendo?
- El equipaje.
- ¿Otra vez?.. ¿Adonde vas ahora?.. ¿A otro cursillo?
- No, a Castillo del Mar con Paula, necesitó unos días alejarme de todo.. no se si me comprendes..
- Yo se que te estas ahogando hija mía en este pueblo.. quizás te venga bien alejarte de aquí.. ¿lo ves mucho?
- ¿A quién?
- A ese mal nacido.. ¿quién si no?
- No, no lo veo apenas..
- Pero necesita irse, vamos a irnos las dos.. si..
La madre de Ana miró a su hija.
- ¿Te vas a ir desobedeciendo a tu padre?
- Si.
- Bueno, creo que nadie te va a echar atrás.. tienes ya edad suficiente para saber lo que mas te conviene. De la tienda me encargare yo.. – hizo una pausa y sonrió.- de tu padre también.
- Gracias mamá.
La madre se le quedo mirando en silencio y Ana la miro a su vez, hubo un momento de pausa, de paréntesis.. la madre se dio la vuelta y salió del cuarto.
- Tu madres es guay.
Ana no contesto y siguió haciendo el equipaje.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Leerte por la noche me aporta tranquilidad. Gracias por abrirme las puertas de tu casa. Mucho ánimo para ese ajetreo que parece que tienes y de escasez de palabras nada. Te adoran. Un besazo y que te vaya bonito.

Extensus dijo...

Sigo la historia con interés. Un beso.

Ana dijo...

Gracias Alatriste, pero si que estoy algo escasa de palabras, aunque espero poder superarlo pronto.
Un beso!
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Me alegro de que aporte te aporte interes, pues ya estamos entrando en la fase final de la historia.. pronto habra una conclusión de todo!
_Un beso Extensus!