viernes, 31 de octubre de 2008

Por Siempre allí

Y bueno, tampoco me voy a olvidar de los que esperan mi mini-libro. Aquí os dejo otro capitulo para que tengáis lectura para el fin de semana.


CAPITULO XV

Ana y Paula recorrieron las distintas habitaciones del castillo. Al estar en cada una de ellas Ana le iba explicando lo que le había ocurrido y las sensaciones que había tenido. Llegaron al dormitorio y estaba tal y como lo recordaba Ana.
- ¿Y dices que sabes tocar el arpa?
- Aquella noche si, ella lo sabía hacer y me lo transmitió.
- ¿Tu no has pensado que al sentir tantas sensaciones podría ser que su espíritu no se hubiese ido del todo?
- No se Paula, pero, ¿estas segura de que me crees?
- Después de ver como se ha abierto la puerta y.. – guardo silencio repentinamente.- ..Ana, ¿esta aquí?
- ¿Rodrigo?, yo no lo veo.. ¿es que notas algo?
- No se.- se acerco a la ventana y se puso al sol.- ha sido un escalofrío repentino.
Ana se sentó en la cama y observo a su amiga que se calentaba con los primeros rayos del día. Paso casi un cuarto de hora.
- Ana, ¿qué hacemos?
- No se, él me indico el castillo y ya estamos en el castillo..
- ¿No te habrá tomado el pelo?, a ver si va a ser un espíritu burlón.
- No es un espíritu, no esta muerto, es..
- Invisible, ya.. y solo lo puedes ver tu, me lo has explicado un par de veces.
- Buen día, princesa.- miro a su alrededor.- aún no estoy hay en esa habitación, pero me puedo comunicar contigo a través del pensamiento. Solo con pensar las palabras sabré lo que quieres, hazlo así.
- Quiero verte.- pensó.
Rodrigo apareció en la habitación a los pocos segundos y Ana sonrió abiertamente.
- ¿Qué debemos hacer para ayudarte?.- preguntó mirándole a los ojos.
- Debemos ir a la cabaña y allí buscar en los pergaminos de nuevo.
- Paula, vamos.- le dijo a su compañera que había entrado en una ligera somnolencia producida por la falta de sueño.
Esta se acerco a su amiga para salir.
- Ana, ¿estarías dispuesta a tocar por unos segundos un trozo de hielo?.- Ana comprendió.- Coge la mano de tu amiga.
Ana le dio la mano a Paula y a Rodrigo, en segundos cambiaron de lugar, se encontraban en la cabaña de él.
- ¿Qué ha pasado?, he notado frío en la mano y cuando me he dado cuenta..
- Hemos cambiado de lugar, esta es...
- La casa del hombre invisible..
- Si, y no le llames así.
- Deja que me llame como quiera, para ella soy invisible. – bajo de nuevo aquel pergamino donde ponía la formula de la invisibilidad.- tiene que leerlo ella.
Paula se asusto al ver como uno de aquellos papeles enrollados bajaban de su sitio y se abría sobre la mesa.
- Esta aquí, ¿verdad?
- Si, no te preocupes, tienes que leer el pergamino.
- ¿En voz alta?
Ana miro a Rodrigo y este negó con la cabeza.
- No hace falta.
- Bien.- miro para donde había visto mirar a su amiga.- Hola Rodrigo, no te veo pero si Ana dice que estas hay, estarás. Espero que entre las dos podamos quitarte esa maldición, o encantamiento, o lo que sea.. por qué yo, creó en mi amiga y bueno.. voy a leer esto.
Rodrigo le sonrío aunque ella no lo viese y se sintió muy feliz. Pasaron largos e interminables minutos en los cuales Paula leyó minuciosamente el papel. Levanto la vista y miró a su amiga.
- ¿Vosotros dos habéis leído este pergamino?
- Si, claro.
- Pues esta claro que me necesitabais a mi para esto. Aquí dice que:

Una tercera persona ajena a la invisibilidad del hechizado, tendrá que formar trío con las otras dos. Se cogerán los visibles de la mano formando un circulo y en medio se pondrá el ser invisible. Cerraran los ojos, viajaran al pasado y una vez allí, obligarán al hechizador a girar su maldición.

- ¿Qué pone que?.. ¿donde? .- preguntó Ana algo petrificada.
- Si, eso dice, mira.
Ana miro donde le indicaba su amiga y solo vio el vacío.
- Pues yo no veo..
- ¿No lo entiendes princesa?, - le corto Rodrigo.- Ella es la llave, si cree en mi existencia puede leer lo que nosotros no podemos por estar en la misma situación.
- Por eso yo no lo podía leer.. claro.
- Tenemos que hacer lo que indica el pergamino.- razonó Rodrigo.- ¿Estáis dispuestas a viajar?
- Yo creó que si, ¿Paula? .- la miro interrogativa.
Esta afirmo con la cabeza y le ofreció sus manos a Ana con la determinación de hacer lo que tuviese que hacer.
- ¡Vamos!, tenemos que ir a otra época.- concluyo Ana.
Ana y Paula se cogieron de las manos y Rodrigo se metió en medio de ellas.
- Cerrad los ojos, pensad en ese traslado y adelante.
Ana le comunico a Paula lo que tenía que hacer. Un momento de incertidumbre sucumbió de los tres, al abrir los ojos estaban en el mismo lugar.
- No ha funcionado.- dijo Paula decepcionada.
- El pergamino esta equivocado, tiene que ser otra cosa.
Rodrigo no dijo nada, paseaba por la estancia inverso en sus pensamientos. Ana se sentó vencida en un taburete y Paula la acompaño.
- Quizás lo que tengamos que hacer es otra cosa.- se levanto y reviso de nuevo el pergamino y las ultimas palabras.
- ¿Y si invocamos al mago para que venga aquí? – propuso Paula.
- Invocar es inútil.. hay que ir allí, a su.. – cayo unos segundos.- ¡claro!, a su antiguo laboratorio, en los sótanos del castillo. Antes no nos hemos trasladado por qué no teníamos un sitio concreto donde ir, es eso.. el sitio.- explico Rodrigo.
- Vamos Paula, coge mis manos. Tenemos que pensar en el viejo laboratorio del mago para ir allí, tenemos que..
- Yo no se como es, tu lo viste en tu visión pero yo..
- ¡Mierda, es verdad!
- No desesperes princesa, debe dejar la mente en blanco y dejarse llevar por tus hondas positivas, ellas las trasladaran.
- Coge te, cierra los ojos, y no pienses en nada.. eso no te costara trabajo.
- Que simpática, encima que te quiero ayudar.
Rodrigo miro a Ana de forma severa.
- Es una broma.. ella lo sabe.- dijo en voz alta.
- ¿El que?
- Lo que te he dicho, ¿vale?
- A si.. Rodri.. no te preocupes, siempre estamos así.
Después de la aclaración, Paula hizo lo que Ana le indico y esta vez noto que su cuerpo se hacía mas ligero, que se elevaba y en segundos caía como un plomo en tierra. No quiso abrir los ojos hasta que la voz de su amiga se lo comunico. Cuando lo hizo estaba en un oscuro y frío laboratorio que parecían mas unas mazmorras que otra cosa.
- ¿Y ahora que se supone que hay que hacer?.- pregunto algo asustada.
- Esperar.- le susurro Ana.
Estuvieron esperando un buen rato en aquel lugar escondido de la escalera. Unos pasos descendieron por esta y un hombre vestido con una gran túnica blanca anudada a la cintura entro al laboratorio, se paro un momento y observo la estancia. Luego se dirigió a la estantería donde tenía muchos pergaminos apilados y cogió uno que lo cerraba un lazo azul. Lo abrió y lo desdoblo en la mesa sentándose en un taburete y observándolo detenidamente. Rodrigo salió de su escondite donde estaba con las chicas y se puso al lado del mago intentando leer lo que había en el pergamino. El maestro lo miro directamente pero pareció no verlo y volvió a la lectura. Rodrigo volvió hasta ellas.
- Es el pergamino de la invisibilidad.. creo que lo esta leyendo para hacer la poción.
- Entonces no ha ocurrido aun la huida.- le susurro Ana.
- No se, princesa, esperadme aquí, ahora vuelvo.- y desapareció.
- ¿Que pasa? – pregunto Paula.
- Rodrigo ha ido a ver si aún no ha ocurrido la huida.
El mago encendió la chimenea y puso una pequeña marmita con agua a calentar mientras seleccionaba unos cuantos tarros de los estantes. Rodrigo apareció ante Ana.
- Aun no ha pasado, princesa, será mañana a primera hora.
- Por eso esta preparando la formula, él ya sabe lo que os va a ocurrir.. no fue tan casual, todo lo tenía meticulosamente planeado.
- El no me puede ver a mi, pero no se si os podrá ver a vosotras..- dijo mirando a las dos.
- ¿Me puedes vestir con un traje de la época por algún truco de magia?
- Si, eso es fácil, princesa.
- Hazlo.
Rodrigo lo hizo y Ana sigilosa salió a las escaleras y bajo estas como si viniese de fuera.
- Mi buen mago, ¿qué es lo que estáis cocinando?
El mago se sobresalto ante la voz de la intrusa.
- Princesa, ¿no deberíais de estar en clase de canto?
- Ya he terminado.. no me alentaba mucho hoy el pensamiento de cantar.
- ¿Y que deseáis, princesa?
- Desearía que hablarais con mi padre sobre el marido que me ha asignado, y que intentéis convencerlo de que anule el compromiso. A mi no desea escucharme.
- Pero princesa, vuestra unión será beneficiosa para los dos reinos.
- Pero yo, inténtalo por favor... intenta hablar con él..
- Muy suplicante estáis mi princesa, veré que puedo hacer por vos.
- Esperare tus noticias con impaciencia.- salió para las escaleras y al pasar por el sitio donde estaban los dos intercambio una rápida mirada con Rodrigo. Este entendió el mensaje en segundos. Paula noto que sus manos eran cogidas y se helaban en pocos segundos, luego se noto libre y vio que estaba al lado de un lago, en pocos segundos apareció Ana.
- Tengo un plan.. esta claro que a Paula y a mi nos pueden ver y a ti no. Tenemos que hablar con la princesa, Rodrigo, tienes que trasladarme hasta donde este. Tu Paula debes de esperar aquí, no te pasara nada.
- Siempre me toca esperar, ¡que rollo!
- Lo siento, pronto vendremos.- cogió a Rodrigo de las manos y desapareció.

La princesa había terminado de dar su clase de canto y el trovador se había retirado de su habitación. El ama cosía algo mientras observaba a su señora. La expresión de ella era triste y melancólica, se acerco a la ventana y observo durante un rato a los caballeros que entrenaban sin descanso en el patio de armas.
- Adela, retírate un rato, deseo estar sola.
- Mi princesa, no debo dejarla sola, su madre..
- Adela, por favor.- la expresión era tan suplicante que se retiro.
Ana estaba escondida en una esquina de la estancia, se acerco sigilosa y a cada paso comprobó que el rostro de ella era igual que el suyo.
- Princesa..- la llamo.- no te asustes, soy..
La princesa la miro y tuvo una reacción adversa a la que esperaba Ana. En vez de asustarse se encaro valientemente.
- ¿Quién eres?, ¿Qué es lo que quieres?
- Quiero hablar contigo seriamente sobre lo que vas a hacer mañana.
- ¿Mañana?.. ¿tu que sabes de eso?
- Lo se todo, se mucho mas de lo que tu sabes aún.. escúchame atentamente, por favor, debes creerme, solo quiero ayudarte.
La princesa la miro bien por primera vez y se quedo sorprendida.
- ¿Por qué nos parecemos como gotas de agua?
Ana aspiro hondo y empezó a hablar con ella..

Paula esperaba pacientemente en el lago sentada, le entro sueño y se recostó sobre la hierva, al rato dormía placidamente.
Una sombra la cubrió casi por completo, ¿quién sería aquella chica?.. no deseaba despertarla, se le veía hermosa allí, durmiendo.
No supo como pero se dio cuenta que alguien la miraba, abrió los ojos y a la primera vista no supo.. parecía.. se restregó los ojos..
- ¡Rodrigo!, ¡eres real!, ¡has vuelto de ser un fantasma!.. ¿cómo ha sido?, ¿y Ana?
El chico la miro desconcertado.. ¿quién era aquella que sabía su nombre y se alegraba tanto de verla?
- Perdón bella dama, pero creó que se ha confundido. Aunque mi nombre sea Rodrigo yo no la conozco a vos.
Paula supo en segundos lo que estaba pasando.
- ¡Ostras!, tu eres Rodrigo.. pero el de aquí.. ¿no?
- No la comprendo, siempre he vivido aquí.
- Si, ya se.. pero.. mira.. mañana, ¿has quedado con la princesa en este mismo lugar?
- ¿Con la princesa?
- Si, si.. yo lo se todo, Ana me lo contó. Tu estas enamorado de la princesa y ella de ti, pero su padre.. bueno, no se, quizás estoy hablando de mas.... quizás este metiendo la pata.. ¿qué hora es?
- Es casi al medio día por la posición del sol... pero dime, ¿cómo os atrevéis a decir tal cosa sobre la princesa?
- A mi no debes de ocultármelo, yo lo se, se lo que ocurre entre los dos.
- ¿Acaso eres hechicera y adivinas el futuro?, ¿y quien es esa que tanto nombráis?
- Rodrigo, debes esperar aquí conmigo a que venga ella.. ¿lo harás?
- No os comprendo muy bien.. no se lo que pretendéis.
Paula pensó en Ana intensamente, si ella estuviera allí.

Ana paro en seco la conversación. Noto una llamada desesperada de Paula en la mente, supo que la necesitaba, miro a la princesa que escuchaba atentamente todo lo que le contaba.
- Princesa, debo de ir en auxilio de mi amiga.
- ¿La que ha venido contigo desde el futuro?
- Si, y por favor, no haced nada precipitado.. os voy a ayudar con vuestro amor.
La princesa le cogió las manos con fuerza.
- Estaré esperando impaciente vuestras noticias.
- Bien.
Miro a Rodrigo y comprendió por su mirada que estaba destrozado de verla de nuevo. Le cogió las manos como el hielo y se marcho en busca de su amiga.
Ana apareció en segundos donde estaba Paula y su corazón palpito desorbitado.. Rodrigo estaba allí, en carne, vivo, y a la misma vez lo tenía al lado, frío, helado.
- Ana, ha llegado hasta aquí y...
- ¡Rodrigo! .- deseaba abrazarlo, notar de nuevo ese calor humano, pero se contuvo, pues al lado tenía la otra parte de aquel.
- Princesa, mi princesa.. pero, ¿qué hacéis vos aquí?.. es peligroso, ¿cómo habéis escapado del castillo a esta hora?
- No te confundas, yo no soy tu princesa.. yo soy la princesa de él.- y señalo al invisible Rodrigo.
- ¿Deliráis?, no comprendo.
- No deliro, debéis de creerme cuando digo estas cosas. Paula y yo venimos desde muy lejos con la intención de ayudaros en vuestra fuga, en la que ella tiene mañana planeada.. debemos de hablar.
Rodrigo se quedo perplejo.
- Princesa, vos vivís en el castillo, es imposible que vengáis de lejos, a no ser que el castillo lo consideréis un lugar remoto..
- Princesa, a estas horas yo aun no sabía nada.. es lógico que no sepa de que le habláis...
- Ese no es el problema, el problema es que no comprende quien soy..
- Es difícil, el nunca ha estado en el futuro..
- Tienes razón.. será difícil, a no ser que nos vea juntas.
- Eso quizás sea un choque muy fuerte para el.. lo supuso para mi la primera vez que te vi, y somos la misma persona.. no se si es buena idea..
- Pero juntos es la única manera de elaborar un plan, ¿qué suele hacer ella a estas horas?
- Esperar para la comida.
- Rodrigo, tienes que traerla.
- No me pidas eso.
- Puedes hacerlo conmigo, pudiste hacerlo con Paula, ella también..
Rodrigo desapareció, Paula y Rodrigo miraban a Ana mientras esta guardaba silencio y pensaba sin cesar.
- Rodrigo, yo soy Ana..
- Si se como te llamas mi princesa, lo se...
- Ahora va a venir tu princesa, de la que realmente estas enamorada y entre los cin.. cuatro haremos un plan para que escapéis juntos mañana.
A los pocos segundos apareció la princesa allí, estaba asustada. Miro a su alrededor y al primero que vio fue a Rodrigo.
- ¡Rodrigo!, mi amor.. – se abalanzo hacía el pero se detuvo al ver a los otros dos personajes.
Rodrigo se quedo mudo, eran dos, eran idénticas.
- Yo soy Ana.. – dijo suave.- ella es tu princesa, con la que debes huir. Explicar de donde he salido yo es muy largo, tenemos que idear un plan.
- Podemos escapar ya.. – dijo la princesa impaciente.
- Es mejor hacerlo mañana, princesa, como lo teníais planeado desde un principio.
- Puede ser mejor si..
- Pues hablemos.. que el tiempo vuela.


Cayo la noche, todos albergaban esperanzas en sus corazones. La princesa se durmió pensando en el ser amado, y Rodrigo también. Paula cayo en el lecho rendida de cansancio. Ana era la única que no podía dormir.. no sabía bien todo lo que su alma estaba experimentando. La luna estaba llena y con su luz parecía alumbrar el alma de los enamorados.
- ¿No duermes?
La voz la sobresalto.
- No puedo dormir, estoy hecha polvo.
- ¿Por qué?
- Estoy confusa.. tu eres invisible para el resto del mundo ahora mismo, pero si mañana no los pillan.. a él y a ella, si nosotros intercedemos para que eso no ocurra, si todo sale bien.. tu nunca te harás invisible, y entonces, nunca.. nunca volverás.... te voy a liberar para que te quedes con quien estabas predestinado desde un principio, y podrás estar con ella en cuerpo y alma.. te perderé para siempre.
- Si no llego a tu época supongo que nunca recordaras de que me has conocido.. seguramente.. todo será como en un sueño.
- ¿Y si no es así?.. ¿y si no todo es real para mi?.. sufriré mucho, pero yo comprendo que esto debe ser así.
- Sabes princesa, si al volver a ser humano me quedase con todo lo que se ahora, no se si me gustaría quedarme en esta época... además.. me he dado cuenta de que aunque sois como dos gemas, por dentro sois distintas.. y hoy estoy enamorado de ti.. no de ella..
- ¿Cómo puedes decir eso?, ella.. ella es tu amor de siempre...
- Pero tu lo has reemplazado, princesa.. no se.. es tan extraño.. el cuerpo solo es físico, solo sirve para tocar, para sentir.. pero donde realmente quien ama, quien siente es el alma que hay dentro.. y mi invisibilidad no me ha quitado ese alma, y ese alma me conduce a la tuya.. solo a la tuya.. hoy lo he comprendido mientras estábamos haciendo el plan de mañana.. a través que pasaban los minutos mi confusión se ha ido y.. – guardo silencio, no podía continuar pues notaba un nudo que le oprimía.
- Mañana lo averiguaremos.. voy a ver si puedo dormir un poco.
- Velare tu sueño.
- ¿Tu no duermes?
- No lo necesito.. en este estado no te cansas de nada.
Le cogió las manos y noto el frío que se le transmitía..

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Ana,

pues sí, parece que es cierto lo que dicen de que una persona no es la misma al cabo de un tiempo. Todos evolucionamos, y es lo que les a sucedido a Rodrigo y a Ana. A ver como acaba todo esto...

Un beso. Espero que que hayas pasado un buen finde a pesar del frío.

Anónimo dijo...

Es un gran dilema; ¿cómo van a arriesgarse a esta situación?. Tiene que haber otra forma de romper el hechizo para que se conozcan en el futuro.
Un beso

Trucks and Autos dijo...

Queridísima Ana, estoy aquí por algo que no tiene nada que ver con tu entrada.

Vi el comentario que dejaste en el blog de Luisa hace unos días:

"El demonio no existe como tal, y el infierno es el tiempo que vivimos en la tierra.. de nosotros depende que el infierno sea mas llevadero o no.
Un beso."

Sólo quería decirte con firmeza y no por eso con menos cariño que: si realmente eres católica te repases el catecismo,y dejes de sacarte teorías de la manga e inventarte cosas que no son.
Ojo con ese relativismo moral que te ha calado hasta los tuétanos.

Te lo digo porque en su día me dijiste que eras católica e ibas a Misa los domingos. Si es así, al menos deberías ser coherente con lo que dices que eres. Religión Católica sólo hay una y en ésta no existen las "tendencias", o somos, o no somos... Tienes muchas fuentes para refrescarte la memoria: los Evangelios (que no son de libre interpretación), la Biblia, el catecismo de la Iglesia Católica...

Recuerda esa frase de Jesucristo Evangelio: "El que no está conmigo está contra mí."
Te animo a que pienses muy seriamente en qué lado estás, porque de momento pareces estar en contra, con esas afirmaciones que no se sabe de dónde las sacas.

Sé que me he expresado con dureza, pero pienso que no me podía quedar indiferente, no puedes ir por ahí mostrándote como una "católica guay" por tus teorías absolutamente inválidas (sin valor y sin sentido para un católico de verdad). El catolicismo va contracorriente hoy en día y tú vas con la corriente, te dejas llevar.

Piensa, medita en silencio..., en serio. Y si no vas a hacerlo deja de decir que eres católica, por favor.

Ana dijo...

Pues Kokrann, lo pase lo mejor posible, y bueno, aqui frio, frio.. pues regular.. no hizo tanto. Eso si, mi historia sigue y espero que poco a poco se vaya cambiando el tema.
Un beso!
------------------

Vaya D'Paula, esta vez te he dejado preocupadillo.. pues no te voy a desvelar nada todavia.. aun queda mucho carrete por soltar.. pero no te preocupes, todo tiene solución.
Un beso!
--------------------
Martha, gracias por tu comentario, a pesar de que no se asemeje a nada de lo que escribo en mi blog. Quizás mis palabras sean un poco complejas o mas bien superficiales. En fin, me planteare una entrada para aclarar el tema, cuando la publique te lo hare saber.
Un beso

Anónimo dijo...

Para Martha: No se si debo de meterme en esta opinión, pero... Martha te diría que con que derecho hablas de esa forma tan tajante. Las personas tenemos algo fundamental que es vivir en libertad, cada uno puede pensar lo que estime conveniente y tú, a pesar de no saber quien eres, no tienes nigún derecho para poner a nadie en el compromiso de decir que se defina religiosamente. El catolicismo es uno, efectivamente, pero hay argumentos más que justificados para ponerlo en tela de juicio y si acaso, extraer aquello que sea resolutivo para nuestras propias vidas. Te juro que no entiendo con que derecho hablas así, ¿quién eres tú para decir que debe hacer, pensar o sentir cada uno?
Un saludo

Anónimo dijo...

Ana no tienes que justificarte de nada y, por supuesto, puedes sacarte todas las teorías de la manga que quieras. Eso hace precisamente a los grandes pensadores y nos hace reflexionar a todos y a tí misma.
Un beso