lunes, 24 de noviembre de 2008

Por siempre alli - 2ª Parte

CAPITULO VI

- Ventura, ¿estáis seguro de que están ahí?
- Si, mi señor.
- Y vos que opináis, Armel.
- Cuando estuvimos la primera vez no vimos nada, y de ahí nadie a salido. El posadero..
- ¡El posadero seguro que los ha escondido en nuestra primera visita!, estoy seguro.
- ¿Dónde?
- Seguro que tiene alguna bodega para preservar el vino.. seguro que se nos ha pasado algún sitio. – le corto Ventura malhumorado.
- Volvamos pues si estas tan seguro de tus palabras Ventura... – le desafío el mago.
- Vallamos pues.- dijo el rey.
Los tres se enfilaron por segunda vez hacía la posada.

La princesa y Rodrigo habían escapado por la ventana de atrás con ayuda del posadero. Ella se había puesto ropa de campesino para pasar mas desapercibida y galopaban rápidos hacía el norte. Para aligerar sus caballos habían dejados estos libres de monturas. Calculaban que para el atardecer de aquel largo día estarían cerca de su objetivo.

Después de una minuciosa búsqueda por toda la posada no encontraron nada. Ventura estaba realmente enfadado, se sentía burlado por dos jovenzuelos, El mago en cambió estaba satisfecho, y el rey sentía un dolor muy profundo en su corazón, era su única hija. Al escaparse ella se escapaba la posibilidad de unir los dos reinos.
- Armel, ¿no puedes hacer uno de tus hechizos para adivinar para donde han escapado?.- pregunto Ventura.
- Las predicciones no entran dentro de mi hechicería.
- Que las predicciones no entran.. – el tono de Ventura se hacía cada vez mas resonado.
- ¡Basta!, volvamos al castillo. Ya pensaremos en algo allí. – decidió el rey.
Los tres se marcharon para el castillo.

Rodrigo noto una extraña sensación, como si alguien le estuviese comunicando algo. Paro su caballo y observo a su alrededor, la princesa paro también su cabalgadura y guardo silencio.
- Han vuelto al castillo.- dijo al rato.
- ¿Cómo lo sabes?
- No lo se bien, princesa, son como corazonadas... es extraño.
- Si eso es así, los hemos burlado.
- No estoy muy seguro princesa.. es mejor seguir, llegar lo antes posible a nuestro destino.
- Pero, ¿cuál es nuestro destino?
- Llegar al Reino de Lope.
- ¿Para qué?
- Aún no lo se con seguridad, pero debemos llegar.
- ¿ Nunca sabes nada con seguridad?
- Solo se que debemos ir.
La princesa no contesto a eso y le dio a su caballo para seguir el camino. Rodrigo la siguió.

Armel bajo hasta su laboratorio y se sentó en la banqueta. Algo había cambiado.. no era lo que él había planeado. Aunque todo no estaba dicho. A ella la había visto en la posada la primera vez que estuvieron , la segunda no, habían escapado. Ella se había vestido de campesino y los dos descendieron a través de una cuerda por la ventana de la habitación donde estaban. Habían escapado para el reino de Lope. Todo lo había percibido en el aire.. pero, ¿qué pretendía aquel chico con ir al reino de Lope con la princesa?. Eso es lo que no tenía aún muy claro. Otra cosa había surgido, el ya no era el chico simple y palurdo, había algo en el de clarividencia, algo había cambiado, algo..
- Armel, ¿dónde esta mi hija?
La voz le sobresalto, lo saco de sus pensamientos, era la reina.
- ¿Su hija?, mi señora, no se lo ha comunicado el rey, no la hemos encontrado.
- Y vos, mi buen mago, ¿creéis que me voy a conformar con eso? .- se sentó frente al mago.- Yo se que sabéis mas de lo que habéis contado, así que no quiero que tengas ningún secreto así conmigo.
- No os comprendo, mi reina.
- Si me comprendéis, sois buen entendedor.. quiero saber donde se dirige mi hija, y por qué la has encubierto ante mi marido.
- ¿Cómo podéis pensar que yo..
- Armel, ante mi no puedes fingir. Yo os conozco bien. Venga, contadme eso que no podéis contar a nadie.
El mago guardo silencio e intento esquivar la dura mirada de la reina.
- Armel.. cuéntame..
- Pues te cuento, si es que quieres escuchar.
- Claro que quiero.
- Tu hija va hacía el norte, hacía el reino de Lope, va con Rodrigo. Se lo he ocultado al rey pues estaba demasiado enfurecido. Ventura tenía la intención de dar muerte a Rodrigo, y ese muchacho no se merece tal cosa.
- Estoy tranquila, pues se que Rodrigo es leal como un perro y mi hija es juiciosa..
- La princesa ha sido cegada por la venda del amor, por eso escapo del castillo, no se si eso real...
- ¡Armel, mi hija esta enamorada de un noble muchacho. – cortó la reina.- Y yo prefiero que contraiga matrimonio con él antes que con ese Patán que mi esposo ha tratado.
- ¿Patán decís?
- No disimuléis Armel, yo se que tampoco es de vuestro agrado.
El mago de nuevo se sintió pillado por la reina.
- Pues la verdad es que yo a ese caballero..
- ¿Caballero?.. Armel.. de caballero tiene bien poco, pero mi marido no sabe ver esas cosas.. si las hubiese visto quizás no lo hubiese elegido para ser el heredero de su corona conjuntamente con la de su propio reino.
- Veo su opinión señora.
- Y todo por su consejero.. esa rata rastrera de Ventura...- se levantó dolida.- Bien sabe Dios que le he pedido un milagro, y parece que me lo esta concediendo.- miró al mago.- Espero que sus buenos criterios hagan que actúen con prudencia..- hizo una pequeña pausa.- Gracias Armel.
La reina sin mas palabras salió de la estancia y el mago se quedo solo.

La tarde estaba decayendo dejando entrar a la noche. Se habían metido en un camino rodeado de bosque pues Rodrigo creía que era mejor así. Paro en seco y la princesa le pillo algo desprevenida.
- Esta noche la pasaremos aquí, los caballos necesitan descansar.
- Y nosotros también necesitamos ese descanso.
- Estamos muy cerca del castillo de Lope. Mañana a primera hora partiremos y llegaremos en breve.
- ¿Y que haremos al llegar?
- Pediré trabajo y un hogar.
- ¿Para vivir juntos?.- la voz de la princesa sonó llena de ilusión.
El no contesto a eso.
- Descansemos princesa, hoy hemos viajado mucho.
La luz que había centelleado por segundo en los ojos de ella se apago bruscamente. Guardaron silencio mientras se acomodaban lo mejor posible. Ella una vez mas busco sus brazos, el no se los negó pues comprendía que dormir en el suelo no era cómodo. Pronto notó su respiración pausada y tranquila, dormía...

3 comentarios:

Ignacio Bermejo dijo...

Los dos contables, los dos escritores... jajajaja. Felicidades por tu texto. Escribres muy muy bien.

Ana dijo...

No es un texto, es un libro que poco a poco voy publicando todas las semanas. Como has podido ver este en concreto es el capitulo seis de la segunda parte de "Por siempre alli". Si te ha gustado y te interesa leer el resto pincha en etiquetas y te saldran todos los episodios.
Un beso Ignacio.

Anónimo dijo...

Vaya, parece que el amor ha podido al orgullo de la Princesa. Yo esperaba que fuese más orgullosa y no se ilusionase con vivir con Rodrigo. Las cosas, pese a todo, no son tan fáciles...

Sigo leyendo. Un beso.