viernes, 10 de octubre de 2008

La Virgén del Pilar/Por siempre alli

Viernes, día 10.. y aquí estoy. Dispuesta a escribir una entrada para el fin de semana.. pero ojo!!.. que este fin de semana (al menos en España) es un poco mas largo.. se celebra nuestra querida Virgen del Pilar, y al caer en Domingo se hace festivo el Lunes. Así que voy pensando y creo que voy a ir por puntos, pues os voy a dejar un poquito de todo.

HISTORIA DE LA VIRGEN DEL PILAR




La tradición, tal como ha surgido de unos documentos del siglo XIII que se conservan en la catedral de Zaragoza, se remonta a la época inmediatamente posterior a la Ascensión de Jesucristo, cuando los apóstoles, fortalecidos con el Espíritu Santo, predicaban el Evangelio. Se dice que, por entonces, el Apóstol Santiago el Mayor, predicaba en España.
En la noche del 2 de enero del año 40, Santiago se encontraba con sus discípulos junto al río Ebro cuando "oyó voces de ángeles que cantaban Ave, María, gratia plena y vio aparecer a la Virgen Madre de Cristo, de pie sobre un pilar de mármol". La Santísima Virgen, que aún vivía en carne mortal, le pidió al Apóstol que se le construyese allí una iglesia, con el altar en torno al pilar donde estaba de pie y prometió que "permanecerá este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio".

Hay tres rasgos peculiares que caracterizan a la Virgen del Pilar y la distinguen de las otras:

1- Se trata de una venida extraordinaria de la Virgen durante su vida mortal. A diferencia de las otras apariciones la Virgen viene cuando todavía vive en Palestina: ¨Con ninguna nación hizo cosa semejante", cantará con razón la liturgia del 2 de enero, fiesta de la Venida de la Virgen.

2- La Columna o Pilar que la misma Señora trajo para que, sobre él se construyera la primera capilla que, de hecho, sería el primer Templo Mariano de toda la Cristiandad.

3- La vinculación de la tradición pilarista con la tradición jacobea (del Santuario de Santiago de Compostela). Por ello, Zaragoza y Compostela, el Pilar y Santiago, han constituido dos ejes fundamentales, en torno a los cuales ha girado durante siglos la espiritualidad de la patria española.

Mucho años después, el día 12 de octubre de 1492, las tres carabelas de Cristóbal Colon avistaban las desconocidas tierras de América. Al otro lado del Atlántico, los devotos de la Virgen del Pilar, cantaban alabanzas a la Madre de Dios en su santuario de Zaragoza, pues ese mismo día, conocido hoy como el Día de la Hispanidad, era ya el día de la Virgen del Pilar.

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Ahora, a continuación os voy a dejar el siguiente capitulo de por siempre allí.. para que tengáis lectura en estos días!

CAPITULO VIII

Era el ultimo día de cursillo, hicieron un examen bastante fácil y ya solo tendrían que esperar que les mandasen el titulo. Cuando salieron estuvieron tomando unas cañas y cuando llegaron al apartamento comieron algo.
- Ana, ¿qué te pasa?
- Nada.
- ¿Nada?.. pues no se, pero desde que hicimos el examen y empezamos a tomarnos la primera caña hasta ahora has estado, ¿ausente?, ¿en otra galaxia?.
- Por qué dices eso, no es cierto.
- Si lo es.. vamos a ver, ¿de que hemos hablado durante las copas?
- Pues de.. ¿tele?, ¿cotilleos?, ¿cine?.. – contesto entre las dudas.
- Ves lo que te digo, no te has enterado de nada.
- Bueno vale, estaba pensando en otras cosas.
- No será en el subnormal ese, ¿eh?
- No, no.. no te preocupes.
- Es que me da pena abandonar este lugar, ¿sabes?, estoy muy bien aquí y..
- ¡Jo!, ¡pues vaya!, se ve que te ha gustado el apartamento por qué lo que es salir, salir, solo has salido una tarde conmigo y para ir al cursillo.
- Es que no lo comprendes.. estoy lejos de Sotram, lejos de él, cerca del mar.. y tu sabes lo que a mi me gusta el mar. Con asomarme al balcón y verlo a la lejanía, me relajo un montón.. soy piscis y ya sabes lo que amamos el agua..
- Pues Ana, en cierto modo me alegro de que no hayas salido, si te llegas a acercar al mar mas, vamos, sales de aquí llorando a moco tendió.. y mira que tu no lloras..
- Además, me lo he pasado muy bien estos días con vosotros, y..
- A ti te gusta el mecánico, ¡eh!
- No.
- Venga, eso es lo que te pasa.
- Anda, no seas pestiño con ese chico, es simpático, pero yo..
- ¡Va! – era una expresión muy utilizada por Paula cuando quería quitarle importancia a algo.- voy a quitar la mesa, sabes, tu sabrás tus razones. Supongo que esta tarde tampoco vendrás a tomar café.
- No.
- Bien, pues que sepas que hoy te toca barrer y quitar el polvo. – se entró para la cocina.- Ana, si este verano me vengo una o dos semanas, ¿vendrías?
Ana vio el cielo abierto, venir en verano sería poder verlo mas veces.
- Pues claro.- dijo simulando su entusiasmo.
- Bien, eso era todo.
Ana se levanto y cogió el plumero para empezar a quitar el polvo, estaba emocionada.
Se durmió profundamente después de terminar las tareas encomendadas, cuando despertó eran las seis y cuarto. Estaba sola, bajo por el ascensor y se encamino con en corazón encogido hacia su cita, quizás ya no estaba, quizás se había cansado de esperar. Al torcer la esquina suspiro aliviada, Rodrigo estaba allí.
- Hola princesa.
- Perdona, pero..
- Te has dormido..
- Si, ¿cómo lo sabes?
- Tus ojos hablan de esa relajante siesta.
- Eres un buen detective, dime, ¿qué hacemos hoy?
- Lo que tu desees.
- Hablemos de ti, me voy a ir sin...
- ¿Cuándo te vas, princesa?.- pregunto con melancolía.
- El Domingo.- el tono de Ana resulto triste.- pero quizás vuelva unos días en verano.- dijo algo más animada.
- Eso significa que mañana estarás aquí también.
- Si, y no tengo cursillo.. si tu no tuvieras nada que hacer pues podríamos pasarlo juntos, aunque no se como voy a hacer para deshacerme de Paula y los demás, ya pensaré en algo.
- Me hace muy feliz saber que podremos compartir más horas juntos.
- Pues yo estoy radiante de felicidad.
- ¡Carpe Diem!, princesa.
- Carpe diem.
Ana pensó un momento.
- Me has desviado del tema que quería tratar contigo al principio, era algo sobre ti..
- Princesa, ¿no tenía que enseñarte mi cabaña y algo sobre la música medieval?
- ¡Oh si!, es verdad.
Rodrigo sin contestar le hizo una señal a Ana y se introdujeron una vez mas por el bosque. Ana sentía cada vez mas familiar todo aquel entorno, como si hubiese estado muchos años antes recorriéndolo. También le pasaba igual con el camino y la entrada del castillo, incluso casi podría imaginarse este por dentro aunque nunca hubiese estado allí. Un trueno sonó seguido de un rápido relámpago que ilumino el bosque.
- Princesa, va a haber tormenta, apresuremos el paso.. es peligroso estar en el bosque cuando sucede esto.
Casi no había acabado sus palabras cuando la lluvia hizo su aparición. Rodrigo aligero, era demasiado ágil, demasiado rápido para Ana que pronto lo perdió de vista. Se paro, sonó otro trueno, la lluvia arrecio, sintió miedo rodeada de árboles iguales, su cuerpo empezó a tiritar, estaba perdida. Paso así casi un minuto, algo que desconocía empezó a funcionar en su interior, sin saber muy bien lo que hacía sus pies empezaron a andar, a correr, se abría paso como una loca, al rato creyó ver algo, se acerco hasta allí y era una cabaña. Bajo el porche lo vio esperando, sonriente, hizo un ultimo esfuerzo desenfrenado y vio como le salía al paso, se abrazo y la guió hasta el interior donde un fuego encendido la esperaba. Se sentó sobre la alfombra que había delante la chimenea.
- Toma princesa.- dijo ofreciéndole una gran manta.- es mejor que te quites la ropa mojada y te envuelvas en la manta. Esperare fuera hasta que me avises.
Rodrigo se salió al porche y Ana hizo lo que él le había indicado. Se envolvió en la manta y se quedo sentada en la gran alfombra.
- Ya puedes pasar.
Rodrigo entró y con cuidado de no rozarle la piel le saco el pelo mojado y se lo floto con una toalla seca, después se lo fue desenredando. Ana entró en una confortable tranquilidad. Se dejo llevar por aquellas sensaciones que le producían tanto bienestar. Su cuerpo recupero el calor y los tiritones cesaron del todo. Estaba entrando en un remanso de paz del cual no deseaba salir.
- Princesa, ¿te encuentras mejor?
Ana afirmo con la cabeza. Rodrigo se sentó a su lado.
- Creí que me iba a morir hay fuera en la tormenta, he pasado mucho miedo, de pronto no te vi y.. – tirito al recordarlo – no se como he encontrado la cabaña.
- Princesa, siempre has sabido donde estaba. Todo esto lo has soñado antes.
- Pero dime que no estoy soñando ahora.
- No, no estas soñando, estas viviendo y haces que yo viva también.
- Es que me parece increíble que todo esto me este ocurriendo a mi.
- Nada es imposible, princesa, te lo dije ayer y te lo digo hoy.
Ana guardo silencio.
- ¿Y si me hubiese perdido?
- Te hubiese encontrado, pero te tenía que dar la oportunidad de encontrarte a ti.
Ana no comprendió que quería decir con eso, pero no le importo. Cerró los ojos y creyó ser la mujer más feliz del mundo. Los abrió al rato e investigo lo que había a su alrededor. La cabaña era de madera, había solo una habitación en la cual se encontraban. Su decoración era muy sencilla, una mesa, cuatro sillas, una cama al fondo y un armario donde tendría la ropa. Al lado de la chimenea tenía otro armario donde estarían los cacharros para hacer la comida, eso era todo.
- ¿Aquí vives?
- Si princesa, aquí vivieron mis padres y mis hermanos, y aquí vivo yo.
- ¿Dónde están?
- Todos se marcharon, solo quede yo.
- ¿Viven en el pueblo?
Rodrigo pensó un rato antes de contestar.
- No, se fueron a la ciudad, pero yo no quise abandonar el bosque, y me quede.
- Eres sorprendente, sin tele, sin radio, sin música, sin compañía... ¿a que te dedicas?
Rodrigo se levantó e hizo una señal a Ana para que lo siguiera. Ana lo hizo y fue tras él. Abrió una puerta pequeña que estaba casi escondida y entraron a otra habitación mas grande que la primera. Olía a pintura de óleo, a aguarras, a acuarelas.. esta segunda habitación era acristalada, la lluvia caía en el exterior y resbalaba por los cristales. Ana se tuvo que apretar la manta pues allí hacía un poco de frío, pero se quedo maravillada. Había un montón de cuadros amontonados, decenas de tallas en madera, piedra, mármol, era el taller de un artista.
- Ahora comprendo porqué vives aquí.. el bosque te inspira todas estas maravillas.
- Mi padre fue.. es un gran carpintero y de él aprendí ese arte, luego la pintura y la música la desarrolle por mi cuenta.
- ¿Música?
- Si, se tocar varios instrumentos.
Cogió una flauta y empezó a tocar una bella melodía, Ana se quedo escuchando, se olvido de todo. Cuando acabo la pieza Ana hizo ademán de aplaudir pero tuvo que dejarlo pues la manta se le escurría.
- Debes de tener cuidado princesa, vamos adentro, aquí hace frío.
Ana entró presurosa, la verdad es que se había quedado helada y se sentó de nuevo al lado del fuego. Espero un rato y cuando entró Rodrigo llevaba una guitarra.
- Princesa, me comentaste que sabías tocar la guitarra, ¿verdad?
- Un poco, cuatro notas, dos ritmos, lo normal.
- Toma, la he hecho para ti.
- ¿Qué has hecho esta guitarra?
- Si, suena muy bien, toca un poco.
Ana observo la misma y era muy bonita, en la parte de atrás de la caja tenía un hermoso y fino labrado que representaba a una princesa medieval, y al fijarse en el rostro de la princesa vio que era ella.
- No se que decir, no puedo aceptar este regalo, yo...
- Princesa, toca un poco.
Ana empezó a tocar una canción de Ismael Serrano y la canto, Rodrigo se quedo embobado escuchándola. Luego siguieron los dos, Rodrigo la acompañaba a la flauta, y el tiempo paso volando. Dejo de llover y dieron las nueve de la noche. Ana no deseaba irse, pero sabía que tendría que hacerlo.
- Son las...
- Tu ropa esta seca princesa, te espero fuera mientras te vistes.
Cuando quedo sola en la cabaña se vistió, dejo la guitarra apoyada en la pared y salió al exterior. Un olor a pino hacía que se pudiera respirar mejor. Rodrigo la esperaba paciente, sin palabras recorrieron de nuevo el sendero y el camino, de vez en cuando se intercambiaban miradas cómplices, al llegar a la esquina era de noche.
- Rodrigo, mañana no se cuando podré venir.
- Mañana princesa, en cuando salga el primer rayo de sol por el horizonte estaré a tu lado.
- Que romántico.
Se miraban en silencio, Ana deseaba rodearle con sus brazos, apretarse contra él, sentir su calor, probar la miel de sus labios, se preguntaba si él no sentiría lo mismo. Una profunda mezcla de deseo y contención se mezclaban en aquella mirada. Se lo había dicho el primer día, él era un caballero, nada podía temer.. pero, ¿un caballero no la habría besado ya como un hombre?..
- Hasta mañana, princesa.
- Hasta mañana.
Se dio la vuelta y cuando miro desde la otra cera había desaparecido.
Entró al apartamento y Paula estaba en el sofá viendo la tele.
- ¿Dónde has estado?
- Baje a la playa a despedirme de ella y empezó a llover, así que me tuve que refugiar en una cueva hasta que paso el chaparrón.
- Pues ha caído una buena, Víctor y yo nos vinimos cuando empezó a llover y cuando no te vimos me iba a dar algo, pero claro, ¿adonde te íbamos a ir a buscar?.. así que hemos estado esperando, esperando y en fin.. es un milagro que no te hayas cruzado con Víctor, se ha ido hace un momento. La próxima vez, por favor, deja una nota.
- Vale, lo haré.
- Y date prisa, a las diez hemos quedado en el “Ringlo” para tomar una copa.
- ¿A las diez? – miro el reloj y eran las diez menos veinte.- pues ya puedo abreviar. – y con estas palabras se metió para el baño.


La discoteca estaba super agobiante. Ana intentaba olvidarse de todo y bailaba en la pista con Víctor, mientras que Paula pedía algo en la barra con Alex. Se aproximaron a los otros dos y al ratito Víctor dijo algo a Paula y se salieron de la pista, allí solo quedaron Ana y Alex. Bailo hasta no poder mas, su compañero la seguía y la seguía sin descanso, estaba rendida.
- ¿Nos salimos?.- le pregunto al chico.
Este afirmo con la cabeza y empezó a abrir paso entre la gente. Llegaron a la barra, se pidieron una bebidas, y desde allí divisaron un sitio mas despejado alejado de la pista.
- ¿Qué te pasa esta noche?, Ana.
- Nada, ¿por qué lo preguntas?
- Estas mas triste que de costumbre, aunque lo has disimulado bailando sin descanso.
- Es que como nos vamos ya mismo, no se, será eso.
- Será..
Se tomo un sorbo del refresco y miro a la pista.
- Esta muy llena..
- Pues mañana estará el doble, ya veras.
- Mañana..- suspiro.
Estuvieron un rato observando a la gente y Alex rompió aquel silencio.
- Ana.- hizo una pausa antes de continuar.- me dijiste que te gustaban los descapotables.
- Si.
- ¿Te gustaría dar una vuelta en uno?
- Vale.
Se terminaron las bebidas y se aproximaron al taller.
- Me lo trajeron esta mañana, lo he arreglado y como aún no ha venido el dueño..
- Pero eso, ¿no es mucho riesgo?
- No te preocupes, va a ser solo un rato.
- Bueno, tu mismo.
Espero un poco y Alex salió con un precioso deportivo descapotable.
- Sube.
Ana se subió en el mismo y fueron a un pueblo cercano. Aparcaron el a puerta de un pub que se llamaba “la nota” y entraron al mismo. Era una terraza al aire libre con una piscina en el centro y mesas para sentarse. El sonido de un piano se oía de fondo y había una pista de baile.
- ¿Te gusta el sitio?
- Si.
La música del piano inundo el silencio que los envolvía, Ana irremediablemente se acordaba de Rodrigo, Alex a la vez no sabía de que hablarle a aquella encantadora chica, por fin se le ocurrió algo.
- ¿Bailas?
Ana sonrío y sin contestar se levanto, fueron hasta la pista y las melódicas baladas sonaban una tras otra. Después de varios bailes seguidos se sentaron de nuevo.
- No sabía que bailabas tan bien. – comentó el chico.
- Ni yo tampoco, pero si no es por ti, no se..
Se hizo otro silencio y se terminaron la bebida. El la invito y salieron del local. Alex condujo hasta el rompeolas, una brisa marina hacía que la temperatura fuese agradable, la música a esas horas en la radio era la adecuada. Ana miraba al mar y se acordó de cuando había estado con Rodrigo en una situación parecida. Le recorrió un escalofrío, hacía frió. Alex pasó su brazo sobre los hombros de Ana, se miraron y él precipito sus labios sobre los de ella besándola fugazmente. Ana apartó la cara, no podía...
- Lo siento Alex.. yo..
- He metido la pata, ¿verdad?
- Es que yo no siento nada por ti, sería engañarte, ¿sabes?.. y yo no quiero engañar a nadie.
- Perdona este mal entendido, ¿vale?
- No te preocupes.
- ¿Si quieres nos vamos?
- Será lo mejor.
Ana se dirigió al coche y los dos se sentaron en sus asientos. Alex no arranco, Ana se impacientaba, no sabía que significaba aquello. El la miro intensamente y soltó.
- ¿Soy feo?, ¿verdad?
Ana se quedo perpleja.
- Cuando me gusta una chica siempre me da calabazas, siempre... ¿en que fallo?.- su voz era entre triste y amargada.
- Alex, cuando menos lo esperes y sin buscarlo encontraras a la mujer de tu vida.
- ¿Tu crees?
- Seguro.
Alex guardo silencio, quizás un poco mas reconfortado.
- Oye, ¿podemos ser amigos?
- Pues claro.
- Es que, por lo general, después de darme calabazas ninguna chica me vuelve a dirigir la palabra – suspiro.- Mañana no podré estar con vosotros, salgo de viaje con mi padre a buscar unas piezas, pero el Domingo si estaré aquí, ¿te despedidas de mi?
- Si, no lo dudes.
Alex sonrió, arranco y la llevo al apartamento. Antes de bajarse se quedaron mirando, él se aproximo y le dio un beso en la mejilla.
- Hasta el Domingo.
- Hasta el Domingo.
Vio como se alejaba y respiro aliviada. Subió al apartamento y su amiga no había llegado aún. Puso la tele, se tumbo en el sofá y se quedo dormida.

- Ana, Ana..
Ana despertó y Paula la miraba con cara ilusionada.
- Tía, ha sido genial, lo hemos hecho.
- ¿Qué has hecho?
- Hazme sitio... venga.
Ana se reincorporo y se sentó, su amiga lo hizo al lado.
- Bueno, cuenta, ¿cómo te ha ido a ti con Alex?
- Pues bien, estuvimos en la discoteca, luego en un pub bailando, después me llevo al rompeolas y me intento besar.
- ¿Y?
- Lo rechace.
- Pobre, estaba muy ilusionado.
- Si, pero a mi no me gusta, no siento nada por él, a mi quien me gusta es..
- Juan, el cretino ese que te ha estado martirizando durante cuatro largos años, ya lo se.. pues lo deberías de ir olvidando.
Ana agradeció la rápida intervención de su amiga, pues sin pensarlo iba a soltar el nombre de Rodrigo.
- Muy bien, no me eches el sermón.. ahora, cuenta, ¿qué te ha pasado?
- Ana, ha sido, ha sido... nos fuimos de la discoteca y como ha hecho tan buena noche pues bajamos a la playa, allí nos estuvimos besando.- hizo una significativa pausa.- después paseamos hasta el castillo, Ana, esta noche te has fijado que la luna esta casi llena, luna de enamorados, luna loca.. nos metimos por el bosque.- hizo otra pausa significativa.- tengo que reconocer que el muy.. lo tenía preparado.. de detrás de un árbol saco un macuto y una mini nevera, del macuto saco un plástico y..
- Un plástico.. – la interrumpió.
- Si, por la humedad.. pero dejamé terminar... y una manta que estirazo en el suelo...- hizo una tercera pausa.- nos sentamos y tenía champan y dos copas. Destapamos la botella, bebimos, brindamos por nosotros y... – la cuarta pausa fue mas larga, Ana estaba en suspense.- lo hicimos, por vez primera destapamos nuestro cuerpos y los juntamos en uno.. ha sido.. ha sido.. lo tienes que probar porqué es fantástico.
- Me alegró por ti, chica, me alegró por ti.- dijo Ana entristecida.
- ¿Tu lo hiciste alguna vez con..?
- No, en seis años no me he sentido segura para hacerlo, aunque él me ha insistido muchas veces, incluso me decía que no lo quería bastante y que por eso.. pero yo.. tu sabes que eso es mentira, yo siempre lo he querido mucho..
- No te atormentes mas, los tíos son así de capullos.
- Supongo que si, espero que él tuyo te dure siempre.
- Eso espero.- hizo una pequeña pausa.- Ana, vamos a dormir, esta a punto de amanecer.
- Si, vamos a dormir.
Paula se marchó para la habitación y Ana se asomo al balcón. Estaba amaneciendo sobre la ciudad, seguramente se podría ver el sol salir del mar.
- Ojala pudiera estar en la playa, con Rodrigo.- susurro entre dientes.
Aún no era tarde, salió del apartamento y se encamino entre las calles para la playa, allí se sentó en la arena y contemplo el gran milagro de la naturaleza. El día iba a ser despejado y azul, cerró los ojos, aspiro el mar salado.. una voz la devolvió a la realidad.
- Princesa, en cuanto salga el primer rayo de luz por el horizonte, estaré a tu lado.
Ana reconoció aquella voz pero no quiso abrir los ojos, unos brazos la envolvieron, se dejo caer sobre su cuerpo.. se durmió.. no quería despertar de aquel sueño.


10 comentarios:

Lola dijo...

Ana

Muy interesante esta entrada sobre la Virgen del Pilar. Honrémosla durante este puente.

Un beso.

Ana dijo...

Jolin Lola... que rápida has sido!! .. pues claro que si!! Que viva la Virgen del Pilar!!
Un beso!

Margarinxi dijo...

Ana, que entrada tan bonita de La Virgen del Pilar!!! Yo, que vivo en Zaragoza, lo celebro por todo lo alto. Está siempre Preciosa!!! Cuando vaya a verla el dia 12, hoy tambien iré, os pondré a todos los glogueros bajo su manto. Besos

Ana dijo...

Gracias por ponernos debajo de su manto.. es un detalle por tu parte, y nada, que celebres la fiesta con mucha alegría!
Un beso Margarinxi!

Anónimo dijo...

Aunque los temas de iglesia más bien los tengo olvidados, sin embargo esta entrada me ha llevado a una etapa de mi vida en la que concilié bastante con ella, con su templo y con su ciudad. Hice el servicio militar en Zaragoza en el CIR de San Gregorio, pasé todo el frío del mundo cuando soplaba el Moncayo (eso hay que vivirlo) y visité con asiduidad el templo que es algo que todo el mundo debe conocer. La zona de "El Tubo" me hizo vivir momentos agradables que guardaré siempre en mi memoria. Dicen que en los momentos difíciles, de ardua soledad, es donde anclas más profundamente tu velero, y yo dejé el mío anclado hace mucho tiempo a orillas del Ebro...

Anónimo dijo...

Felicidades a todas las "Pilar", mi hermana la primera y a mi madre que nació en tan digno día. Espero que la próxima semana nos entregues otro capítulo de "Por siempre allí". Feliz fin de semana.
Un beso

Tere dijo...

Felicidades a todas las Pilares,no tengo yo ninguna pilar en mi familia......

Y bueno la historia esta muy bien,Ana esta coladita por el chico eh!!!! A ver que pasa cuando acabe el curso y ella tenga que irse.

Besicos

Unknown dijo...

Como dice Lola, enhorabuena por tu entrada tan interesante sobre la Virgen del Pilar... y sobre el Capítulo VIII... Carpe diem!

Ana dijo...

Zaragoza ya es bonita de por si(me encantaria poder ir algún día), y hacerte que rememores esos momentos ya ha sido quizás algo bonito que recordar. Como siempre, gracias por tu comentario Jorge,
Un beso!
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Pues nada, hoy Lunes, d.m., dejare otro capitulillo.. que la cosa se va poniendo cada vez mas interesante...
Un beso D'Paula!
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Todo a su tiempo... ya se ira descubriendo!
Un beso Tere!
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Carpe Diem.. que hay que vivir el momento y recoger las rosas que te ofrece la vida!
Un beso Ricardo!

Anónimo dijo...

Qué pena da que se tengan que despedir Ana y Rodrigo...

La verdad es que este chico es todo un enigma. A ver si se esclarece todo sobre él...¿Qué sorpresa nos habrás prepadado?

Un beso.