jueves, 22 de enero de 2009

Por siempre alli - 2ª Parte

Bueno, pues aquí estoy de nuevo con mi mini-libro. Hoy y para que ya os dejéis de comer las uñas voy a dejaros el capitulo final de la historia.... el desenlace. Ahora si os pediría que me dijeseis si os ha gustado, que parte cambiarías, si lo puedo presentar a los premios planeta ... je, je.. lo último es broma... En fin, que me diéseis vuestra opinión... y otra cosita.. ¿que final os hubiera gustado leer?... este u otro... a ver si funciona también vuestra imaginación.
Sin mas preámbulos, aquí lo tenéis!
Espero que os guste!


CAPITULO FINAL. El DESENLACE

Amaneció, el sol entró por la ventana bañando con su luz la estancia. Paula despertó, oyó la respiración de Víctor placidamente a su lado. En la cama donde debía de estar Ana, solo residía el vació y el silencio. Noto un pellizco cerca de su estomago, aún no había regresado. Zarandeo a su acompañante en el lecho con suavidad y este abrió los ojos, la miro y la beso con ternura.
- No esta.. no ha regresado aún. – le susurro al oído.
El no le contesto, se incorporo con pereza, entró al cuarto de baño y se ducho.
- Tendremos que buscarla, a ver por donde anda.
Paula afirmo con la cabeza, se ducho rapidamente y salieron los dos del hotel.

Ana despertó un poco soñolienta, le dolían todo los huesos. Miró a su alrededor y estaba en la cama, en la cabaña de Rodrigo. Quiso recordar que paso después, se miró la mano, la mano donde había notado el frió.. aquel frió como un témpano de hielo.. pero que a la vez hizo que su corazón saltara de alegría. Después fue todo confuso, vio una sombra, una sombra borrosa.. como la que recordaba del primer día.. cuando lo conoció.. cuando se perdió en aquel bosque. Se aferró a esa sombra sin precedentes, el frió se hizo latente, le atravesó, el cuerpo, el corazón, el alma, noto que la respiración le fallaba, que todo le daba vueltas.. seguramente perdería el conocimiento, pues hay había una espesa laguna de oscuridad. Se intento mover pero no podía, ningún músculo le respondía, estaba inmovilizada, y tenía frió.. mucho frió. Se dio cuenta de que tiritaba, ¿sería el fin?..

Se dieron un gran paseo por todo el pueblo, fueron hasta la playa, subieron hasta el castillo.. no había rastro de ella.

Los minutos pasaban lentamente, nadie entraba ni salía de la cabaña. Intento hablar pero tampoco le respondía las cuerdas vocales, en su lugar noto la garganta apretada y dolida.. como cuando tenía anginas. Era desagradable hasta tragar la propia saliva, aunque su paladar se encontraba seco y áspero.

- ¿Estará en la cabaña? – pregunto Paula sin estar segura.
- Puede ser..
Se encaminaron para la misma.

Rodrigo entró a la estancia y se sentó al lado de Ana que dormitaba otra vez. Había sido tan valiente de abrazarlo.. pero a los pocos segundos desfalleció. El, asustado, la había llevado a su cabaña y comprobó que había tenido un serio enfriamiento, ahora temía por su salud.
Ana despertó de nuevo , esta vez si reconoció el sitio, los primeros rayos de luz entraban por las ventanas. A su lado, sentado, estaba aquella sombra, esa sombra que se iba aclarando como el día del bosque, esa sombra que.. su corazón empezó a palpitar a mil por hora, era él.. no le cabía la menor duda. No podía hablar pero no le importaba.. era el... Después de tanto naufragar había encontrado la isla donde anclar. Se sintió mejor, el frío se fue calmando.
Rodrigo vio como abría los ojos, y como aquella maravillosa mirada le sonreía por completo, supo que de nuevo era visible al menos para ella.
- ¿Me oyes, princesa?- le pregunto suavemente.
Ana no le pudo contestar, pero asintió con los ojos.
- Estas muy débil.- continuó.- anoche, cuando te abrazaste a mí te desvaneciste, creó que has pillado una pulmonía, has estado toda la noche con fiebres muy altas.. realmente estoy asustado por lo que te pueda ocurrir. – le acerco un caldo caliente.- tómatelo, es una medicina natural que mi madre nos solía hacer cuando estábamos enfermos y con enfriamientos.
Ana intento moverse pero ningún músculo le respondía aún. Rodrigo pacientemente se lo fue dando a pequeñas cucharadas que a duras penas podía tragar. Cuando por fin termino aquel suplicio la somnolencia acudió a su encuentro y se quedo profundamente dormida.

Paula y Víctor llegaron a la entrada de la cabaña. Paula noto que el nudo se hacía mas fuerte en su estomago.. eran los nervios.

Abrió los ojos, se sentía bien, todos los dolores habían desaparecido. Se levantó ágilmente y salió al exterior. El sol invadía con fuerza todo el paisaje. Empezó a andar sin rumbo fijo, fue a la playa que ya empezaba a llenarse de gente, paseo por las calles de la ciudad. De pronto, como un presentimiento inesperado, subió hacía el castillo. Las puertas se abrieron para ella. Ascendió hasta el aposento que tan bien conocía, se sentó ante el arpa...
- Por fin has venido, te estaba esperando.
La voz la sobresalto, en segundos, se vio reflejada como en un espejo..
- Eres...
- Si, te he estado esperando durante siglos, pues sabía, por lo que me relato Rodrigo, que llegaría este momento.
- No comprendo.
- Anoche, cuando te abrazaste a él le regalaste tu vida.
- Entonces yo estoy..
- Aún no, - se sentó en la cama.- Aquella noche, cuando yo hable con él en la orilla del lago, no sabía que la rata de Ventura había cambiado la formula mientras Armel dormía. Él se la tomo sin fijarse.. Armel tampoco lo sabía, se dio cuenta después.. desde ese día estudiamos un remedió, por eso estoy yo aquí.
- No comprendo bien..
- Tu adivinaste que alguien podía haber utilizado la magia también, ¿no comprendes? .- hizo una pausa.- La verdadera naturaleza de la formula era que cuando te encontrase, tu lo verías. Un beso de amor rompería el hechizo.
- ¿Cómo en los cuentos de hadas?
- Si, aunque no lo creas esas cosas eran posibles para algunos magos, Armel era uno de ellos.
- Entonces, ¿que paso?
- Ventura, ese rastrero y despreciable ser, cambió algunos ingredientes. Así hizo que Rodrigo fuera invisible para ti, a no ser que tu corazón lo descubriese y el amor mas primitivo hiciera que cambiases tu vida por la suya.
- ¿Pero él no lo sabía?.
- No, Armel y yo guardamos el secreto. De haberlo sabido, él jamás te hubiese buscado. Rodrigo es un alma noble, recuérdalo.
- Comprendo.
- Por eso, a través de profundos estudios, por fin dimos con una solución. Antes de fallecer, hice unos juramentos. De esa manera, mi espíritu se quedo en el castillo. Hoy es el día de cumplir con lo pactado.
- ¿En todo este tiempo él no te ha visto a ti?.
- En el otro lado hay varías dimensiones. El esta en una intermedia entre la vida y la muerte.. pero solo puede ver las cosas vivas. Tu en cambió, estas mas próxima a mi, por eso estamos ahora hablando.
Ana asintió en silencio, por una parte sentía miedo, por primera vez era conciente de la estrecha línea entre la vida y la muerte.
- El se arriesgo por mi felicidad.- siguió hablando la princesa.- Se lo debo todo. Rodrigo me contaba lo triste y angosta que hubiese sido mi vida con aquel tirano. Cada vez había en mí un entendimiento mas claro de que yo debía de hacer también algo por su entera felicidad. Te aseguro, Ana, que su felicidad eres tu.
- Pues dime que debo hacer.
Ella no contesto, se quito una pulsera plateada con una pequeña piedra azul que relampagueaba con luz propia. Ana dejó que se la pusiera en su muñeca.
- Te llevas mi alma. La promesa esta cumplida. Es poderosa, no dudes en acudir a ella cuando necesites ayuda. – la beso suavemente en la frente.- vuelve y se feliz.
Con esas palabras la princesa fue palideciendo. Pronto se confundió con la luz que entraba en la estancia. Ana se quedo, de pie, inmóvil. Su muñeca le empezó a quemar como si le hubiesen marcado con un hierro ardiendo. Realmente, creyó que la cadena ardía al compás de la piedra. Le cortaba la piel, el dolor era intenso, demasiado intenso... grito...

Paula se sobresalto al oír un agudo chillido. Un estremecimiento hizo cambiar su dirección.
- ¿Lo has oído?
- No, el que..
- En el castillo.. algo ha pasado..

Ana salió corriendo del aposento, estaba desesperada. Quería librarse de aquel dolor que ya le recorría todo el brazo, pero algo retenía esa reacción. En su mente solo albergaba la idea de volver con Rodrigo. Quería contarle todo lo que le había ocurrido. Ese pensamiento hacía que sus pies tomaran la dirección adecuada, pronto dejo de notar el suelo, volaba, o eso parecía. Se dio cuenta de que el mundo había enmudecido, que el sol no calentaba. Mas su brazo seguía calentándose a la vez que el resto de su cuerpo.. ardía.. Paro de golpe, vio a Rodrigo postrado ante el lecho, aterrorizada se vio a su misma, en la cama, ella flotaba ante la escena. Supo que debía de entrar, que si lo hacía despertaría y todo habría acabado. Se abalanzo sobre su propio cuerpo cuando una fuerza inesperada la retuvo.
- No te dejaré entrar.. e estado esperando este momento muchos siglos.
Ana vio aterrorizada al espectro que la retenía fuertemente.
- ¿Quién eres? – le pregunto casi sin voz.
- Soy el Señor de Acerron . El me mando a la muerte a los pocos días, pero Ventura se las apaño para que pudiese esperar el momento de mi venganza..
Ana notó con pavor como la fuerza se le iba desvaneciendo
- No, no quiero morir.. – intento soltarse pero no podía.

Rodrigo le volvió a tomar la temperatura, ardía. ¿Qué podría hacer?. Intento recordar que haría su madre. Lo mejor era un baño de agua fría para la fiebre muy alta.. quizás él que estaba frió. Cuando le iba a poner la mano encima se quedo paralizado.. su color era humano.

- ¿Estas segura que quieres ir de nuevo al castillo?
- Te juro que he oído un grito.
- Será algún fantasma, dicen que..
- Víctor.. - su voz y su mirada era angustiada.- Creo que es Ana, de verdad.
- Vamos a entrar primero aquí, y si no averiguamos nada, entonces nos marchamos para allá.
Ella asintió sin convencimiento.

El Señor de Acerrón la arrastraba hacía un oscuro umbral. Ana creía que estaba en una horrible pesadilla, se alejaba de su cuerpo, se alejaba de un Rodrigo que miraba con preocupación el lecho donde yacía. Al salir de la cabaña vio a sus amigos, intento gritarle algo.. pero su voz como todo en ella se estaba adormeciendo.

Paula se quedo petrificada en la puerta. Lo estaba viendo, allí, al lado de la cama donde estaba Ana. No le salía la voz.. nada. Víctor entro detrás y a contradicción de su compañera se adelanto valientemente hasta él. Se miraron sin palabras, miraron a Ana.
- Tiene una fiebre muy alta, no se que hacer. – explico Rodrigo.
- Un baño de agua fría me bajaba a mi la fiebre cuando era pequeño.
Rodrigo pensó con velocidad. El lago, si, eso era lo que tenía que hacer. La cogió en brazos y salió a la carrera hasta el lago. Víctor cogió a Paula de la mano y se marcharon detrás.



Ana los vio marcharse y supo como una premonición hacía donde iban. El Señor de Acerron la arrastraba hacía el umbral.. cada vez mas cerca.. mas cerca.. Su fuerza era cada vez menor. Se estaba dejando vencer, lo sabía, pero, ¿qué podía hacer?... Como un sueño veía pasar su vida. Comprendió que estaba en el túnel, ese que todo el mundo hablaba. Aunque al final no se veía luz, solo oscuridad.

Rodrigo dejo la manta sobre la hierba y se introdujo con ella en el agua. La remojo bien y se sentó abrazado a ella. El cuerpo empezó a tiritar, empezó a enfriarse. Rodrigo le cogió la mano fuertemente y la apretó más contra él. Sin darse cuenta las lágrimas le recorrían las mejillas incesablemente.

La arrastró hasta la entrada. Ana no tenía ganas de luchar ya, supo que todo estaba vencido. Las ultimas escenas se sucedían, alguien con un rostro casi transparente le ponía una cadenita en la muñeca. Se fijo bien en esa cadena, tenía una piedrecilla azul que relampagueaba. Escucho algo de un alma, de un alma que podía hacer servicio de ella si la necesitaba. El Señor de Acerron sonreía abiertamente.
- Ha llegado tu fin. El fin de todo, él se quedara en la tierra y sufrirá hasta su muerte por ti.
¿El?.. ¿quién era él?.. a la misma vez que sus pensamientos desfilaban por aquella rápida vía y el tren de su vida llegaba a su fin, todo se quedaba en el lago del olvido. Miró por última vez hacía su pasado. A lo lejos vio a un chico que abrazaba fuertemente otro cuerpo. Noto una extraña y agradable sensación. No sabía su procedencia, pero le gustaba. Una fina lluvia empezó a caer sobre ella, sobre su rostro. Algo la retenía fuertemente por una muñeca.. esa que aún le quedaba libre.. esa que el Señor de Acerron nunca le había cogido.
- Ana, por favor, no me abandones.. lucha, por favor.
Aquella voz.. susurrante, tranquilizadora. Quería saber por qué le decía esas cosas. Le picaba la curiosidad. Miró al interior, vio solo desolación, oscuridad, miedo.. miró al otro lado.. no sabía que le empujaba, pero, sabía que no deseaba entrar. El señor de Acerron se dio cuenta de que algo fallaba. Tiró con fuerza de ella. Ana noto un salvaje tirón y se vio por completo en aquella espiral.
Un apretón del otro lado le retuvo unos segundos.
- Ana... te amo.. Ana..
Aquella voz que la llamaba, que la reclamaba, que la amaba. ¿Amar?.. rebusco la sensación del amor. No la encontraba, pero algo le decía que tenía que ser algo maravilloso. Tenía que volver, comprendió que allí no hacía nada. La luz se fue haciendo en el corazón de ella, una intensa y fiera fuerza nació en su interior. La pulsera emitió una claridad cegadora, el Señor de Acerron dio un aterrador grito de dolor y la soltó. Ana salió violentamente despedida del lugar y se dio un terrible golpe contra algo.. creyó oír de nuevo la voz, esa voz, cada vez mas cercana, como una nana.. fresca y tranquilizadora.
Víctor le cogió la otra muñeca. Ana se había secado por el calor del sol, pero aún así la fiebre le había bajado y su respiración parecía mas tranquila. - Parece que esta mejor.
- ¿Estas seguro? – le preguntó Paula preocupada.
- Si, la fiebre le ha bajado.- miro a Rodrigo que aún lloraba y susurraba palabras de aliento en su oído.- tranquilízate, creó que de esta sale.
Rodrigo miró a Víctor agradecido.
Ana despertó a la vida después de aquel oscuro sueño y lo primero que se encontró fue a sus tres amigos con ella.
- Rodrigo... ¿eres visible por fin?
- Si, gracias a ti.
Se miro a la muñeca y se la examino. No sabía muy bien que es lo que había ocurrido, pero no quería recordar. Intento moverse y apenas podía. Le dolía todo. Rodrigo la beso levemente en la mejilla.
- Hemos temido por tu vida.- le susurro al oído.- Pero ya estas bien.
Paula se acerco temblando y le cogió la mano.
- ¿Cómo estas?
- Un poco cansada, un poco dolorida.. pero bien. – dijo mientras se intentaba reincorporar.- ¿Y tu como estas?
Esta no contesto, Ana se abrazó a su amiga pues sabía que aún estaba asustada y esta le devolvió el abrazo. Rodrigo se levanto al lado de las dos chicas y de Víctor y la observo con ternura. Al rato, se separaron llenas de fuerza y tranquilidad, Paula se levanto y cuando Ana lo intento las piernas le temblaron, no podía aun sostenerse bien. Rodrigo la cogió en brazos fuertemente, Ana le paso los brazos por los hombros y lo beso con pasión.
- Te quiero… he vuelto por ti y por siempre contigo estaré.- le susurro cuando sus labios al fin se separaron.
El sonrió abiertamente y miro a sus dos amigos que los miraban emocionados.
- ¿Y si fuésemos a comer algo? – Propuso Paula.- Y esta vez no me digas que no comes por que te zurro.- añadió dirigiéndose a Ana.
- Pues si, tengo hambre, además Rodrigo hace siglos que no come.
Todos rieron por la ocurrencia. Tuvieron una estupenda y abundante comida en la cual Rodrigo fue un compañero excelente y tenaz. Ana supo que él jamás le fallaría y comprobó feliz que por fin, aquello era real... supo que su sitio estaría a su lado, por siempre allí..







5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Ana,

la semana que viene, cuando tenga un poquitín más de tiempo, empezaré a echarle un vistazo a la segunda parte de la historia pues ahí me quedé...

Seguro que escribir la historia te hizo pasar muy buenos momentos porque de no ser así no hubieses escrito tanto. También hay que leerlo pensando en ese aspecto.

Un beso y felicidades.

Ana dijo...

Escribir una historia siempre trae muchas satisfaciones, y mas cuando las cosas van encajando y llega a un buen final.
Un beso y gracias!

Unknown dijo...

Ana, me ha impactado cuando he visto tu entrada titulada CAPITULO FINAL. El DESENLACE... y ahí me has tenido leyendo detenidamente hasta el final... Por lo menos tiene un final feliz, porque pasan muchas cosas antes!... Me ha gustado mucho. Enhorabuena.

Ana dijo...

Como que todo no podía ser tan facil, y en este caso triunfa el amor mas puro.
Un beso Ricardo y me alegro de que te haya gustado!

Gorky dijo...

Hola Ana,
Mi vida ha dado un giro de 180 grados y casi no tengo tiempo de nada.
Por eso ando tan tarde por aquí.
Mi más sincera enhorabuena y mil gracias por tu relato.
Hacía tiempo que no me enganchaba una hidtoria como has conseguido hacer con la tuya.
De verdad, creo que es muy buena.
El desenlace permite entrever que la historia pudo dar un giro en cualquier momento y tener al menos 3 finales distintos y ahí están por si acaso.
Sin duda el más agradable es éste. Las lágrimas que nacen son de felicidad, aunque cualquier otro desgraciado final hubiera sido igual de intenso, pero con lágrimas de dolor.
Gracias por compartir tu relato con nosotros.
Muchos besos!!!