viernes, 2 de enero de 2009

Por siempre alli - 2ª Parte

Dicen que año nuevo, vida nueva... pero seria injusto dejaros con la historia de Ana a medias por aquello de que se quedo en el año anterior la cosa. Así, que como cada semana os voy a dejar aquí otro capitulo mas.

CAPITULO XVI

Paula llego como todas las tardes a por su amiga, eran ya las ocho y medía.
- Hola.- saludo jovial.
- Hola.
- ¿Te vienes a dar una vuelta?
- No, estoy cansada, tengo ganas de irme a casa.
- Como siempre..- hizo una pequeña pausa.- desde que volvimos de Castillo del mar no has salido ni un solo día, tienes que animarte, no es normal, hace ya casi un mes.
Ana se dio cuenta de que había soñado, (como tantas cosas) esa conversación. Desde que volvió de Castillo del Mar creía que todo se acabaría, que quedaría ahí.. pero de nuevo resurgía, los sueños de aquella noche, la conversación de la tienda. ¿Realmente había pasado ya un mes?.. ella en su “sueño” diría “el trabajo de la tienda” y ella le haría notar lo de los fines de semana..
- Estas muy callada, pero, ¿qué te pasa?
- Duermo muy mal, ¿sabes?...
- ¿Y eso que tiene que ver para que no salgas?, desde que volvimos estas sumida en un mutismo singular, se ve que te afectaría lo de Rodrigo. A saber lo que os paso.. pues esta vez no me has querido contar nada...
Ana creyó que no oía bien, ¿su amiga había dicho Rodrigo?.. pero, ¿no era un sueño?.. ¿oh era real?.. no sabía bien..
- ¿Cuánto tiempo vas a estar de luto esta vez?
- Paula.. tu.. ¿tu conoces a Rodrigo?
- Claro, me lo presentaste en el mercadillo, un buen chaval.. o al menos eso me pareció, pero al siguiente día, después de aquella noche..
Ana tenía la cabeza para estallar.. entonces, ¿qué era real?.. su amiga le estaba diciendo que él existía, pero, ¿cómo persona o como fantasma?.. tenía que pensar tranquilamente.. tenía que analizar las cosas.
- Ana, siento haberte recordado eso, se te ha puesto muy mala cara.- su mirada era algo triste.- si quieres algo, llámame al móvil, ¿vale?.
- Si, te llamare.
- Hasta otra.
Paula se alejo y Ana quedo allí con el corazón encogido y la mente echa un lió.

Llego a su habitación y sobre la cama había una caja envuelta en papel de regalo. Supo quien había sido sin abrirlo, adivinaba lo que contenía su interior. Se sentó y dudo un rato, según su sueño, que al parecer no era tal, sería un joyero para guardar los... se levantó nerviosa, abrió el armario y allí, colgado de una percha estaba el vestido azul, ese que se puso la noche que estuvo con él, la funda de la guitarra estaba en la esquina donde la dejo el día que volvió.. todo coincidía, todo estaba allí. Tenía que ir a hacer la última comprobación. Abrió el regalo y era el joyero... no lo dudo. Cogió dinero, bajo hasta la cochera, sacó el coche sin consultar con sus padres y se puso en movimiento. Esta vez no tenía tiempo de buscar a su amiga, tenía que comprobar que pasaba, que era real y que era sueño.

A las doce y media de la noche llego a Castillo del Mar. Aparco y se encamino por el camino que tan bien conocía, llego hasta el castillo y bajo una luna creciente, casi llena, se veía este totalmente conservado y hermoso. Se introdujo en el bosque y su corazón la guió hasta la cabaña. Su corazón empezó a latir con fuerza, se pellizco y no, no estaba soñando. Entro a la estancia que tan bien conocía, dio unos pasos, no había nadie. Fue hasta el invernadero, estaban todas las pinturas, las esculturas, pudo percibir el olor a artista que se respiraba por doquier.. pero, ¿dónde estaba él?. Encontró los pergaminos, el antiguo laboratorio.. todo estaba en su sitio. Salió y por ultima referencia sus pasos la llevaron hasta el lago, no lo encontró. Se sentó en su orilla, estaba abatida, destrozada por dentro. Su mente no podía mas, ya no sabía que era real y que no, no lo podría saber nunca. No lo noto, pero pronto, una fina lluvia empezó a caer en un pedacito del lago. Se fijo bien, se acerco más a la cristalina agua y la lluvia arrecio, entonces se dio cuenta, eran lágrimas, sus lágrimas las que caían sin parar en aquel lugar, estaba llorando. No hizo nada para frenar aquel desconsuelo, dejo que estas fluyeran pues quizás tenía tantas acumuladas.. desde su mas tierna infancia su madre le había contado que jamás había derramado una de ellas. Cuando él la dejó tampoco pudo llorar, ella no recordaba que lo hubiese hecho en alguna ocasión, y ahora, sin mas, en un instante, casi sin darse cuenta, no podía, ni quería retenerlas. Por primera vez probo su sabor salado, por primera vez..

Despertó, no sabía cuanto tiempo había pasado. Seguramente se había dormido empapada en aquel desaliento tan profundo. Vio sus ojos enrojecidos por primera vez por el llanto y se sintió mas libre ante aquel descubrimiento. Miro la hora y eran las cuatro de la madrugada. Se levantó tranquila, había refrescado. Salió del bosque y se encamino para la playa, se quito los zapatos y dejo que sus pies se llenaran de arena a cada paso, un escalofrío recorrió su cuerpo. A su espalda oyó alguien que se acercaba, agudizo su oído, era mas de uno, quizás dos o tres. Miró hacía atrás, la seguían tres tíos que no tenían muy buena pinta. Apresuro el paso, ellos también, empezó a correr, el pánico la invadía, ellos eran mas rápidos. Noto que uno la cogía de un brazo, se sintió frenada. Este no dejo de sujetarla mientras que los otros dos la rodearon.
- Mira lo que tenemos aquí.- dijo el que parecía el jefe.
Ana estaba aterrorizada.
- Venga, danos todas las pelas que tengas, rápido.- le dijo otro mientras la apuntaba con una navaja de bastante consideración que saco de uno de sus bolsillos.
Ana rebusco nerviosa en el bolsillo, a lo sumo solo le quedaban 6 euros escasos, se las alargo a los chorizos.
- ¿Eso es lo único que tienes?, ¿no nos estarás engañando?.
Ana negó con la cabeza. Uno de ellos, el que hablaba, se acerco, le arrebato el dinero y la examino para ver si llevaba alguna joya.
- No eres lo que se dice una chica coqueta, ¿eh?, pero estoy seguro de que tienes algo mas, venga, vamos.
- No tengo nada.
El tío le metió la mano violentamente en el bolsillo del pantalón, Ana creía que se lo iba a arrancar y con destreza saco las llaves del coche.
- Veo que si tienes algo, un coche.. nos vas a llevar hasta él si no quieres que te rajemos aquí mismo.
Ana suspiro, se hallaba perdida. Pensó en la represalia de sus padres, en la locura que había cometido al ir hasta allí sola sin esperar nada, en todo.. no tenía nada que perder si la rajaban allí mismo, ¿qué mas daba?. Se sentó tranquilamente en la arena, algo desconocido la inspiraba a morir, su corazón estaba tan destrozado. Cerro los ojos y la imagen de Rodrigo se le hizo latente, tanto que creía que estaba allí a su lado.. quizás la solución era morir para encontrarse con él..
Aquellos tipos vieron como ante la amenaza de rajarla la chica se sentó en la arena tranquilamente.
- Oye tu, que te levantes y nos lleves.- grito uno de ellos.
- Ha cerrado los ojos, dale con la navaja un poquito, a ver si espabila.
El tipo se adelanto para pincharla pero antes de que llegase esta a rozar su piel noto una fuerza que lo tiro para atrás.
- ¿Que te ha pasado? – pregunto uno de los que esperaban.
- Algo me ha empujado, tu.
No llego a levantarse del todo cuando noto otro empujón más fuerte aún que el anterior. Otro noto un puñetazo en la nariz y empezó a sangrar, el tercero vio como las llaves del coche eran arrancadas de su mano y se vio envuelto en un oleada de golpes que tampoco sabían de donde venían. Los tres ante aquella atacada sorpresa huyeron despavoridos creyendo que aquella chica tenía algún poder extraño que la protegía.

Ana abrió los ojos al rato, aún estaba viva, no había notado nada en su carne. Al lado, en la arena, estaban las llaves de su coche y el dinero. Miro a su alrededor y no había nadie. Se levanto suspirante y no comprendió bien porque aquellos atracadores no le habían hecho nada. Recogió las cosas y empezó a caminar para el coche, volvería a casa e intentaría olvidar todo lo sucedido.

Rodrigo esperaba impaciente a que Ana se decidiera al fin a abrir los ojos, ¿qué reacción tendría?, ¿se asustaría al verlo?, ¿lo habría olvidado?, ¿lo reconocería?.. estaba tan nervioso que casi no se podía estar quieto. Se sentía mal al no haber podido acudir antes en su ayuda, pero no había presentido que estaba allí hasta que en su mente noto una leve llamada. Así que sin pensarlo se presento en el lugar y se encontró una desoladora escena, al igual que hiciese en el torneo se lanzo sin pensarlo en ayuda de su amada. Rodrigo vio como Ana abría al fin los ojos, su corazón se desbordo dentro de su pecho, no podía decir palabra, solo de arrepentimiento, eso era lo único que.. cogió las llaves, miro a su alrededor y se alejo de él por la arena.. no podía ser, no lo había visto.. ella no lo veía..

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Hola amiga!, vine a dejarte mis mejores deseos para el nuevo año. Espero que hayas pasado unas fiestas estupendas y que ahora los Reyes se porten muy bien contigo. Como has sido buena, seguro que te traen muchos regalitos. Je, je, je.
Decirte también que fue una suerte para mí encontrar tus palabras en el 2.008 y que es un placer leerte. Así que no te vas a librar de mí en el futuro. Je, je, je.
Un beso muy fuerte, cuídate mucho y que te vaya bonito. Hasta pronto.

Luchete dijo...

Espero y deso que tengas un feliz 2009!! Seguiré pasándome por aquí pues. Un abrazo!!

Ana dijo...

Feliz Año Luisa que vives cerca del mar y ole!!
Que bonito es el mar!
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Espero no librarme ni de ti ni de nadie de los que me visitan con cariño y afecto. Ademas, lo mismo te digo, seguire visitandote y leyendote!
Un beso Alatriste!
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Claro que si Luchete... sigue pasandote y yo hare lo mismo.
Espero que a ti te sonria el 2009 tambien!
Un beso